G-19
Alberto Vieyra G. lunes 17, Jul 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Estados Unidos pone su mundo aparte. No hay duda que el “Tío Sam”, con la llegada de Donald Trump, el presidente más ridículo que han tenido Estados Unidos, ha renunciado a seguir siendo la nación más poderosa de la Tierra, o lo que es lo mismo, un imperio en plena decadencia.
La reunión del llamado G20, en Hamburgo, Alemania, ha dejado en claro que Estados Unidos se queda con su “América para los americanos y se aísla del mundo”. El G20 se redujo a G19, y dicen allá en mi tierra que “entre menos burros, más olotes”.
Y sabe usted, ¿cuál es el hipo de la bestia trumpiana?, el Acuerdo para el Cambio Climático de París. Es decir, que mientras todo el mundo, principalmente el G19, pugna por evitar la catástrofe que viene o el apocalipsis ambientalista, reduciendo la quema de combustibles fósiles que están provocando que nuestro planeta esté convertido en un bote de tamales.
Donald Trump y sus yunaites están empeñados en seguir contaminando al mundo para provocar esa catástrofe ambientalista. ¡Inaudito!
El llamado G20, que se ha reducido a G19 por la testarudez trumpiana, es una organización de extraordinaria utilidad. Los gobiernos que allí se sientan o se reúnen a gastarse nuestros impuestos, dizque queriendo arreglar el mundo, representan más de dos tercios de la población, el 85% del PIB mundial y el 75% del comercio global. Recuérdese que en el planeta existen más de 7 mil millones de personas, que todos los días comen, beben, gastan a lo bestia y contaminan igual.
Gran parte de los habitantes parias en el mundo, siguen cada año o cada vez que se reúne el G20, con monumentales manifestaciones en contra de las políticas depredadoras de esas naciones, que ponen en riesgo a la humanidad. Tan sólo en Alemania, más de 20 mil policías fueron incapaces de contener a manifestantes antiimperialistas.
Claro está que también esos activistas no pierden la oportunidad de dejar su huella durante las elitistas cumbres del G7, que reúne a las 7 economías más grandes del planeta, y que seguramente la próxima cumbre se reducirá al G6, toda vez que con Donald Trump Estados Unidos se reduce por sí mismo al G0 o al G1.
Al paso que vamos, estos países del G19 y G6, asilarán poco a poco a Estados Unidos, pues han llegado a la conclusión de que con Donald Trump y su proteccionismo comercial, ni a misa. El “Tío Sam” terminará solo.
Sin embargo, hay algunos líderes mundiales que creen que pueden cambiar a Donald Trump. Uno de estos es el francés Emmanuel Macron, un político culto que está de moda, y que en la Francia se asegura arrastra multitudes por su carisma, juventud y oficio político, virtudes de las cuales carece Donald Trump.
Macron anuncia una cumbre sobre el cambio climático para diciembre en París, y cree que para entonces habrá convencido a la bestia trumpiana para que Estados Unidos deje de ser la principal nación contaminadora del mundo. Bueno, veremos, dijo un ciego.
Por ahora, al mundo le queda claro que Donald Trump ha roto con las más elementales reglas de oro escritas y no escritas de la diplomacia internacional. En Alemania, por ejemplo, fue su hija la que se sentaba en su lugar cuando él se levantaba, en vez de que ese sitio lo ocupase el secretario de Estado norteamericano, y también queda claro que Trump ha renunciado a que Estados Unidos siga siendo líder mundial y se quede solamente con su “América para los americanos”, tema del que le hablaré en capítulo aparte.