Polémicos y ambiciosos
Ramón Zurita Sahagún jueves 3, Jun 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El auto de formal prisión decretado contra Gregorio Sánchez Martínez muestra el grado de improvisación que priva actualmente en la actividad política.
Los partidos buscan con desesperación personajes que les atraigan las simpatías del electorado, sin importar si se encuentran o no capacitados para gobernar y personajes con dinero y ambiciones se presentan como alternativa para convocar al electorado a las urnas.
El descrédito de los políticos y de esa actividad hace que se exploren esas vías para motivar a un electorado parco que muestra poco interés por acudir a las urnas.
Durante largas décadas, el PRI monopolizó los personajes políticos más polémicos, los que suplían sus carencias ideológicas con frases ocurrentes, aunque al final mostraban deficiencias de todo tipo.
Fueron personajes con los que el partido en el poder se sentía comprometido por la ayuda prestada a sus candidatos presidenciales y a los que compensaba con cargos de elección popular, sin importar que sus triunfos significaran un alto costo para la población.
Polémicos, ingeniosos y hasta improvisados, aquellos próceres postulados por el PRI son el antecedente directo de los candidatos que, en su afán de ganar a como sea, vienen postulando otros partidos.
Hay de todo en este mundo de improvisación política, ya que algunos basan sus éxitos en la palabra fácil, la frase ocurrente, los regalos costosos, la inversión económica o el estar dotado de un carisma que les permite impactar en una población ávida de promesas.
Desde los tiempos en que partidos ya desaparecidos postularon al “Púas”, Rubén Olivares y a Luis Manuel Pelayo, hasta organismo políticos existentes y todavía poderosos que llevaron entre sus candidatos a Francisco “Paco” Stanley, aunque, para fortuna de muchos, ninguno de los tres ganó la elección.
Sin embargo, el caso más reciente fue el “Juanito”, Rafael Acosta, un personaje popular que fue manipulado al por mayor y conquistó al electorado de Iztapalapa, aunque en el momento en que intentó emanciparse fue arrollado por quienes lo encumbraron.
El caso de Gregorio Sánchez Martínez es diferente, aunque corre por el mismo carril de la improvisación política y que es postulado a un cargo de elección popular por ser un personaje popular en su comuna.
Sánchez Martínez acumuló una sustanciosa fortuna en su incursión por Cancún (Benito Juárez), por lo que satisfecho el poder económico, sintió curiosidad por alcanzar el poder político y buscó por todos los rumbos un partido que le concediera una candidatura.
De esa forma, el PRD y sus aliados de la izquierda lo nominaron al Senado de la República aunque no alcanzó su propósito y fue derrotado. Optó entonces por buscar la alcaldía de Benito Juárez y lo consiguió, para desde ahí proyectarse a la candidatura al gobierno del estado de Quintana Roo.
Sánchez Martínez se había convertido en un personaje popular, pero polémico en el municipio que gobernaba, donde corrían rumores sobre supuestos orígenes oscuros de la procedencia de su fortuna.
A ello se le agregaba la nula transparencia en su desempeño como alcalde y lo poco efectivo de su gestión.
Los panistas que irían en coalición con la izquierda en busca del triunfo en esa entidad, advirtieron que con Sánchez Martínez no irían en alianza, con otro sí.
Los partidos de izquierda hicieron caso omiso de ello y de las advertencias del gobierno federal sobre puntos negros en la biografía del alcalde de Benito Juárez y los postularon como su candidato.
En este mismo espacio nosotros señalamos en varias ocasiones que Sánchez Martínez transitaba la misma ruta por la que caminó uno de sus predecesores, Juan Ignacio García Zalvidea, otro polémico alcalde de Benito Juárez que pisó la cárcel.
A diferencia del popular “Chacho”, Gregorio Sánchez Martínez se encuentra acusado de delitos sumamente graves, vinculados a la delincuencia organizada y a la falta de transparencia en sus cuentas bancarias.
*Empecinados en sostener a Gregorio Sánchez Martínez como su candidato al gobierno de Quintana Roo, la dirigencia nacional del PRD explorará nuevos horizontes para presentar un nuevo abanderado que compita en los comicios del cuatro de julio contra el favorito Roberto Borge Angulo.
Las que se encuentran descartadas son la esposa e hija del candidato borrado del padrón electoral. La primera por no reunir la residencia de diez años en el estado, ni la de ser mexicana por nacimiento, ya que lo es por naturalización. La segunda por no dar la edad mínima de 30 años al día de la elección para poder competir en este proceso electoral.
Eso sí, ambas podrán contribuir con su proselitismo a favor del nuevo candidato(a) con la vehemencia que les caracteriza y pueden convertirse en artífices de una copiosa votación.
*La Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó las comparecencias del secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón y del director del IMSS, Daniel Karam, para que expliquen las cifras que en materia de empleo difunde el gobierno federal.
Y es que, aparentemente, el gobierno federal promueve una danza de cifras alegres que distan mucho de ser las reales.
En el caso del director del IMSS, se pretende conocer con exactitud el número de afiliados que hay a la seguridad social, por la vía de esa institución.
*Algo pasó con Carlos Navarrete que se está perdiendo en el camino desde que asumió la presidencia del Senado de la República.
Son varias las ocasiones en que el guanajuatense externa sus deseos de convertirse en el candidato que la izquierda necesita, algo sumamente distante en una militancia que lo ve con desconfianza por su cercanía con el Poder Ejecutivo federal.
Navarrete terminará el 31 de agosto su período como presidente y retornará a la coordinación de una bancada perredista cada vez más disminuida y dividida y será entonces cuando le pasen la factura de sus mareos en el máximo cargo alcanzado en su trayectoria política.