¿Será cierto?
Ramón Zurita Sahagún viernes 30, Sep 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde su primer viaje presidencial a los estados de Tabasco y Chiapas, Felipe Calderón Hinojosa comprometió su gobierno para frenar las inundaciones que año con año se registran en esa zona.
Son decenas de miles de damnificados que anualmente pierden, en el mejor de los casos, sus pertenencias, aunque también se ocasionan pérdidas humanas, debido a las fuertes corrientes que se generan de los ríos Grijalva y Usumacinta, así como de sus afluentes.
Las tragedias de tabasqueños y chiapanecos dejaron de ser noticia de interés, fuera de esos territorios, debido a la frecuencia con que se presentan, durante la temporada de lluvias y fuera de ellas.
Es cierto que fluye la ayuda humanitaria, la que proporciona el gobierno y la que las almas piadosas envían para amortiguar las graves pérdidas y se multiplican las promesas de evitar en lo futuro este tipo de tragedias que enlutan y empobrecen aún más las economías familiares.
Se dice que se trabaja en planes hidroeléctricos, se habla de grandes inversiones, se responsabiliza a las abundantes lluvias que caen en esos estados de las inundaciones, sin que se presente solución real.
Las tragedias de Juan de Grijalva (pueblo desaparecido) y de Villahermosa (una terrible inundación), aunada a lo que sucede en casi todos los municipios de Tabasco y en gran parte de los de Chiapas, pareció sensibilizar al gobierno federal.
Se habló de grandes inversiones y de remedios de todo tipo que impedirían el desbordamiento de los ríos más caudalosos del país que se ubican en esa zona.
Los constantes viajes a esos estados de José Luis Luege Tamargo, director de Conagua, sirvieron solamente para desatar una guerra verbal entre el funcionario federal y los gobernadores Andrés Granier Melo y Juan José Sabines.
Autoridades federales y estatales comenzaron un peloteo sobre las causas que ocasionan las inundaciones, responsabilizándose unos a otros.
Se habló de que el manejo irregular de la presas era la razón fundamental de ello y que las compuertas eran abiertas y cerradas, sin criterio de por medio, se intentaron medidas desesperadas, se llegó a la batalla oral, con descalificaciones de uno y otro lado y acusaciones del desinterés de unos y otros por solucionar el problema.
Los recursos no llegaban y los paganos resultaban ser los damnificados que cada año sufrían las consecuencias de las lluvias y las inundaciones.
En Tabasco se encontró un remedio, feo, pero efectivo, para frenar otra inundación en la capital del estado. Aparecieron las costaleras que anualmente se instalan o quedan en forma permanente en la margen del Grijalva, para evitar el desbordamiento de este río que fue el que afectó gran parte de la capital del estado.
Los otros ríos, afluentes del Grijalva y del Usumacinta, continúan generando tragedias que tienen como paliativo, que son menores a las de Juan Grijalva o Villahermosa.
Con todo y ello, nadie parece encontrarle solución al problema, mucho menos las autoridades federales.
Tabasco y Chiapas se siguen inundando año con año y la solución al problema no llega.
Los años pasan y la situación es similar. Lo único que cambia es el tamaño de la tragedia, el número de muertos y el monto de las pérdidas económicas.
Por eso, en esta enésima visita que realizó a esas entidades el presidente Calderón se escuchan de nueva cuenta las promesas de que ya se encontró una solución definitiva para evitar tragedias como la de Juan de Grijalva, mediante la construcción de dos túneles, con lo que, dijo el Ejecutivo federal, se evitará un nuevo bloqueo como el que provocó la tragedia y desaparición de la población de Chiapas.
Por lo demás, la espera continuará y ahora que se avecina la temporada de lluvias, los habitantes de esas entidades del sureste, especialmente los de Tabasco, ven con temor el riesgo de una nueva tragedia.
INFORME DE CÉSAR DUARTE
El gobernador de Chihuahua, César Duarte, rendirá su primer informe de gobierno el próximo sábado, tiempo difícil para su administración, ya que recibió una entidad sumamente golpeada por la violencia.
La recomposición social del estado no ha sido tarea fácil, aunque en el tema de la violencia se avanzó notablemente, frenando la misma con la presencia de fuerzas federales, las que han permitido la captura de bandas de extorsionadores y secuestradores, muchos de ellos sentenciados a cadena perpetua.
El gobierno de César Duarte logró consolidarse, aunque el inicio no fue sencillo, por la herencia recibida de su antecesor José Reyes Baeza Terrazas.
Sin embargo, en un afán por mostrar que en Chihuahua se recuperó la seguridad, la clase política hará acto de presencia en el evento.
Hasta el momento, se tienen confirmada la presencia de 22 gobernadores, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; además, del presidente del CEN del PRI, Humberto Moreira; el coordinador de los senadores de ese partido, Manlio Fabio Beltrones y del ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
La representación presidencial correrá a cargo del secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
FERNÁNDEZ PICHARDO, EN LA AME
Benjamín Fernández Pichardo asumió la presidencia de la Asociación Mexicana de Editores, agrupación que conjunta 128 diarios del país.
El nuevo dirigente es propietario del diario “El Imparcial” de Oaxaca, el decano de la prensa en esa entidad, con seis décadas de circulación.
La labor de Fernández Pichardo será ardua, toda vez que la prensa vive momentos difíciles en México.
Por tal motivo, una de las primeras visitas que hizo en su carácter de nuevo dirigente de la AME, fue al secretario de Gobernación, José Francisco Blake, con el que dialogó sobre la situación de la prensa en México.