Riesgo en cinco estados
Ramón Zurita Sahagún jueves 4, Feb 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cinco de las 12 entidades que tendrán cambio de Ejecutivo estatal en julio próximo se ubican dentro de las más peligrosas del país, por la presencia de los grupos delincuenciales, los que actúan con gran impunidad.
Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, Durango y Zacatecas se encuentran inscritas en el rubro de la violencia, donde faltaría añadir Baja California -tendrá elección de alcaldes y diputados locales-, Coahuila, Michoacán y Sonora.
El riesgo de penetración de los grupos delincuenciales en los procesos electorales, con el narco a la cabeza, es alto, aunque no se sabe de alguna estrategia de los partidos ni de los organismos electorales para impedir dicha penetración.
No será la primera ocasión en la que se celebren comicios con la presencia de estos grupos violentos, ni tampoco la primera en la que se sospeche de presunta participación de dichos grupos a favor de un candidato o partido.
Hasta el momento, no se cuenta con pruebas fehacientes de que el crimen organizado respalde a uno u otro partido participante o de que apoye a los candidatos en campaña.
Sin embargo, la duda se mantiene y más cuando es alimentada por personajes políticos que en el pasado reciente fueron candidatos en uno de esos procesos.
Tal es el caso del diputado federal panista, Javier Corral Jurado, el que desde la propia tribuna de la Cámara de Diputados expuso que las mafias del narcotráfico lo tentaron con ofertas de apoyo económico para su campaña por el gobierno de Chihuahua en 2004.
Según Corral Jurado rechazó cada una de las propuestas, pero los propios ofertantes le hicieron saber que no sucedió lo mismo con su adversario priísta, José Reyes Baeza Terrazas, actual gobernador del estado.
Las palabras del panista provocaron un fuerte debate entre priístas y panistas, ante la afirmación del blanquiazul de que las campañas de ese entonces se financiaron con dinero ilícito.
Ayer, los priístas exigieron pruebas de las palabras de su homólogo panista y la presentación de las mismas, si es que como dice Corral presentó denuncias en forma y tiempo sobre los acontecimientos.
Y es que conforme se acerquen los tiempos electorales, aumentarán las presunciones de penetración del crimen organizado en las campañas y renacerán las sospechas sobre la procedencia del dinero usado en las mismas.
Es sabido que las campañas de ninguno de los partidos contendientes, en menor o mayor medida, se ajustan a los topes establecidos y que el dinero usado en las mismas procede de alguna parte -muchas veces de las arcas de los gobiernos estatales-, sin que nadie se atreva a lanzar la primera piedra para esclarecer el velo de misterio de que se rodea.
Acusaciones las hay por el mayor, pero careciendo de pruebas que las sustenten, ante la indiferencia de las autoridades por investigar el uso y abuso de recursos públicos y privados que no son declarados.
Por eso, los cinco estados con alto índice de violencia donde los ciudadanos elegirán a sus nuevos gobernantes deberán ser objeto de un acucioso seguimiento para evitar que el imperio de la impunidad siga prevaleciendo en ellos.
De esos cinco estados con tasas criminales elevadas, cuatro son gobernados por el PRI (Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Sinaloa) y uno más por el PRD (Zacatecas). Tres de ellos no han conocido un gobierno ajeno al partido tricolor y Chihuahua fue la segunda entidad ganada por el PAN en las urnas, aunque al sexenio siguiente regresó a manos priistas.
En Chihuahua es donde se dan los hechos más violentos de los últimos tiempos y la ciudad más poblada del estado, Ciudad Juárez, fue considerada el año pasado como la más violenta del mundo.
Para no desmentir esa nada gloriosa distinción, el pasado domingo 15 jóvenes fueron masacrados durante la celebración de una fiesta, donde quedaron heridos otra docena de asistentes.
Zacatecas se distingue por haber sido el año anterior la sede de la fuga masiva de reos más importante de los últimos tiempos, al margen de los escándalos de supuestos involucramiento de personajes políticos con los cárteles de la droga.
Sinaloa registra cotidianamente asesinatos al por mayor y la brutalidad con que son cometidos parece ya asustar a nadie, ante la resignación de la población que se mantiene ajena a los grupos del crimen organizado, pero que resienten de muchas formas las expresiones de violencia y el estigma que cargan desde hace varios lustros.
Durango está considerado como el bastión de uno de los cárteles de la droga y se presume que la entidad vive uno de los más peligrosos jefes del crimen organizado, mientras que en la zona lagunera, en la capital del estado y en la región serrana se producen asesinatos por racimo.
Tamaulipas bajó un poco el índice delictivo, pero se asume como el estado del que proceden algunos de los grupos –Zetas– catalogados como de los más violentos dentro de los que se encuentran ubicados en el crimen organizado. El temor de la penetración de los grupos delincuenciales es tan grande que el dirigente nacional panista, César Nava, decidió posponer la selección de su candidato al gobierno estatal, para blindar al partido ante cualquier eventualidad.
*Rodolfo Dorador se convirtió en el objeto de la discordia y en la figura que puede romper la gran coalición opositora formada en Durango.
El senador panista es la carta fuerte de este partido para disputar la alcaldía de Durango, lo que generó una gran inconformidad dentro del PT, catalogado como la segunda fuerza política en esa ciudad y que respaldaba la candidatura del ex priísta José Rosas Aispuro Torres al gobierno estatal.
Otro senador, Alejando (Gonzalo) González Yáñez pretendía ser el abanderado de la coalición y prefirió abstenerse del respaldo de su partido y hoy analiza la posibilidad de respaldar al candidato del PRI, Jorge Herrera Caldera, previa negociación de por medio.