Dos del PAN
Ramón Zurita Sahagún martes 7, Jul 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si hay un partido político que en los años recientes da muestras de una fuerte disputa por el liderazgo nacional, ese es Acción Nacional. La lucha por el control de su estructura y organigrama se ha significado por una lucha férrea que, incluso, ha provocado sorpresas por los resultados ofrecidos.
El mismo Gustavo E. Madero Muñoz todavía presidente del Comité Ejecutivo Nacional surgió de una cerrada contienda con Roberto Gil Zuarth, en primera instancia, quien era apoyado desde Los Pinos, en los tiempos de presidentes panistas.
La reelección de Madero Muñoz se produjo al vencer a otro alfil calderonista (como lo fue Gil Zuarth), Ernesto Cordero Arroyo, aunque ganando con mayor holgura y siendo la primera ocasión en que el dirigente nacional fue electo por la militancia.
Antes de Madero Muñoz, el presidente del partido blanquiazul fue José César Nava Vázquez, cuyo ascenso y descenso fue sumamente controvertido y cumplió con un ciclo de interino como candidato único, con el respaldo de 290 consejeros y 39 en contra.
Nava Vázquez se había desempeñado como secretario particular del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, pero además de ello como director jurídico de Pemex, donde su paso no fue del todo transparente.
Antes que él, otro personaje sumamente cercano al entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, fue impulsado a la presidencia del CEN del PAN, Germán Martínez Cázares.
Igual que Nava Vázquez, Martínez Cázares contaba con una larga carrera partidista y en un par de ocasiones había sido diputado federal y no contó con adversario para disputar la presidencia, dando muestra del control que sobre el partido ejercía el entonces Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa.
Su antecesor Manuel Espino Barrientos, consiguió la presidencia del partido, aunque después fue expulsado del partido y ahora será diputado federal (tercera vez) por Movimiento Ciudadano.
Bajo la presidencia nacional de Manuel Espino, Acción nacional logró su segundo triunfo en la contienda presidencial y emergió Felipe Calderón Hinojosa, venciendo a Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo Pintado, entre otros.
Sin embargo, la relación Espino-Calderón nunca fue tersa.
Antes de Manuel Espino, Luis Felipe Bravo Mena fue seleccionado por los consejeros de su partido como presidente nacional y hasta reelecto.
Con Bravo Mena se alcanzó el primer éxito en la contienda por la Presidencia de la República, llevando a Vicente Fox Quesada a ser el primer presidente surgido de las filas opositoras.
Felipe Calderón Hinojosa es el primero y único presidente de Acción Nacional en conseguir ese logro y la Presidencia de la República. Ganó en ambas y lo hizo sorpresivamente.
Fue diputado federal dos veces, diputado local en el Distrito Federal, candidato derrotado al gobierno de Michoacán y no buscó la reelección como dirigente nacional de su partido.
Su antecesor Carlos Castillo Peraza fue considerado como uno de los revulsivos de la dinámica panista y conjuntamente con Luis Héctor Álvarez, condujeron a Acción Nacional hacia nuevos derroteros que les permitieron las primeras victorias en los estados y pasar de un insignificante número de victorias en ayuntamientos y diputaciones, tanto federal como estatal a convertirse en un partido opción para los electores.Hasta las presidencias de Pablo Emilio Madero y Abel Vicencio Tovar, el PAN se debatía entre pequeñas disputas internas que los llevaron, incluso a que no presentaran candidato presidencial en 1976.
Eso si siempre, hasta antes de su arribo al poder Ejecutivo, los panistas dirimían sus diferencias al seno del partido y jamás trasponían lo público.
Con su triunfo en la contienda presidencial del 2000, los panistas traspusieron el límite de lo privado a lo público convirtieron sus asambleas en aquelarres y las elecciones de sus dirigentes nacionales en enfrentamientos verbales, discusiones estériles, denuncias y acusaciones al por mayor. El próximo mes de agosto, los panistas irán de nueva cuenta a la decisión de elegir a su nuevo dirigente nacional, donde los reflectores apuntan hacia dos personajes de ese partido: Ricardo Anaya Cortés y Javier Corral Jurado, representantes de distintos estilos políticos. Anaya Cortés viene precedido de la fuerza del actual presidente Gustavo E. Madero Muñoz, a quien ya sustituyó como interino por unos meses como dirigente nacional.
Con una carrera política vertiginosa, donde ya fue diputado local, federal, subsecretario federal de Turismo y secretario particular de un gobernador (Francisco Garrido Patrón), cuenta en su haber con la coordinación de los diputados federales de su partido en la presente legislatura.
Se le considera como una expresión de los jóvenes panistas (36 años) y cuenta con el respaldo de los principales cuadros dirigentes y en especial del respaldo del gobernador de Puebla, Rafael Moreno valle Rosas y del dirigente nacional Gustavo Enrique Madero Muñoz, considerados como los dos prospectos más sólidos hacia la candidatura presidencial del 2018.
El otro aspirante a la dirigencia nacional del partido, catalogado como sólido es Javier Corral Jurado, dos veces senador y dos veces diputado federal, además de local, candidato derrotado al gobierno de Chihuahua. Corral Jurado es un crítico no solamente del partido, sino del sistema político nacional y hasta hay quienes lo consideran más vinculado a la izquierda que a su propio partido.
Su candidatura fue sorpresiva porque no guarda las mejores relaciones hacia el interior de su partido y mucho menos cuenta con el respaldo de las bases del organismo político. La búsqueda de la presidencia del partido le permitirá un acercamiento con ambos grupos, aunque se duda que pueda obtener su respaldo.
El favorito es, por mucho, Anaya Cortés y de conseguirlo tendrá que ponerse a trabajar a fondo, ya que el próximo año se dará el relevo de doce gobiernos estatales, de los que el PAN mantiene tres, pero en alianza con la izquierda.