Alianzas extrañas
Ramón Zurita Sahagún lunes 1, Feb 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Resulta curioso ver el rasgamiento de vestiduras por parte de algunos políticos y dirigentes de partidos en torno a las alianzas que en la actualidad se establecen entre partidos de ideologías contrarias.
Y es más sorprendente cuando algunos de estos personajes las califican de contranatura, haciendo gala de una frágil memoria que los ubica dentro del grupo de desmemoriados o de los que recurren al borrón y cuenta nueva, olvidando el pasado reciente, donde sus partidos establecieron nexos y alianzas similares.
Desde la época de partidos satélites, donde la mayoría de ellos gravitaban alrededor del PRI, a la espera de las migajas que estos dejaban en sus manos, en una muestra de su benevolencia.
La abyección mostrada por estos partidos, abuelos y padres de algunos de ellos, las traiciones que más tarde le jugaron a quien les dio vida artificial durante décadas forman parte de un pasado vergonzoso que hoy parecen olvidar.
En la historia política moderna del país, la existencia y desaparición de partidos es una gran constante, donde surgieron varios personajes que fueron recompensados por los servicios prestados al gobierno con la formación y entrega de su propio partido político que se convirtió en propiedad exclusiva de ellos.
Como sucede en la actualidad con varios partidos minoritarios -cuando menos cuatro- en el pasado la formación del Partido Popular Socialista, del Auténtico de la Revolución Mexicana y del Socialista de los Trabajadores, les fueron endosados a tres personajes que se convirtieron en dueños absolutos de los mismos, con la condicionante de respaldar en la mayoría de los casos al candidato presidencial surgido del PRI.
De esa manera, Vicente Lombardo Toledano, Juan Barragán y Rafael Aguilar Talamantes, se comprometieron -y así lo hicieron- a apoyar a varios de los candidatos presidenciales postulados por el PRI.
Por eso, a nadie sorprende el manejo que se tiene en la actualidad con cuatro de los partidos vigentes donde se mantienen cacicazgos en la dirigencia y se manejan como propiedad particular.
La reciente intervención del Tribunal Electoral para desconocer al presidente del PT, Alberto Anaya, es una muestra del férreo control que se mantiene en este partido desde su fundación y el manejo que Anaya hace del mismo como propiedad particular.
Igual sucede en Convergencia donde Dante Delgado Rannauro fue obligado también a dejar la presidencia del partido, surgiendo Luis Maldonado Venegas y hoy Luis Walton Aburto como presidente del partido, aunque Dante mantiene el control del mismo.
En el Partido Verde las cosas son peores, ya que la estafeta se pasó de padre a hijo, como si se tratase de una herencia. Jorge González Torres fue el fundador del partido y se mantuvo al frente del mismo hasta que decidió legarlo al hijo, Jorge Emilio González Martínez, quien desde entonces se mantiene al frente del mismo.
Nueva Alianza es un partido de reciente creación, con el paso por dos elecciones, donde logró la permanencia del registro y aunque el control del partido es detentado por Elba Esther Gordillo Morales, ella prefiere mantenerse alejada de la dirigencia formal.
Este partido formado alrededor de una escisión de maestros fugados del PRI, principalmente, se mantiene bajo el control de la presidenta vitalicia del magisterio oficial.
Con esa forma de manejo que tienen estos partidos es fácil navegar entre dos aguas y aliarse con partidos de la derecha, izquierda o el centro, sin menoscabo de su frágil ideología.
Si en el pasado los partidos de izquierda como el Popular Socialista y el Socialista de los Trabajadores se colgaban fácilmente del partido del centro en sus alianzas para lograr la sobrevivencia y más adelante el supuesto partido defensor de la ecología y el medio ambiente lo hizo con el PAN, en un principio y con el PRI, después, no resulta nada raro que en el presente, la izquierda representada por el PRD y la derecha cuya máxima expresión es el PAN, puedan coaligarse para hacer un frente común.
Peor aberración que eso, solamente puede ser la extraña alianza que priístas y panistas establecieron en Chiapas, donde el candidato del PAN renunció a su candidatura y exhortó a sus seguidores para que votaran a favor del candidato del PRI, José Antonio Aguilar Bodegas, quien finalmente no consiguió el triunfo en las urnas en los comicios del 2006.
*Doble motivo de júbilo debe tener Dante Delgado Rannauro, candidato de Convergencia al gobierno de Veracruz, ya que en días pasados festejó a su madre su 90 aniversario, y por el otro, Andrés Manuel López Obrador le refrendó su respaldo como abanderado de la izquierda.
Y es que en Veracruz, algunos dirigentes del PRD le están regateando el apoyo a la candidatura del ex gobernador, con lo que se aprecia cojo el frente de izquierda que se pretende formar.
Dante, sin embargo, cuenta con el apoyo de algunos ex priístas, otros más que militan todavía en el partido tricolor y los muy escasos militantes con que cuenta el Partido del Trabajo en esa entidad.
La contienda veracruzana amenaza con polarizarse en el momento en que el Revolucionario Institucional anuncie la candidatura de Javier Duarte de Ochoa y Acción Nacional, lo que parece inminente, la nominación de Miguel Ángel Yunes Linares.
Para ese momento se prevén rompimientos, deserciones y cambios de camiseta de priístas y panistas que emigrarían hacia otros institutos políticos o, simplemente, cambiarían el sentido del voto.
*Después de tantos escándalos y berrinches, David Monreal Ávila, alcalde de Fresnillo, desistió de su intención de competir por el gobierno de Zacatecas, dejando la vía libre para que la alianza PRI-PT lleve la candidatura de Miguel Alonso.
Monreal consideró que con este abanderado la coalición podrá derrotar al candidato oficial postulado por el PRD y avalado por la gobernadora Amalia García Medina.
Y es que la candidatura del senador Mejía Haro provocó una escisión en las filas del PRD, donde varios de sus militantes renunciaron al partido y se encuentran dispuestos a apoyar otras opciones.