Cumple 200 funciones El pelón en sus tiempos de cólera
Espectáculos jueves 29, Abr 2010Héctor Suárez Gomís nunca se imaginó que ventilar la etapa de su infancia, en el seno de una familia disfuncional, se iba a convertir en una industria.
Por Gloria Carpio
Una función cargada de nostalgia, que hizo cimbrar al público por la azarosa vida que ha tenido que vivir el actor Héctor Suárez Gomís, enmarcó las 200 representaciones de El pelón en tiempos de cólera, que tuvo muchos invitados que salieron casi llorando.
Y es que independientemente de las carcajadas que genera el monólogo, que hoy alterna funciones con “Los monólogos de la vagina en el Teatro del Hotel NH, las tribulaciones que pasó el aún joven actor fueron reseñadas con motivo de esa función de gala, en la que develaron la placa conmemorativa Cosuelo Duval, Arath de la Torre y Rafael Inclán, a quienes también se les vidriaron los ojos de recordar anécdotas, pese al “cayo” que como actores tienen.
Suárez Gomís sabe tocar las fibras más sensibles de su audiencia, lo hace con gran facilidad y confesó que nunca se imaginó que ventilar la etapa de su infancia, en el seno de una familia disfuncional, se iba a convertir en una industria.
El hombre comenzó a recapitular su vida, a partir de que su madre, la exitosa pedagoga Pepita Gomís lo corrió de su casa, luego de lo cual le urgía casarse por sentirse solitario y sin familia; luego buscó ser padre, divorciarse y aprender a escribir libretos que son bien complicados, para lo cual debía observar a muchos artistas en Estados Unidos.
Su punto de partida fue hace 24 años, cuando se encontraba en Miami, Florida, con sus mejores amigos pasando unas vacaciones de verano y cuando cada uno guardó 400 dólares para comprar un boleto y poder ver el show de Bill Cosby.
Fue en un teatro divino, con 3 mil 500 butacas, a Héctor le tocó estar en la séptima fila y cuando se abrió el telón descubrió que en el escenario sólo había un pedestal, un micrófono y una mesita con unas botellitas de agua y fue esa noche cuando se enamoró profundamente del género “stand up comedy” y quedó convencido de que eso quería hacer con sus carrera como actor.
Una vez que escribió El pelón en sus tiempos de cólera en tres ocasiones estuvo a punto de tirar la toalla e incluso retirarse de la actuación, pues pensó que no iba a funcionar, ni que la gente se fuera a reír. El libreto se lo llevó a varios productores con los que trabajó y el 99 por ciento no creyeron en él, le dijeron que no iba a funcionar, que la gente le iba a chiflar, que sería muy aburrido y que en el momento que platicara que su padre (Héctor Suárez) le pegaba con cinturonazos, la gente se iba a salir del teatro y que si decía groserías la gente se asustaría, pero hubo un productor, Jaime Morales que sí creyó en él.
Fue así que le ofrecieron el Foro del Café 22 de la colonia Condesa, donde los mismos espectadores recomendaron su trabajo, porque es un estilo de comedia donde el artista se dirige al público e interactúa y comenzaron a llover las reservaciones para el Café 22, donde presentó el montaje de manera inicial.
Y fue así que de ser un monólogo, se convirtió en un Blog, luego en una columna en un periódico, en stand up, en libro y espera convertirlo en show de cabaret. En septiembre saldrá su segundo libro y hoy está todos los lunes en el Teatro del Hotel NH de la Zona Rosa, ya bajo la producción de Morris Gilbert y de OCESA y al mismo tiempo protagoniza la comedia de La Gorda, por lo cual se siente como si viviera en Broadway.
La gente se impactó y no podía reír, cuando recordó que a Consuelo Duval la conoció como recepcionista en Televisa, cuando ésta tenía 16 años, a Arath de la Torre cuando juntos estudiaban en el CEA de la misma empresa y a Rafael Inclán cuando filmaba la película de Mujer alabastrina que después le cambiaron el nombre.
Los tres actores llenaron de halagos al artista, pero tenían un nudo en la garganta y para romper esta situación Héctor Suárez Gomís anunció que en su próximo libro abordará algunos temas políticos con el mismo humor que lo hizo en el primero.