Calderón, el presidente más débil
Roberto Vizcaíno miércoles 30, Jun 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Una nota informativa de The New York Times que advierte que el Departamento de Estado del Gobierno de Barak Obama, no sólo lamentaba este asesinato, sino que lo consideraba el peor crimen desde el de Luis Donaldo Colosio, cometido hace 16 años
Sin duda el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú tiene innumerables lecturas, pero una consecuencia inmediata fue exponer la enorme debilidad del presidente Felipe Calderón.
Dos preguntas advierten el tamaño de su enorme fragilidad: ¿a quién le sirve que siga en Los Pinos?, ¿si se hiciera un referéndum, quien votaría por su permanencia en la Presidencia de México?
Ambas interrogantes son válidas ante el retiro de sus ya muy mermados apoyos políticos, económicos y sociales.
El respaldo del sector económico quedó en evidencia al caer ayer a su más bajo nivel la Bolsa de Valores y ante una serie de pronunciamientos de dirigentes del sector privado que advierten que empresarios, industriales y comerciantes así como financieros no sólo no creen ya en Calderón, sino que algunos muestran un abierto enojo respecto de su gestión.
Su principal apoyo político, el del PRI, ha quedado hecho añicos. Hay quienes dentro de sus filas no dudan en señalar que el jefe del Ejecutivo Federal es el principal responsable no sólo del asesinato del candidato a la gubernatura de Tamaulipas, sino del ambiente de crispación, confrontación y abierta violencia que prevalece en el ámbito político-electoral del país.
Indican que su responsabilidad surge de dos hechos:
-Que no ha sido capaz de contener la ola de violencia y crecimiento del crimen organizado en el país, y:
-De que su insistencia de actuar como jefe de campaña del PAN a través del uso de una guerra lodera, muy sucia, con el uso de todas las argucias posibles –intercepciones telefónicas; la constante descalificación de los contrarios a quienes se les imputa sin base alguna vinculaciones con el crimen organizado (véase el caso del candidato priísta al gobierno de Sinaloa, Jesús Vizcarra quien es señalado una y otra vez con vinculaciones con el narcotráfico por más que ha demostrado que no hay nada de eso)-, y el uso sin límite ni prudencia de los enormes recursos financieros del Estado, especialmente los concentrados en Sedesol, han generado un clima de inequidad y descalificación que mantiene casi en la confrontación física a amplios segmentos en estados donde se realizarán elecciones el domingo próximo.
Un caso específico es el de Oaxaca donde actores absolutamente ligados al PAN y su gobierno (como son los delegados de prácticamente todas las dependencias federales), así como personajes como Diódoro Carrasco, vuelven a propiciar un clima de secuestro de la ciudad capital.
El rompimiento entre el PRI y su presidencia quedó sellado anoche al señalar Beatriz Paredes que los priístas no lo dejarán seguir alimentando un intento por descarrilar las instituciones del país en una pretensión sin sustento para instaurar el autoritarismo en México.
Desde el principal salón de la sede nacional del PRI, acompañada por 16 de los 19 gobernadores del tricolor, los líderes de las fracciones de este partido en el Senado y la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones y Francisco Rojas , respectivamente, así como de los líderes de los tres sectores de este instituto: Cruz López, de la CNC; Emilio Gamboa, de la CNOP y Joel Ayala, del sector Obrero, Beatriz Paredes le recordó a Calderón que al jugar el juego sucio que hoy aplica, no sólo agrede al PRI sino que se olvida que este partido fue el que garantizó su llegada al poder.
