La delincuencia en la partidocracia
Alberto Vieyra G. martes 16, May 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué nos pasa a los mexicanos? El pan nuestro de cada día, se han vuelto en la era de la economía neoliberal, los escándalos por corrupción protagonizados por políticos, que van desde gobernadores, diputados, senadores y alcaldes, y el pueblo viendo el grotesco espectáculo que protagonizan los miembros de la partidocracia. ¡Prácticamente todos tienen cola que les pisen! ¡Nadie sale limpio!
Todo está podrido en la partidocracia. Todos aplican la máxima de “tapaos los unos a los otros”.
¿Cuánto tiempo más los mexicanos, soportaremos el robo de nuestros dineros públicos y el ultraje a nuestra dignidad, amén de la burla de nuestros votos depositados en las urnas?
¿Cuánto tiempo más toleraremos esa democracia que ha conformado el binomio políticos-empresarios?
Y es que mire usted.
El juego electorero, aquí y en China, pero fundamentalmente en otras naciones, se ha convertido en una vil simulación y engaño de las élites políticas y económicas poderosas, que son capaces de llevar al poder con dinero a delincuentes.
Y ya en el ejercicio del poder se convierten en tiranos del pueblo, echándose en brazos de otras mafias con el único fin de conculcar el mayor dinero posible para resolver sus problemas económicos de por vida.
¿Ejemplos? ¡Uff, hay para llenar libros y más libros del amarillismo político! Es una epidemia de corrupción que está matando a México.
Tan sólo en los últimos meses, testigos hemos sido de cómo un puñado de gobernadores se han convertido en delincuentes, unos que han pisado la cárcel como Guillermo Padrés Elías, del PAN, en Sonora, Javier Duarte, del PRI, en Veracruz, Tomás Yarrington, de Tamauipas y otros prófugos de la justicia, entre ellos, Gabino Cué Monteagudo, depredador del erario en Oaxaca, César Duarte Jaquez, de Chihuahua y otro que tiene asegurada una celda en algún reclusorio para los delincuentes ilustres es el actual gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, tapadera de Ney González que dejó a Nayarit en ceros.
Y si el electorado en el Estado de México no se guía por el voto razonado y ético, basado no en ideologías partidistas, sino en el sentido común; no en el interés individualista, sino en la dignidad colectiva, corre el peligro de llevar al poder a otra delincuente, Josefina Vazquez Mota del PAN, acusada junto con su familia de lavar dinero y de enriquecimiento ilícito.
¿Hasta cuándo el electorado tolerará más ultrajes a su dignidad y se dispondrá a cambiar ese estado de cosas que exhiben México como una de las naciones más corruptas?