Alianzas y coaliciones
Ramón Zurita Sahagún jueves 11, Feb 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde su fundación, el Partido de la Revolución Democrática se mostró como un organismo político diferente, que buscó la integración de las izquierdas dentro de un mismo grupo.
Se nutrió de una serie de organismos autónomos y el PSUM le prestó su registro para que no tardara más tiempo en presentarse en los procesos electorales.
Desde entonces a la fecha, la mayoría de los personajes de renombre que lo fundaron se fueron ausentando del organismo político, que se nutrió principalmente del mencionado PSUM y de ex priístas.
Fueron los ex tricolores los que dominaron el interior del partido, acaparando los principales cargos de dirección y las candidaturas importantes.
De esa forma, el PRD se fue dando forma como partido político y ganando posiciones cada vez de mayor nivel.
Los primeros gobernantes que ganaron con el emblema del PRD procedían todos del PRI. Ricardo Monreal Ávila triunfó en Zacatecas; Alfonso Sánchez Anaya lo hizo en Tlaxcala y Leonel Cota Montaño lo consiguió en Baja California Sur.
Los gobernantes victoriosos lo hicieron a la par que los dirigentes del partido provenían del mismo priísmo.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Roberto Robles Garnica, Andrés Manuel López Obrador y otros más pasaron por la dirigencia nacional del partido del sol azteca, que tuvo su primer dirigente surgido de la militancia de la izquierda hasta que Amalia García Medina ascendió a la presidencia del partido.
Pero mientras los únicos ganadores de gobiernos estatales provenían de las filas priístas, en las que militaron hasta antes de la postulación o, en algunos casos, en tiempos más lejanos.
Antonio Echevarría Domínguez y Pablo Salazar Mendiguchía fueron los primeros ganadores de una alianza entre la izquierda y derecha, al conseguir las victoria en los estados de Nayarit y Chiapas, respectivamente.
Desde entonces y más antes, se había mostrado que las alianzas que tanto censura el priísmo eran un buen camino para arrebatarles los gobiernos estatales al partido tricolor.
Claro que no todas las alianzas entre estos dos partidos consiguen el triunfo, ya que han fracasado rotundamente con las candidaturas de Rodolfo Elizondo en Durango, Jorge Cárdenas González, Tamaulipas y Javier Corral en Chihuahua, entre otros.
Con todo y esos fracasos y otros más, se dejó en claro que la alianza consolidada del que era entonces el principal partido de la izquierda y el de derecha, suman suficientes votos, como para formar parte de una estrategia ampliada a otros rubros y establecer programas conjuntos para mejores proyectos de gobierno.
En 2010 las alianzas entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática dejaron su mejor saldo, con la victoria lograda en tres estados que jamás había perdido el PRI.
Oaxaca, Puebla y Sinaloa cayeron en manos de esa alianza que nuevamente recurrió al viejo esquema de postular candidatos que alguna vez militaron en el partido tricolor.
Gabino Cué Monteagudo, vinculado al Movimiento Ciudadano, bajo cuyas siglas había conquistado la capital de Oaxaca, resultó ganador en su segundo intento por gobernar Oaxaca. Rafael Moreno Valle Rosas, nieto de un médico y general priísta, que gobernó Puebla y él mismo diputado federal por el PRI, resultó el elegido para competir por la alianza PAN-PRD y derrotó al candidato priísta en forma abultada en ese estado. Mario López Valdez fue el seleccionado en Sinaloa, luego de que comprobó que su antiguo partido no lo haría candidato, venció al priísta y con buena ventaja.
Claro que no todas las alianzas arrojaron números satisfactorios, ya que en otros sitios como Durango, José Rosas Aispuro fue nominado por la alianza y perdió por casi dos puntos ante el priísta Jorge Herrera Caldera.
Chihuahua dejó como saldo la derrota abrumadora de Javier Corral, candidato de la alianza ante el tricolor César Duarte.
Ahora, con vistas a los procesos electorales del cinco de junio en doce estados del país, tanto Acción Nacional como el de la Revolución Democrática plantearon la posibilidad de ir de nueva cuenta juntos, en la mayor parte de los estados en disputa.
Los acuerdos marchaban por buen camino, hasta que surgieron discrepancias sobre la eventualidad de las mismas y no se concretaron, aunque sí lo hicieron en algunas entidades del país.
Uno de los estados en los que se alcanzó el acuerdo es Veracruz, donde los pronósticos les son favorables.
Sin embargo, en Puebla, donde los votos de la izquierda y la derecha ponían al candidato de esa alianza por encima de todos los demás aspirantes no logró el acuerdo esperado, ya que fueron boicoteados y ahora ambos irán con sus propios candidatos.
Tlaxcala mostraba que una alianza entre PRD y PAN les aseguraba el triunfo, también fracasó, en tanto que en Oaxaca la unión de ambos los hace consolidar aspiraciones de continuar como gobierno.
Eso sí, en Durango, la alianza PAN-PRD mantiene posibilidades de alcanzar la victoria repitiendo al mismo candidato que hace seis años perdió por menos de dos puntos porcentuales. Quintana Roo es otra entidad en la que izquierda y derecha mantienen expectativas de ir juntos alrededor de un candidato (Carlos Joaquín González).
Sin embargo, lo que queda de manifiesto y se evidenciará en los comicios del cinco de junio es que es el PRD el que requiere de las alianzas, ya que sus bonos se encuentran sumamente a la baja y los estados en que compita solo o en alianza con los otros organismos de izquierda mostrará su fragilidad, mientras que la nueva sensación de izquierda será el Movimiento de Regeneración Nacional.