Sábato viaja al túnel universal
Humberto Matalí Hernández lunes 16, Ene 2012Al son de las fábulas
Humberto Matalí Hernández
Yo también pienso en usted…
María
La letra era nerviosa o por lo menos
era la letra de una persona nerviosa.
Ernesto Sábato. | El túnel
Como pocas veces, el hombre del siglo XX perdió a una de sus brillantes mentes concentrada en el multifacético Ernesto Sábato (fallecido el 30 abril, 2011, a punto de cumplir los 100 años). Este espacio espera que el hombre universal se encuentre en algún lugar del túnel con Ernesto Sábato.
Una de las mentes más claras y analíticas del siglo XX, es sin duda Ernesto Sábato (1911), hombre de ciencia, escritor, estudioso de la condición humana y sus recursos políticos y científicos, cercano a cumplir el siglo de vida, al que hace varias décadas la Academia Sueca debió otorgarle el Nobel de Literatura, no sólo en justicia por su obra literaria y estudioso, también para dignificar a la propia Fundación Nobel.
En este caso la Academia Sueca no se puede escudar, como con el premio negado a Jorge Luis Borges, de apoyar a dictadores; por el contrario, el maestro Sábato está plenamente identificado con las luchas de la izquierda pensante y la justicia social. El Premio Cervantes le fue otorgado en l989. Científico de formación, doctorado en física en la Universidad de La Plata, también estudió filosofía mediante cursos y talleres. Durante varios años trabajó en radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie. En 1945 abandona la ciencia y se dedica de lleno a la literatura, es cuando publica “Uno y el Universo”, breve estudio sobre la actitud, experiencia, evolución y formación del conocimiento humano. Después escribe “Hombre y engranajes”, “El escritor y sus fantasmas”, “Apologías y Rechazos”. Textos que asombran por la claridad y sabiduría para analizar las condiciones humanas, sociales y políticas de las sociedades del siglo XX. También tres novelas “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddón el exterminador”. Es sin duda un hombre renacentista, en la concepción de motivar un cambio evolutivo en la humanidad.
“Uno y el Universo” es el primer libro de Ernesto Sábato, cuya versión definitiva publicó en l968, para esta entrega se toma el análisis que hizo en 1945 sobre el fascismo y su máxima expresión: el nazismo. A lo que contrapone el humanismo de Sábato. “Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal, que aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su casa”. A partir de esa definición, cualquier análisis y estudio sobre la pretendida guerra de los sexos es estéril.
En l945 año del fin de la guerra, Sábato considera que la derrota del Eje, no significó el fin del fascismo militarista y represor. Anuncia que el terror continuará y así sucede en todo el mundo: “…las causas del fascismo están latentes en todas partes y puede resurgir en muchos otros países, si las condiciones son propicias…” y aclara “…puede surgir con sus atributos de barbarie espiritual, esclavitud de las almas y de los cuerpos, odio nacional, demagogia y guerra.” Después advierte lo que sucede con la globalización y el imperio del comercialismo: “…el fascismo ha nacido en la crisis general de un sistema; vivimos en un período de transformación más vasto y profundo que el que señaló el fin del Imperio Romano o el fin de la aristocracia feudal en Europa. No ha sido resuelta con la derrota militar de Alemania”.
Ernesto Sábato alerta de que en cualquier sistema surge el fascismo o políticas similares a las utilizadas por los nazis. Señala que puede ser cualquier nación de Europa, África, Asía o América, señala a los Estados Unidos como la nación más proclive a desarrollar teorías y acciones fascistas: “Y en tanto pesen en los Estados Unidos hombres como (Henry) Ford subsistirán los peores peligros para el pueblo norteamericano, para el mundo entero y, en particular, para nuestros países -apéndices económicos-”. Bush es claro ejemplo o los 60 años de terror fascista yanqui sobre América Latina.
En una gran demostración intelectual, sin olvidar las muchas dictaduras militares, de lo que espera en el futuro a las naciones latinoamericanas, Sábato define: “No se puede luchar durante años con un enemigo poderoso sin terminar por parecerse algo a él”. Eso sucede con las culturas del Bravo a la Patagonia. Se toma la estupidez, la barbarie y la frivolidad del imperio yanqui, para convertirlos en los fines latinoamericanos. Sobran muestras de gobiernos que tienen al nazismo como expresión cultural y filosófica, con una doctrina que puede ser falsa y criminal, pero a pesar de eso no deja de ser una doctrina: “Hay que recordar que los nazis llegaron al poder por convicción y que, a pesar de sus luchas callejeras con los socialistas y comunistas, obtuvieron la enorme mayoría del electorado a base de propaganda, es decir, a base de ideología”. Es la doctrina de la barbarie. Es certero pronóstico de lo ocurrido en México en la instauración de un gobierno de derecha y extremista, para ampliarlo con esta definición, que parece aprendida por los nuevos gobernantes: “El garrote es una excelente cosa; pero si se puede enarbolar y descargar según los postulados de un sistema filosófico, mejor”.
Ante la bárbara disminución de los presupuestos para las universidades públicas, de profundo carácter social y humano, además de la condena lanzada sobre el desarrollo cultural libre y creativo que sucede en unas semanas mexicanas, Ernesto Sabato recuerda: “El mariscal Goering dijo alguna vez esta frase que pasará a la historia: “Cuando oigo la palabra cultura, saco el revólver”.
Y ahora en México la derecha y sus seguidores sacaron el revólver, para disparar contra el conocimiento, la ciencia y la cultura.