La respuesta de AMLO
¬ Juan Manuel Magaña jueves 28, Ago 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Tiene razón Andrés Manuel López Obrador cuando rechaza la propuesta de intelectuales de que Morena y el PRD promuevan una sola consulta energética.
Nos referimos al hecho de que, hace una semana, intelectuales, académicos, representantes de la sociedad civil, así como de organizaciones sociales y políticas convocaron a las dirigencias nacionales de Morena y del PRD a sumar esfuerzos para impulsar una consulta popular única sobre la reforma energética.
Entre otros intelectuales estuvieron Juan Villoro, Bernardo Barranco, Bernardo Bátiz, Agustín Basave, Aleida Calleja, Gabriela Rodríguez, María Consuelo Mejía, Mario Saucedo, Axel Didriksson, Carlos Heredia, Daniel Gershenson, Daniel Giménez Cacho, Elio Masferrer, Elvira Concheiro, Ilán Semo, Jaime Cárdenas, Javier Sicilia, John Ackerman, Julieta Egurrola, Manuel Canto, Miguel Álvarez, Ofelia Medina, Pablo Álvarez Icaza, Sergio Cobo, Teresa Juárez de Casillas, Héctor Quintana y Antonio Helguera.
Fue en el Club de Periodistas donde la escritora Elena Poniatowska manifestó que una consulta así está por encima de los partidos políticos y de las “tremendas divisiones de la izquierda. Es también un acto de respeto para nosotros mismos”. A su vez, el padre Miguel Concha Malo, director del Centro Fray Francisco de Vitoria, estableció que los sujetos de las consultas no son los partidos políticos, “somos los ciudadanos”.
Observó que los partidos “no tienen por qué andarse montando en nuestros derechos, quienes sean”.
Esas mentes brillantes tienen en parte razón, pero obviamente no toda. Si eso que se propone tuviera que ser ahora, los intelectuales estarían pasando por alto -o de plano haciéndose de la vista gorda- el cúmulo de desviaciones en que ha incurrido el PRD a cargo de “Los Chuchos”, entre ellas la de prostituir los principios y las posiciones políticas de representación popular.
Son, en este caso, los intelectuales quienes deberían revisar su enfoque de la política y tratar de ser más creativos en la propuesta de nuevas formas de hacer política.
Proponer un amasiato con un partido que está en manos de una corriente más parecida a uno de esos sindicatos charros, es como querer seguir en la componenda, o en el transar para avanzar. Y no, aquí la unidad de fuerzas no puede ser a fuerzas.
Hay que tener cuidado de no hacerle más el caldo gordo a “Los Chuchos”, pues es una fuerza que más bien debiera ser sacudida del espectro de la izquierda, por mercenaria y parásita. En parte en eso consiste el esfuerzo de creación de Morena: cortar por lo sano con algo bastante pegajoso que terminó por viciar, si no es que devorar al PRD.
A lo mejor otra cosa sería si, ahora que está en puerta el cambio de dirigencia en el PRD, fuese el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y compañía quienes se pusieran a cargo y pusieran fin a la lamentable era de “Los Chuchos”. Ahí sí la cosa se pondría interesante y hasta quizá lo que proponen los intelectuales podría ser viable, aunque “Los Chuchos” seguirían ahí, agazapados.
Sin duda, el tema de la privatización del petróleo y la energía es ya el tema político dominante de aquí a las elecciones federales intermedias de 2015.
El asunto está presente en todas las discusiones políticas. Y la oposición de izquierda tendrá que encontrar la forma de dar salida a la expresión contenida de la sociedad en la materia.
Simplemente ayer, una sorprendente encuesta de la prestigiada firma Pew Research señala que sobre la reforma energética, apenas una tercera parte de los mexicanos está de acuerdo con la participación del sector privado en el sector: 57 por ciento se pronunció en contra e incluso entre priistas hay una opinión dividida (44 por ciento apoya los cambios legales y el resto los rechaza).
Decíamos el otro día que la carta de los intelectuales refleja a una parte de la sociedad políticamente activa que comienza a expresarse de cara a la consulta sobre el futuro del petróleo y de las alecciones de 2015.
No sería de extrañar que de aquí a esa fecha se levante una ola de participación-resistencia jamás vista en periodo electoral similar. Y es posible que esa ola distinga ya bastante bien entre lo genuino y lo fraudulento que hay en la izquierda.