Al decir esto, ahí, rodeada por los gobernadores Enrique Peña Nieto, del Estado de México; Fernando Ortega Barnés, de Campeche; José Reyes Baeza, de Chihuahua; Humberto Moreira, de Coahuila; Mario Anguiano, de Colima; Ismael Hernández Deras, de Durango; Miguel Ángel Osorio Chong, de Hidalgo; Ney González, de Nayarit; Rodrigo Medina , de Nuevo León; Mario Marín, de Puebla; José Eduardo Calzada, de Querétaro; Fernando Toranzo, de San Luis Potosí; Andrés Granier, de Tabasco; Fidel Herrera, de Veracruz e Ivonne Ortega, de Yucatán, fue obvio que la presidenta del PRI le estaba indicando que si el PRI garantizó su ascenso, podría bien propiciar su caída.
Ya antes, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ante el féretro de Rodolfo Torre Cantú, el candidato asesinado, la dirigente nacional del PRI había sido especialmente dura con Calderón.
Dijo:
“Me han instruido mis compañeros para que hoy en la tarde dirija un mensaje al priísmo nacional, que no lo hacemos en este espacio, porque este es un espacio de duelo y nosotros no usamos los duelos para hacer cadenas nacionales, para ver si esto tiene algún sentido de reivindicación política, de políticas públicas que evidentemente son inexplicables”.
Ahí, como luego lo haría desde la sede nacional de su partido, Beatriz Paredes exigió respeto al dolor de los priístas y especialmente de la familia del candidato sacrificado.
No era necesario decir que los tricolores repudiaban el uso que el presidente Calderón hizo de este acontecimiento para ganar simpatías.
Beatriz señaló:
“Porque el dolor no encuentra nunca las palabras exactas para expresarse, sólo queremos decirle a Beba, a su familia, al doctor, a Egidio, su hermano, a los familiares de Enrique BlackMore y de los compañeros fallecidos que no están solos, que en todo el país hoy el priísmo está de luto y las gentes de bien que existen en México están de luto.
“Queremos creer que en México hay más gente que quiere la verdad, el bien y la democracia, que gente que quiere el odio, la sinrazón y el caos.
“Porque estamos convencidos de ello le expresamos al priísmo tamaulipeco nuestra presencia permanente.
“Aquí estamos todos los gobernadores del país, aquí están los coordinadores de los grupos parlamentarios, los dirigentes de nuestras grandes organizaciones nacionales, agradecemos la presencia de dirigentes de otras fuerzas políticas que no lucran con este incidente, como pretenden hacerlo otros políticos improvisados.
“Este es un momento en donde exigimos respeto a nuestro dolor, exigimos respeto a nuestro duelo y que sólo a lo que aquí han exclamado las expresiones espontáneas, exigimos justicia, y estamos con el ingeniero Eugenio Hernández, para encontrar la justicia y para lograr el esclarecimiento de los hechos.
“Amigos tamaulipecos sientan la fraternidad y la hermandad del priísmo de todo el país, estamos con ustedes, honramos a Rodolfo por todo lo que significa, no por lo que significó, porque los valores que Rodolfo significa, son valores permanentes.
“Me han instruido mis compañeros para que hoy en la tarde dirija un mensaje al priísmo nacional, que no lo hacemos en este espacio, porque este es un espacio de duelo y nosotros no usamos los duelos para hacer cadenas nacionales, para ver si esto tiene algún sentido de reivindicación política, de políticas públicas que evidentemente son inexplicables.
“Quédense con nuestro corazón. Quédense con nuestra emoción… con nuestro dolor profundo y con nuestra lealtad.
“La lealtad de Rodolfo es la lealtad del PRI de Tamaulipas, por esa lealtad somos grandes y son grandes los tamaulipecos y vamos a vencer al dolor, porque el crimen no nos va a doblegar”, advirtió.
Esto lo dijo Beatriz Paredes mientras en otros círculos y ámbitos se advertía a un presidente de la República muy debilitado.
Un ejemplo fue la nota de The New York Times que advierte que el Departamento de Estado del Gobierno de Barak Obama, no sólo lamentaba este asesinato, sino que lo consideraba el peor crimen desde el de Luis Donaldo Colosio.
Este es el ambiente en que gobierna hoy Felipe Calderón.