Ni de chiste
¬ Javier Cadena Cárdenas viernes 7, Abr 2017Termómetro
Javier Cadena Cárdenas
En el libro “Ja. La ciencia de cuándo reímos y por qué”, el científico Scott Weems comparte los resultados del proyecto “Laboratorio de la Risa” impulsado por el también científico Richard Wiseman con el apoyo de la Asociación Británica para el Progreso de la Ciencia, dentro de los cuales, además de identificar al chiste más divertido del mundo angloparlante, se encuentran varios aspectos en verdad interesantes y que ayudan a comprender la permanente emisión hacia México de actitudes negativas por parte del presidente de su vecino país del norte.
Por ejemplo, el proyecto descubrió que la mayoría de los chistes más divertidos en inglés tienen 103 palabras, que muchos tienen como protagonistas a animales (en primer lugar los patos), que la hora más divertida del día son las 18:03, y que el día 15 de cada mes es el más divertido.
El proyecto también permitió distinguir que el gusto por los chistes varía según el género y la nacionalidad.
En materia de género, la investigación dio como resultado que los hombres, a diferencia de las mujeres, prefieren los chistes que en su contenido tienen un dejo despectivo hacia los seres humanos, y dieron el ejemplo más celebrado:
“Un agente de policía para a un hombre que va por la autopista. El agente le pregunta: ¿Sabe que su mujer y su hijo se han caído del coche hace un kilómetro?
El hombre sonríe y exclama: ¡Gracias a Dios! ¡Pensaba que ya me estaba quedando sordo!”
Y refiriéndose a la preferencia según la nacionalidad, se dice que los alemanes disfrutan todos los chistes sin distinción, que los ciudadanos de los demás países europeos los prefieren absurdos y surrealistas, y que los estadounidenses a los que incluyen insultos y posibles amenazas.
Así, un chiste muy gustado por los estadounidenses es un diálogo entre un texano y un profesionista egresado de Harvard, una de las universidades más prestigiadas de ese país y del mundo mismo:
“Texano: ¿De dónde eres?
Profesionista: De un lugar donde no terminamos las frases con una preposición.
Texano: Muy bien, ¿de dónde eres, idiota?”
Como se puede comprobar entonces, y de manera lamentable, los resultados de este proyecto sobre la risa, sobre el humor, retratan a la perfección la personalidad de Donald Trump y de los ciudadanos que le dieron el triunfo en su aspiración presidencial: son despectivos, insultan y amenazan.
Y en el caso específico de Trump, se suma esa identificación de que la mayoría de los chistes en lengua inglesa considerados divertidos contienen 103 palabras, y se incluye por aquello de que está gobernando, insultando y amenazando, a través de tuits que tienen 140 caracteres.
Pero lo lamentable es que sus pequeños textos no son chistes, sino tristes y absurdas realidades, pero que ni de chiste serán aceptadas por los mexicanos.
¡Ja, sólo eso faltaba!