Seguro: quiebra técnica
¬ Gustavo Mora viernes 5, Nov 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Desde hace un cuarto de siglo, el Instituto Mexicano del Seguro Social, una de las instituciones más nobles creada por los gobiernos priístas (Manuel Ávila Camacho le dio forma aunque su primer Director General aparece hasta Miguel Alemán Valdés), pasa aceite por sus estrechos recursos económicos producto de malas administraciones y acuerdos bajo la mesa que lo han llevado prácticamente a una quiebra técnica.
De los 15 Directores Generales que ha tenido desde que empezó a funcionar, unos se dejaron calentar por el discreto encanto de la sucesión presidencial (Benito Coquet Lagunes y Carlos Gálvez Betancourt) Hubo uno que de plano no dio el kilo (Seltiel Alatriste) quien tuvo que ser relevado por un político profesional: el doctor Ignacio Morones Prieto. El relevo de Gálvez fue Jesús Reyes Heroles, de intachable carrera pública y un ideólogo de cinco estrellas. Antonio Díaz Lombardo fue el primero, nombrado por el presidente Miguel Alemán Valdés y su labor lució porque no había nada que le negaran por ser la institución: el novato del sexenio. Le siguió otro funcionario de primera línea: Antonio Ortiz Mena que llegó a figurar como prospecto para la candidatura presidencial, pero desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. José López Portillo designó a Arsenio Farell Cubillas y ahí fue donde la puerca empezó a torcer el rabo pues le dedicaba más tiempo al equipo de futbol Atlante que compró el Seguro, que a su cargo oficial. Ricardo García Sainz empezó con un relevo temporal y lo ratificó Miguel de la Madrid Hurtado, pero también se sintió papable y como el PRI no lo tomó en cuenta, se pasó a las filas del PRD. La debacle administrativa empezó con Emilio Gamboa Patrón, el cortador de listones de inauguración más rápido del Oeste tanto en el Infonavit, como en el Seguro Social y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, todo esto, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari con el que dice rompió su relación (antes le arrimaba periodistas para que hablaran bien de Carlos como prospecto presidencial), por el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta. Y como hizo circo, maroma y teatro como funcionario público, se pasó a las filas de la política siendo un burócrata natural. Gamboa entregó la estafeta de la ya descapitalizada institución a su pupilo Genaro Borrego Estrada, quien sudó la gota gorda para que el Seguro no hiciera ¡pum! En sus manos. También pasó por la Dirección General un tal Antonio Meza al que en su casa lo conocen y le hablan de tú. Fernando Flores Pérez fue un funcionario foxista, de ni fu, ni fa. A Juan Molinar Horcasitas le estalló el problema de la Guardería de Hermosillo donde murieron infantes y mejor lo pasaron a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Y Daniel Karam entró al quite.
Por eso, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa hace las alarmantes declaraciones de que el Instituto Mexicano del Seguro Social está en terapia intensiva económica y si no se hacen reformas de fondo, su situación, que es delicada, puede llevar a consecuencias que todos lamentarían. La voracidad de los líderes sindicales que buscan posiciones políticas legislativas y no tienen llenadero; los convenios que se firmaron para que algunas empresas periodísticas no pagaran cuotas de sus trabajadores y la voracidad patronal, tienen al enfermo en pronóstico reservado ya que su situación administrativa y las reservas que fueron utilizadas por algunos titulares con fines distintos y para tapar hoyos, ya no alcanzan ni para que la institución siga operando con eficiencia. La Confederación de Trabajadores de México también tiene su historia en esta situación y extiende sus tentáculos de pulpo hasta el Infonavit.
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Juan Camilo Mouriño Terrazo tuvo un homenaje desproporcionado en el Campo Marte, con honores militares y asistencia del Gabinete en pleno, gobernadores y su amigo Felipe Calderón Hinojosa, después del sospechoso avionazo en pleno Paseo de la Reforma. Ahora se le inmortalizará en el Museo de Cera, al lado de figuras artísticas… Menos mal que Héctor Ortiz, el gobernador saliente de Tlaxcala, tiene la honradez de reconocer que ganó con la camiseta del PAN, pero donde aprendió política fue cuando militaba en el PRI… César Nava Vázquez recogió de los basureros del PRD a Marcos Covarrubias y ahora será el candidato del PAN al gobierno de Baja California Sur que ni ve la suya desde hace dos sexenios… Juan Ramón de la Fuente corre el riesgo de convertirse en ajonjolí de todos los moles políticos y académicos.