El PRI, partido-partido
¬ Salvador Estrada jueves 22, Jun 2017Folclor urbano
Salvador Estrada
En la fiesta política ahora le toca “bailar” al Partido Revolucionario Institucional, porque César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, es acusado de descontar “mochada” a los empleados de su administración para destinarla al PRI.
Al ex gobernador, a quien las autoridades ya le echaron el ojo por sus “transas”, los priístas no deben verlo mal porque “demostró con esa “mochada” (quitarles el diez por ciento de su salario a los empleados de su administración), ser un priísta solidario que dio al tricolor, durante su sexenio, ¡diez mil millones de pesos!
Claro, ahora vienen las aclaraciones y las declaraciones de que “los trabajadores estaban de acuerdo” y que no “hubo desvío de fondos públicos”. Algunos políticos piden que se devuelva el dinero y demandan la intervención de la Procuraduría General de la República para que proceda contra el partido y quienes hayan delinquido. E incluso, partidos de la oposición señalan que esa acción puede ser causa para que el PRI pierda su registro.
Pero una mancha más al tigre no lo afecta. Los priístas contribuyen con su diez por ciento, que “es una cuota para la subsistencia del partido”, dice el dirigente del PRI en Chihuahua, Guillermo Dowell.
Y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade), es el organismo que pidió a un juez federal la detención de César Duarte, por el desvío de recursos.
La Fepade demuestra su transparencia en sus acciones, porque da a conocer que están bajo investigación el PRI en Torreón, Coahuila y el PAN en Monclova y Saltillo.
Empero, la que no está de acuerdo con el PRI, es su ex secretaria general, Ivonne Ortega, también ex gobernadora de Yucatán, y advierte que no acepta que se descalifiquen a quienes cuestionen el rumbo del partido. Y que valorará su permanencia en las filas del PRI, si la dirigencia del partido tiene la misma posición que el líder de la CNOP, el cuestionador, que no acepta críticas.
Arturo Zamora, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, sector del PRI, al conocer que un grupo de priístas “harán ruido en la próxima asamblea del tricolor”, en agosto, los calificó de “políticos de café y de dirigentes frustrados”.
Precisamente, para su próxima asamblea, el PRI se quiere “limpiar la cara” y tiene que “ajusticiar” a sus malos partidarios, como son los ex gobernadores de Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo, que ya están encarcelados, pero no en cárceles mexicanas, sino en extranjeras. Tal parece que el partido tricolor se está llenado de vergüenza por las malas acciones de los gobernadores que surgieron de sus filas y tiene que expulsarlos.
El PRI tiene el gran reto en las elecciones del próximo año y echará toda la carne al asador para ganar las elecciones, solamente que aún no tiene el candidato idóneo. Son muchos los apuntados, pero uno será el elegido y aún no se ve claro.
Es necesario que para su próxima asamblea el PRI llegue sin partidarios molestos, los “políticos de café”, y que antes se les escuche y atiendan en sus posiciones, porque si deciden emigrar del partido, después del escándalo que piensan armar, será el principio para que el tricolor se convierta un “partido-partido”.