Dedazos al por mayor
Ramón Zurita Sahagún miércoles 3, Feb 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante largas décadas de la vida política nacional, los partidos de oposición expresan una queja frecuente, la antidemocracia practicada por el PRI, lo que redunda en cotos de poder que son heredados a sus “delfines”.
Esa constante del partido tricolor, los supuestos cacicazgos y los abusos de poder, son los principales motivos que llevaron a los partidos de oposición a romper con todos los esquemas y fraguar una alianza que ha sido severamente criticada por quienes no forman parte de ella y hasta por militantes y dirigentes de esos partidos.
La imposición de candidatos fue una realidad en los tiempos de partido único y al partido tricolor le daba buenos resultados, hasta que alguien descubrió la fórmula mágica de abrir los procesos de selección de candidatos a la militancia y hasta a toda la ciudadanía.
El resultado de esa nueva mecánica no fue satisfactorio, ya que provocó deserciones, molestias y un doloroso voto de castigo que derivó en la pérdida de un importante número de gubernaturas.
Ante este escenario, los priístas decidieron recobrar su viejo esquema de candidatos de “dedazo”, observando que mediante este método se recuperaron plazas importantes a nivel estatal y los principales ayuntamientos de esas entidades.
El método se puso en boga nuevamente y en el escenario de doce elecciones estatales, la dirigencia priísta decidió que fueran los gobernadores, en el caso de los estados en los que gobierna el PRI, los que decidieran el nombre de sus sucesores o, en su defecto, desde el centro se decidiera el nombre del abanderado tricolor.
Regresar al método del “dedazo” es una constante en el PRI en este proceso electoral del que surgirán el cinco de julio doce nuevos gobernadores.
César Duarte, Chihuahua; Rodolfo Torre Cantú, Tamaulipas y Jorge Herrera Caldera, Durango, son los primeros “delfines” priístas en ser propuestos como candidatos de unidad en sus respectivos estados.
Ese mismo camino habrán de seguir Eviel Pérez Magaña en Oaxaca; Javier Duarte de Ochoa en Veracruz; Roberto Borge en Quintana Roo; Francisco Olvera en Hidalgo; Javier López Zavala, Puebla y Jesús Vizcarra, Sinaloa.
Pero no solamente ellos, ya que también en los estados en los que no gobierna, el PRI recurrirá al mismo sistema de designación de candidatos para presentar a los candidatos con los que pretende recobrar esas parcelas de poder.
Miguel Alonso Reyes, Mariano González Zarur y Carlos Lozano, son las cartas que se apuntan para competir por los estados de Zacatecas, Tlaxcala y Aguascalientes, pero si no son ellos, los que resulten gozarán del mismo privilegio de ser candidatos de “dedo”, promovidos por esa garantía de la que disfruta la dirigencia del partido.
Sin embargo, aquellos que acusan al PRI de antidemocrático y de usar viejas artimañas recurren a los mismos sistemas, los que aplican en sus respectivas selecciones de candidatos.
De esa forma, José Rosas Aispuro Torres fue ungido como candidato de la alianza opositora construida en Durango por los partidos Acción Nacional, Convergencia y Partido de la Revolución Democrática, los que instaron al ex diputado priísta para que renunciara a ese partido a cambio de entregarle en bandeja la candidatura al gobierno del estado.
Varios personajes fueron dejados de lado para que los dirigentes de los partidos pudieran imponer a un candidato cuyas cualidades más reconocidas fueron las de haber militado en el PRI y ser beneficiario de lo mismo que se quejaba, de una imposición de su candidatura.
En Veracruz se avecina un proceso parecido con la candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares, convertido en fruto de discordia, por la imposición que de él quiere hacer la dirigencia panista, en una entidad en la que es rebasado en las encuestas por otro aspirante, Gerardo Buganza Salmerón.
El “dedazo” a favor de Yunes Linares es solamente cuestión de tiempo, como también es una realidad la candidatura de Dante Delgado Rannauro como candidato de la izquierda, luego de que Dante fuese propuesto por el propio Dante para ese cargo.
Oaxaca muestra otra gran alianza construida alrededor de la candidatura de Gabino Cué Monteagudo, favorecido también por el gran “dedo” electoral que lo promovió a la candidatura de los partidos que buscan derrotar a toda costa al PRI, sin importar los métodos a los que recurran.
Zacatecas es el ejemplo de una gran mascarada montada desde el gobierno estatal, donde el “dedo” de Amalia García medina favoreció a su “delfín”, Antonio Mejía Haro, pero provocó una gran desbandada de militantes perredistas que buscan otras opciones apoyando a los candidatos del PRI y PAN, principalmente.
Y es que el uso del dedazo dejó de ser un privilegio exclusivo patentado por el PRI, para ser usado en forma recurrente por los otros partidos, los que ven en ello la posibilidad de censurar su uso y abusar del mismo.
*Hidalgo se aleja de la posibilidad de que la oposición al PRI construya un gran frente electoral como los que pretende establecer en Oaxaca Durango y Puebla, ante la terquedad de José Guadarrama Márquez por ser el abanderado de esa alianza partidista o quedarse como candidato del partido del sol azteca.
Esa simple posibilidad abre un frente que obligará a Xóchitl Gálvez Ruiz a cumplir con su palabra y abstenerse de competir al no lograr conjuntar al gran frente opositor que busca.
Guadarrama ya fue candidato a gobernador hace seis años y perdió ante el actual gobernador Miguel Osorio Chong, pero el triunfo alcanzado dos años después en los comicios federales lo hace mantener latente la posibilidad de competir y ahora si vencer a los candidatos de los otros partidos que participen en la contienda del cinco de julio próximo.