Del mar al desierto
José Antonio López Sosa viernes 7, Oct 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Wadi Rum, Jordania.- Este país es un mosaico de escenarios, aromas, colores y texturas que de un lado al otro, nos pueden regalar distintas visiones del mundo cuando nos adentramos un poco en la historia de quienes poblaron estas tierras desde hace miles de años.
El Mar Muerto, muy cerca de Amman, es el punto más bajo sobre la tierra, casi 500 metros bajo el nivel del mar donde un lago con cerca del 35 por ciento de salinidad tiene características únicas, rodeado de una infraestructura turística creciente.
De ahí, las montañas hacia el sur dibujaron una antigua civilización Navatea: Petra, una las maravillas del mundo. La ciudad esculpida entre grandes montañas de piedra nos da muestra de la capacidad que el hombre ha tenido con el paso del tiempo.
Luego de Petra, las montañas se transforman en desierto, la inmensidad crea paisajes extraordinarios donde la naturaleza se esconde bajo las arenas y piedras de esta gran aridez que culmina hasta la península arábiga.
Wadi Rum es una reserva donde hay diversos campamentos que permiten al visitante tener una experiencia directa con el desierto, ahí se puede dibujar el cielo plagado de estrellas, visitar pinturas rupestres, pasear en camello o bien, caminar entre las montañas y dunas.
Así es Jordania, un país que en menos de tres horas por carretera permite estar en el mar y el desierto, pasando por montañas y barrancos, con gente local alrededor, disfrutando de una cultura milenaria en un ámbito de seguridad que muchos dudan, por los conflictos que se viven en países vecinos.
Mañana vamos a Aqaba, el único puerto jordano en el Mar Rojo, salida del país al mundo marítimo, rumbo al Mediterráneo por el Canal de Suez o bien, hacia África y el Índigo tras navegar el Mar Rojo hacia el sur.
Es exagerado el pensar en Jordania y relacionarla con la inseguridad de Siria o Iraq, se trata de países y realidades distintas. Hoy en día Jordania ve en el turismo un polo de desarrollo importante, por ello, la vocación de recibir al visitante internacional cada vez más amplia. Vale la pena visitar estas tierras.