“Cuitláhuac, entre la viruela y la pólvora”
Cultura jueves 18, Dic 2014En la ruta de las letras
Patricia Correa
- Bajo el sello de Ediciones B, Antonio Guadarrama Collado publica esta novela histórica
El escritor Antonio Guadarrama Collado presenta su nueva novela “Cuitláhuac, entre la viruela y la pólvora”, bajo el sello de Ediciones B y concedió una entrevista exclusiva para “En la ruta de las letras”.
-¿Que te motivó a ser escritor de novela histórica?
-“La ausencia de la novela histórica en México me llamó la atención, hace 10 años que comencé con esto, yo buscaba este tipo de novelas porque me gusta la historia universal, la nacional, la prehispánica, yo noté que de la Independencia y la Revolución muchos autores se han dado a la tarea de escribir de esto, pero la prehispánica quedaba abandonada. A mí me interesa ir a las fuentes primarias, me gusta ser objetivo, no se puede escribir novela histórica con resentimiento hacia cierto personaje o con subjetividad, creer que hay villanos o víctimas, finalmente eso no existe en la vida real, es lo que trato de hacer en las novelas dar un balance justo”.
-El libro de Cuitláhuac es parte de la colección Grandes Tlatoanis del imperio. Háblanos de esta colección.
-“Es una colección que pretende traer a los lectores estos temas olvidados, la primera novela se llama -“Tezozómoc, el tirano olvidado”- un personaje que muchos conocen porque hay un Metro, pero de ahí tampoco pasaba, -“Nezahualcóyotl. El despertar del coyote”- puesto en un pedestal, pero incomprendido, desconocido en realidad, continué con –“Moctezuma Xocoyotzin, entre la espada y la cruz”- y ahora con –“Cuitláhuac”.
-Cuitláhuac, hijo de Atzayácatl, hermano de Moctezuma, Tecuhtli de Iztapalapa. Se sabe muy poco de este personaje, ¿cuál fue el proceso e investigación y creación de la novela?
-“Tenía experiencia en el gobierno como bélica, desafortunadamente lo que a él lo borra del conocimiento popular es que fue el de en medio, Cuitláhuac por su breve gobierno quedó en el olvido, a él le toca confrontar la epidemia de la viruela, algo que para entonces era desconocido, los aztecas tenían buenos médicos expertos en la herbolaria, pero cuando desconoces una epidemia por mucho que sepas, si no tienes la cura, no la vas a poder controlar, y fue lo que pasó, tengo más de 10 años leyendo la historia de México, todo esto ha sido un largo proceso, escribirlas es más fácil que investigar, afortunadamenla novela nos da el privilegio de ser novelistas, un historiador no puede inventar escenas, se tiene que apegar a los sucesos, el novelista puede crear escenas para darle más vida a los personajes y a la historia y hacer deducciones, porque lamentablemente muchas cosas no las tenemos claras, para que el lector lea de manera amena, la novela no puede ser aburrida”.