El rostro de Manlio
Ramón Zurita Sahagún lunes 27, Jul 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En el rostro de Manlio Fabio Beltrones se encontraba ausente la eterna sonrisa, la mueca afable con que transita por los sitios públicos.
Antes de la una de la tarde del sábado se hizo presente en el Four Season, uno de sus sitios preferidos para conversar de los temas de interés y reunirse con los personajes políticos.
Llegó antes que su contertulio y se acercó a saludar a una mesa de conocidos que advirtieron lo tenso de su cara.
El sonorense reveló que se va de vacaciones en unos días, se retiró a uno de los rincones de la cafetería y esperó cerca de diez minutos a que arribara su compañero de plática.
Apenas terminaba el acto partidista en que el Presidente de la República frenó los ímpetus de los enjundiosos que quieren adelantar tiempos y llamó a la militancia del Partido Revolucionario Institucional para adaptarse a la nueva realidad del país.
Juntos los altos mandos priístas escucharon el exhorto de Enrique Peña Nieto, para que el partido actualice su estructura y se consolide como un espacio de participación de los jóvenes.
Tal vez fueron algunas de estas palabras u otras las que impactaron en el ánimo del siempre jovial legislador, quien intercambió un par de mensajes con su homólogo del Senado de la República, Emilio Gamboa Patrón y acordaron la cita inmediata.
Despojado de su chaleco rojo que portaba en la reunión partidista, pero vestido con una chamarra del mismo color, Gamboa Patrón llegó apresurado al llamado de su amigo Manlio Fabio y sin voltear hacia otras mesas se desplazó al rincón en que ya lo esperaba el sonorense.
Beltrones y Gamboa conversaron por cerca de 40 minutos, en voz baja, sin ser interrumpidos más que por la presencia de la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu.
La funcionaria del gobierno federal se acercó solícita al rincón en que aquellos dialogaban y percibió lo tenso de la conversación, por lo que prefirió salirse del salón y mejor buscar una mesa en el jardín de dicho hotel.
Al término de la conversación entre los coordinadores de las bancadas priístas en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, el primero abandonó de prisa el lugar de reunión, mientras el otro lo hacía en forma más pausada.
Se desconoce lo tratado, pero por la premura de la reunión y lo aislado de la misma, el tema fue el discurso presidencial en la reunión partidista.
La relación fraterna entre Manlio y Gamboa data de muchos años y ni siquiera fue rota cuando cada uno de ellos jugaba en un bando político distinto.
Fue en 1999, cuando Manlio era el estratega de Roberto Madrazo Pintado y toda la cargada, incluido Gamboa lo hacía en el equipo de Francisco Labastida Ochoa.
La etapa pre y post electoral de la contienda interna fue sumamente desgastante, aunque la presencia de uno de ellos en los equipos de cada uno de los principales aspirantes permitió suavizar la tensión del momento.
Después de ese episodio, la relación entre Gamboa y Manlio se afianzó aún más y son confidentes el uno del otro, además de compartir planes políticos similares, entre los que figura el ser cartas necesarias para todo tipo de negociaciones dentro o fuera de su partido y participar como parte fundamental de las reformas y transformaciones que se requiere tanto en leyes y reglamentos, así como en todo tipo de modificaciones al interior o exterior de las facultades que tengan en esos momentos.
Por eso resultaba necesario que los dos personajes (Gamboa y Beltrones) se reunieran a la brevedad posible para desmenuzar cada una de las palabras expresadas por el presidente de la República en su mensaje a los priístas.
Y es que Manlio es uno de los aspirantes que mantienen vivas sus ilusiones para presidir al partido tricolor ante el retiro de la dirigencia nacional del mexiquense César Camacho Quiroz, quien tendrá a su cargo la coordinación de los diputados de ese partido en la LXIII Legislatura.
Sin embargo, las palabras de Peña Nieto, especialmente las relativas a que el partido requiere de que actualice su estructura y se consolide como un espacio de participación de los jóvenes, pegó directo en las aspiraciones del sonorense que a punto de cumplir 63 años no parece ser el político idóneo para realizar esa transformación que requiere el partido.
Si a eso se le añade el freno puesto por Peña Nieto a los proyectos personales y el llamado para todos, para trabajar y cumplir con el país, se podrá entender el rostro serio y el saludo seco del sonorense Manlio Fabio Beltrones el pasado sábado.
7 MIL PRIÍSTAS
Fueron 7 mil selectos priístas los que tuvieron acceso a la sede nacional de ese partido, donde pudieron ver de cerca a sus principales figuras políticas.
Por ahí desfilaron el presidente de la República, Enrique Peña Nieto; los secretarios de Agricultura, Enrique Martínez; Sedatu, Jesús Murillo; Comunicaciones, Gerardo Ruiz; Economía, Ildefonso Guajardo; Energía, Pedro Joaquín; Salud, Mercedes Juan, entre otros y los dos estrellas del staff, Miguel A. Osorio, Gobernación y Luis Videgaray, Hacienda.
No podían faltar los gobernadores de Campeche, Coahuila Aguascalientes, Chihuahua, entre otros, así como los gobernadores electos que resultaron triunfadores en los comicios de junio pasado.
La fiesta y cargada partidista revivió aquellas épocas del pasado, en las que los políticos afiliados a ese partido asistían sin importar lo que tuvieran que hacer para tener acceso.
Largas filas de vehículos y de personas se formaron en una tarde de sábado memorable para los tricolores, pero terrible para los que no lo son, por el pesado tránsito creado alrededor de la sede partidista.