¿Valió la pena el viaje?
Armando Ríos Ruiz viernes 15, Jul 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La visita que acaba de hacer nuestro Presidente, invitado por su homólogo norteamericano, sirvió más para conceder que para cosechar, además de infligir un inmenso aburrimiento al vecino, que tuvo que soportar la lectura de historia de nuestro país frente a Estados Unidos, durante más de media hora, cuando las intervenciones de decenas de figuras políticas de todo el mundo ocupan sólo unos cuantos minutos. He ahí un acto más de ignorancia exhibida.
Tan trascendental resultó, que los diarios más importantes del país del norte ni siquiera registraron el evento en sus primeras planas. Es para pensar que México no reviste ninguna importancia, sino para conceder lo que necesitan. El mandatario mexicano se ha expresado en todo momento que ha venido al caso, como si su homólogo fuera su “mero cuate”, con quien existe una real relación de amistad de larga data. La realidad es bien distinta y se nota.
Con una redacción impecable, Concepción Badillo Debusmann hace ver que se trató de una visita ignorada y que comparada con la prensa de México, en la Unión Americana, los diarios no registraron siquiera una fotografía de nuestro representante. Menciona que sólo en pocos casos se habla en interiores del encuentro, pero para criticar la lección de historia que duró más de treinta minutos, contra ocho que utilizó Biden, para dar la bienvenida en la Oficina Oval.
Fue pues, una especie de invitación al domicilio de alguien para tomar café, intercambiar algunas palabras para preguntar cómo estás. Qué ha pasado por allá. Cómo va tu gobierno. Necesito que me eches la mano con esto… Algo así por el estilo, porque la lista de peticiones que se supo, haría el visitante, quedó sin ser atendida. Las peticiones fueron oportunamente atajadas. Inclusive.
El Presidente mexicano se comprometió a invertir mil 500 millones de dólares en proyectos de infraestructura o en la modernización de puertos terrestres y para reforzar la seguridad en la frontera de ambas naciones. Sabemos que últimamente se ha agudizado la exportación mexicana de delincuencia hacia Estados Unidos, que amenaza a todo ese país, a través de la extensa línea divisoria.
Respecto a la petición que se haría, de 300 mil visas de trabajo, quedó reducida al silencio. Biden adelantó que: “el año pasado, mi administración estableció un récord (en empleos para migrantes). Emitimos más de 300 mil visas H-2 para trabajadores mexicanos”.
Se estableció el compromiso de México, de aumentar el suministro de gasolina en los límites, para que los vecinos tengan dónde abastecerse pagando menos de lo que cuesta en el otro lado, “para que hagan frente a la crisis económica generada por la inflación, que va desde el acceso a combustible barato y compartir redes de gasoductos en la frontera, hasta la materia energética para impulsar energías limpias.
En este punto: ¿por qué no ofreció las que actualmente produce Pemex, sucias y altamente contaminantes? ¿No fue este su enojo con el PRI, que no votó a favor de su reforma y que provocó la persecución, a través de la deplorable gobernadora de Campeche, en contra de Alejandro Moreno, líder nacional del tricolor, que de paso sea dicho, no ha renunciado porque sabe que le espera la cárcel?
Respecto al Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC), nuestro “líder” planteó eliminar aranceles, medidas reglamentarias y trámites tediosos en comercio de alimentos y otros bienes que aminoren los precios a los consumidores, cuidando la salud y el medio ambiente, así como iniciar un plan bilateral de inversión pública y privada para producir bienes que fortalezcan ambos mercados y se eviten las importaciones de otras regiones”
Que alguien me haga el favor de decirme en qué parte de la visita puede encontrarse una petición o una oferta de allá que nos beneficie y que nos haga pensar que valió la pena el viaje, porque ya vimos que nuestro mandatario supo aprovechar su permanencia frente al vecino para nuestro bien. Y no para perder el tiempo en la clase de historia que sólo sirvió para aburrir. ¿Valió la pena el viaje?