La contaminación ambiental y las redes sociales
¬ Mario San Martí viernes 6, May 2016Consensos y disensos
Mario San Martí
- Desmiente gobierno federal importación de gasolina de China
Lo que faltaba, al problema de la terrible contaminación ambiental que en los últimos días ha padecido la Megalópolis, ahora hay que empezar a acostumbrarse a otro fenómeno, el de la redes sociales, ya que de por sí la gente está asustada con los altos índices de partículas suspendidas en el aire ahora el susto es mayor por los miles y miles de mensajes que los usuarios de la telefonía celular y el internet reciben sin tener la seguridad de que lo que recorre el espacio cibernético es real o no.
Es cierto, en la era de la tecnología, el acceso al internet y a las redes sociales puede ser una ventaja ya que estas herramientas no solo permiten estar conectados con familiares y amigos en tiempo real a sus usuarios, sino que su uso son una necesidad para estudiantes y empleados, o cualquier otro sector de población, pero (el pero de siempre) está comprobado que gran parte de los contenidos que se transmiten a la velocidad de la luz o son falsos o corresponden a campañas para desacreditar aspectos diversos de la vida pública y privada.
Por ejemplo en la contingencia ambiental que estuvimos padeciendo, es a través de las redes sociales y los celulares como la mayoría se entera de lo que al respecto está pasando y las acciones que se están aplicando para contrarrestar la mala calidad del aire, lo mismo recibimos mensajes que nos indican el color y terminación de placas de los autos que no deben circular o los mensajes oficiales que nos informan sobre el monitoreo que se da a las mediciones ambientales conocidas como IMECAS (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire).
Celulares, el internet y las redes sociales “son lo de hoy” dirán los jóvenes y no tan jóvenes, porque estos son sinónimo de avance tecnológico, sus efectos son inmediatos, las transmisión de sus mensajes son agiles y rápidos, y por esas características es bueno preguntarnos si todos los usuarios de esas y otras herramientas, que llegaron con la modernidad, están preparados para darle un uso responsable.
Y es que amparados en el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a estar informados, en estos días vimos circular un sin número de mensajes relacionados con la emergencia ambiental que estamos viviendo, algunos respaldados por páginas oficiales y otros más surgieron casi de manera anónima, ya que las fuentes o gozan de poca credibilidad o de plano son inexistentes.
Es un hecho que en la generación y distribución de algunos mensajes muchos de éstos obedecen más al estado de ánimo de los receptores o emisores que a datos que correspondan a una realidad, y en ese contexto también es un hecho que este tipo de acciones lo único que logran en confundir o desorientar más a los usuarios respecto a situaciones como la emergencia ambiental que desde el lunes pasado ha afectado a poblaciones como el de la Ciudad de México y municipios conurbados de los estados de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos.
Entonces cuando el estado de ánimo es de enojo y malestar ante algún acontecimiento, las probabilidades de que el tipo de mensajes que desinforman o desorientan crezcan y se multipliquen es mayor, ya que en general son replicados o redistribuidos sin mayor confirmación de lo que se transmite, menos sin ninguna reflexión sobre su contenido. Prueba de lo anterior lo podemos encontrar en un mensaje que circuló por las redes sociales y generó comentarios de todo tipo. El mensaje en cuestión aseguraba que:
“La razón de toda esta supercontaminación se debe a la gasolina barata que está importando México de China, y que esto se da porque es ligeramente más barata y el transporte es gratis, ellos la traen. Es mucho más eficiente para los coches y rinde más.
El problema es que contamina 500 veces más que la mexicana refinada en los EU y contamina 700 veces más que la gringa, además produce una cantidad de partículas sólidas que son terriblemente tóxicas. Tanto que las autoridades sanitarias proponen cerrar las gasolineras. Si te fijas, antes la contaminación era una nata café sobre la ciudad, ahora es una neblina grisácea que no se disipa. Igual que la que se ve en China, India o Paquistán, que son los países más contaminados del mundo”.
Vista esta información en medio del malestar ciudadano que los obliga a dejar sus autos y usar el insuficiente y deteriorado transporte público para trasladarse a sus actividades cotidianas, pues es casi un hecho que este mensaje lo den por cierto y de inmediato lo circulan “para que todo el mundo lo sepa”.
No obstante diversas aclaraciones al respecto que niegan esa importación, el mensaje sigue circulando. José Manuel Carrera Panizzo, Director de alianzas y nuevos negocios de Pemex, informó que “la gasolina que se importa proviene de EU, Holanda, Italia y GB y es de alta calidad”, con lo que se desmiente que se importe gasolina de China de baja calidad. En el mismo sentido, escuchamos decir al titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano, que él no ha visto el nombre de China como uno de los países de donde México importe gasolina.
Pues sí, hay que acostumbrarse al internet y las redes sociales, porque “son lo de hoy”, es el costo de una sociedad que busca estar bien informada y conectada en el mundo cibernético.