El Infierno, aquí y ahora
Cine viernes 24, Sep 2010Vértebras del cine
Luis Diego Hernández Romero
La cultura mexicana tiene en sus entrañas una espléndida cualidad humorística para tratar asuntos delicados, desde el misterio de la muerte y la celebración de día de muertos, hasta la revisión crítica de su propio contexto social, identificable fácilmente en la época de oro del cine nacional, en donde los clichés fueron definidos y realzados para la posteridad.
Parece que en México se sigue mucho esa línea de manifestación por las inconformidades, carencias y dualidades en las que se halla sumergido el país. Luis Estrada vuelve a retratar el folklore mexicano a la manera de La Ley de Herodes, con espasmos humorísticos que aligeran la carga del tema que trata: el narcotráfico como cotidianeidad.
El Infierno caricaturiza la vida cotidiana del país en el momento justo del bicentenario. Lejos de intentar retomar a los, llamados héroes de la independencia y revolución, como otras películas estrenadas recientemente, la película de Estrada realiza una sátira en la que nos ofrece un replanteamiento sobre dicha celebración.
Las consagradas revoluciones de antaño por conseguir una mejor calidad de vida parecen cuento de nunca acabar y en San Miguel Arcángel, pueblo donde suceden los acontecimientos en la cinta, la guerra dentro del mundo criminal está latente e inmersa en todos los ámbitos políticos y sociales sin ninguna clase de escrúpulos. El protagonista, Benny, interpretado por Damián Alcázar, regresa de los Estados Unidos para encontrarse con una situación deplorable en su pueblo natal, y cuya una solución parece estar en el narcotráfico.
El argumento plantea un fuerte cruce de caminos casi inevitable, donde la libertad juega un papel secundario, quimérico; La pobreza y falta de oportunidades de trabajo y de ingresos económicos arrastran a los habitantes de San Miguel Arcángel a la delincuencia, de modo tal que esta forma de vida se convierte en la única manera de salir adelante. He ahí la encrucijada diabólica, por un lado la posibilidad de condenarse a una vida desdichada, pero imperativamente ética, y por el otro, la necesidad de ofrecer una vida digna a los seres queridos, a cuestas de la integridad moral y ante el riesgo de perder la vida.
Independientemente de los diálogos que hiperbolizan el uso del lenguaje altisonante y demás clichés, la construcción de cada uno de los personajes guarda un nivel de sutileza que combina perfectamente los elementos necesarios para identificar de inmediato a qué se dedican o de donde han salido.
El Infierno no se postula como una posibilidad etérea, por el contrario, aparece en la realidad de cada día; la permeabilidad del crimen en la vida cotidiana en un carácter casi indispensable aunque de manera irónica, lleno de principios y con un extraño sentido de conciencia por el progreso del país. Preocupación por la educación, la lealtad, honestidad, inclusive la bendición para el cumplimiento de la acción criminal, en fin… el pan de cada día.
Cuadro por cuadro
Tras el éxito de Toy Story 3 de Disney Pixar, la compañía de animación se prepara para su próxima producción. Una historia épica que llevará por título: Brave, acerca de una joven princesa que emprenderá una gran odisea entre monstruos y magia. *** Natalie Portman podría revivir la clásica figura de Blanca Nieves, en una reinterpretación del cuento recopilado por los hermanos Grimm. La nueva versión será producida por Brett Ratner, director de X-Men.