La oportunidad de Zambrano
Ramón Zurita Sahagún jueves 3, Sep 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El mes de septiembre le dará a Jesús Zambrano la oportunidad de expresarle al presidente Enrique Peña Nieto la inconformidad generalizada, que asegura hay por los saldos del actual gobierno.
No se sabe si se atreva o no a hacerlo, como lo planteó el 1 de septiembre, olvidándose de su condición de presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, lo que derivó en un extrañamiento de la bancada priísta en la LXIII Legislatura.
El diputado amarillo tiene encima una difícil labor, misma que en la primera sesión de la LXIII Legislatura provocó la protesta de Morena, el abandono del recinto de la fracción perredista y el extrañamiento de la bancada priísta.
Y es que Jesús Zambrano olvidó que es el presidente de la mesa directiva y que sus opiniones a título personal, como diputado de la izquierda, no son válidas, al menos cuando se encuentra en funciones.
Tal vez, con el tiempo vaya aprendiendo a deslindar una cosa de la otra y actuar con imparcialidad en su nueva tarea.
Lo que sí es que tendrá la opción de decirle en forma directa al Ejecutivo federal, sin intermediarios, como lo quiso hacer el 1 de septiembre su parecer sobre la administración presidencial. Cuatro fechas especiales tendrá Zambrano Grijalva, en las que convivirá el presidente de la Cámara con el primer mandatario del país, y con el ministro presidente de la Suprema Corte, para expresarle lo que desea a Enrique Peña Nieto.
La primera fue ayer, en ocasión del mensaje presidencial en Palacio Nacional; la segunda en el homenaje a Los Niños Héroes el 13 de septiembre, la tercera en Palacio Nacional en la celebración del Grito de Independencia y la cuarta ahí mismo en Palacio Nacional con el desfile conmemorativo del 205 aniversario del inicio de la gesta independiente.
Empero, Zambrano tendrá que lidiar también con las tareas legislativas, donde al asumir la presidencia de la mesa directiva se volvió un activo promotor del regreso del Ejecutivo federal a la Cámara de Diputados.
El perredista propone el retorno del Presidente de la República para la entrega del informe de gobierno, al tiempo de escuchar y debatir con el Poder Legislativo.
Es decir, que se plante ante el pleno del Congreso de la Unión, lea su discurso y le entre al debate de los temas, algo que se antoja sumamente difícil de concretar.
Fueron los mismos diputados, aunque de la LX Legislatura, los que impidieron el acceso de Vicente Fox al recinto camaral y un par de años después esfumaron la obligatoriedad del Ejecutivo federal de acudir de manera personal al recinto a entregar el informe y dar un mensaje que compendiaba la gestión de un año.
Desde entonces se estableció que acuda el secretario de Gobernación en turno, con el documento y al día siguiente el Presidente de la República dé a conocer su mensaje a la nación, aunque distante de aquellos días de parafernalia de cadenas nacionales de radio y la televisión.
Ahora, Zambrano inicia el largo camino del desgaste que tienen los presidentes de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, que tendrán encima los amagos de tomas de tribuna y controlar el ímpetu de los nuevos legisladores que buscan sus cinco minutos de fama y trascender para atraer la atención de sus coordinadores y hasta, por qué no, competir por alguna candidatura a presidentes municipales y hasta gobernadores de las que estarán en juego en 2016.
Hace cinco años, los diputados y senadores de la LXI Legislatura llegaron igual de optimistas y lograron, varios de ellos, convertirse en gobernadores de sus respectivos estados, luego de un fugaz paso por la Cámara de Diputados.
Javier Duarte de Ochoa, Veracruz; Jorge Herrera Caldera, Durango; Marcos Alberto Covarrubias, Baja California Sur; Rubén Moreira Valdez, Coahuila; Rolando Zapata Bello, Yucatán, y Roberto Borge Angulo, Quintana Roo.
Del Senado, fueron miembros los hoy gobernadores Carlos Lozano de la Torre, Aguascalientes; Fernando Ortega Bernés, Campeche; Arturo Núñez Jiménez, Tabasco; Graco Luis Ramírez Garrido, Morelos; Rafael Moreno Valle, Puebla; Gabino Cué Monteagudo, Oaxaca; Mario López Valdez, Sinaloa, y el hoy defenestrado Ángel Heladio Aguirre Rivero, Guerrero.
Habrá que ver cuántos legisladores, tanto de la Cámara de Diputados como del Senado de la República obtienen la ansiada candidatura
CONVIVENCIA
La convocatoria presidencial reunió a gran parte de la clase política nacional, sin distingo de ideologías, los que, por azares del destino convivieron en el mismo desayunadero político.
Cada uno con su cada cual, aunque los que compartieron mesa, además de llegar juntos fueron el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, y el electo de Campeche (toma posesión el próximo día 15), Alejandro Moreno Cárdenas.
En el mismo espacio el recién nombrado secretario de Agricultura, José Eduardo Calzada Rovirosa, y por otro lado el gobernador electo de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles Conejo; el panista Miguel Márquez Márquez, gobernador de Guanajuato y el de Sinaloa, Mario López Valdez.
Por ahí se encontraba el ex coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, David López Gutiérrez, hoy diputado federal plurinominal.
Quienes aprovecharon para un diálogo sumamente productivo fueron el gobernador de Sinaloa, el ex tricolor Mario López Valdez (Malova) y el ex diputado federal priísta, Heriberto Galindo Quiñones, situado como uno de los principales aspirante a la nominación partidista del tricolor.
Por ahí se encontraban también algunos políticos del pasado, que en la actualidad no jalan tantos reflectores como el caso de Manuel Aguilera Gómez, ex jefe del DDF y ex presidente de la Liga de Economistas.