Al congelador, ley laboral
¬ José Carlos Robles Montaño jueves 14, Abr 2011A Pleno Sol
José Carlos Robles Montaño
- Muy tarde
CLAMORES.- A los gritos y reclamos de Nelson Vargas, Alejandro Martí, Javier Sicilia, el padre Solalinde y de los parientes y amigos de los 40 mil asesinados en lo que va del sexenio, que “si no pueden renuncien”, porque las matazones “nos tienen hasta el copete”, ahora, a manera de queja y justificación por no haber podido frenar la delincuencia, el Presidente pide a los ciudadanos decir “un ya basta” a los delincuentes que son los que matan, secuestran, violan y no al gobierno, porque éste es quien enfrenta a los criminales, para que la seguridad regrese.
Tarde piaste, como dijo el gachupín cuando escuchó que el huevo que se tragó había piado cuando ya bajaba por su garganta. Así está ahora quien nos gobierna. Pide auxilio y comprensión de la gente por no haber podido controlar una guerra que de antemano se supo perdida. Llamado de emergencia, cuando no hay día en que nuevas voces, tanto de México como de Estados Unidos y de otros países le exigen al panista cambiar la estrategia para combatir a los cárteles de las drogas, porque el baño de sangre no termina, cuando en municipios como San Fernando, Tamaulipas, ya sumaron 116 cuerpos encontrados en narcofosas y se encuentran l5 más en otras de Sonora y Sinaloa.
Si en el pasado reciente el descubrimiento de 72 cuerpos hallados en el mismo estado de Tamaulipas, a punto estuvo de provocar un conflicto diplomático con naciones centroamericanas, de donde eran originarios los muertos, hoy, con estos nuevos cadáveres, ya son organizaciones internacionales defensoras de derechos humanos las que le exigen al gobierno de mexicano que termine con esa guerra para que vuelva la tranquilidad.
Sin embargo, el primer mandatario insiste en que su estrategia para acabar con los criminales va a mantenerse como hasta ahora, cueste lo que cueste.
Cus-cus
Senadores que dicen saber todo lo que se mueve en los medios de la “grilla”, especulan que si Felipe Calderón no asistió a la sesión inaugural de la nueva sede del Senado de la República, no es porque la invitación le llegó con retraso, cuando ya tenía agendados otros compromisos para ayer, sino porque no se quiso exponer a cuestionamientos por parte de legisladores, sobre todo de Ricardo Monreal.
Por eso, el Presidente decidió mandar en su representación a Francisco Blake Mora, titular de la Secretaría de Gobernación.
Sesión inaugural de la nueva sede senatorial, sin pena ni gloria, en la que una vez más el perredista Pablo Gómez les dio clases de Derecho Constitucional y de redacción a los panistas.
Por otra parte, en San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, nuevamente el “chico malo”, Gerardo Fernández Noroña, sacó de sus cabales a los panistas, como buen alumno de Andrés Manuel López Obrador.
Triunfo
Los diputados priístas muy a tiempo recularon en su decisión de iniciar el debate sobre su nueva Ley Federal del Trabajo, que no pocos de sus mismos legisladores la califican como una copia de la presentada por Los Pinos y la Secretaria del Trabajo consideradas, las dos, como atentatoria de los derechos de los trabajadores y sólo para beneficiar a los patrones.
Rectificación la de los diputados priiístas, que se considera un nuevo triunfo político de Andrés Manuel López Obrador, del PRD, del PT y Convergencia, que en más de una vez se manifestaron contra las reformas laborales que pondrían de rodillas a los trabajadores ante los empresarios y más, cuando intentaban intervenir en la vida de los sindicatos para restarles autonomía e independencia.
El análisis y discusión de la iniciativa se postergará, pues podría impactar el proceso electoral en el Estado de México, pues según se dice, esa iniciativa va contra los derechos de obreros, campesinos y trabajadores en general.
Es más, no es nada casual que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ( OCDE) haya dado a conocer en estos momentos los resultados de un estudio levantado en 29 países donde se demuestra que los mexicanos son los que más trabajan -más de l0 horas diarias- recibiendo pagas miserables, mientras en países como Bélgica, la jornada es de 7 horas con salarios remuneradores, con jubilación a los 60 años y con goce de vacaciones de hasta 60 días al año.
La OCDE documenta que en nuestro país los obreros se ven obligados a trabajar hasta la ancianidad porque no se cuenta con una ley laboral que les garantice una jubilación cuando su capacidad física ha mermado. Estudio que seguramente hizo recular a los senadores en su intentona de aprobar reformas laborales que hundirían más en la pobreza a más mexicanos y les darían carta blanca a los patrones para explotar a sus empleados con la bendición de legisladores, como lo deseaban en Los Pinos.
La otra voz que hizo reflexionar a los legisladores en no aprobar una ley laboral antiobrera, fue la del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien dijo ante empresarios y banqueros que mientras en México no se les hiciera justicia a los trabajadores que viven en la pobreza y en la explotación, no se podría avanzar en el combate a la inseguridad y a mejorar las condiciones laborales en el país.