Volver al pasado
Freddy Sánchez martes 14, Mar 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Por si alguien lo dudaba, Andrés Manuel López Obrador no tuvo empacho en afirmar que con Morena en la Presidencia de la República (y obviamente él en Los Pinos), de ganarse las elecciones en el 2018, se volverá al pasado.
Una afirmación que debió congelar el ánimo de los partidarios de no ver hacia atrás, pretendiendo dejar para siempre los lastres que por muchos años sumergieron a millones de mexicanos en severas crisis económicas, a causa de una inflación fuera de control y en constante incremento, a tal grado que para aminorar un poco la sensación del rotundo desplome del valor del dinero se le quitaron tres ceros al peso.
Un pasado pues de demagogia, corrupción, abusos del poder, maridajes entre malandrines de la política y empresarios, contubernios a más no poder para dar impulso a negocios en beneficio exclusivo de unos cuantos grupos económicos, impunidad frente al incremento de los delitos, comienzo y desarrollo de las corporaciones delictivas hasta convertirse en dueñas de amplias extensiones de territorio, a efecto de operar cada vez más exponencialmente sus negocios de narcotráfico, trata de blancas, extorsiones a empresarios, secuestros y asesinatos.
Ese pasado detonador de corrupción, impunidad y pobreza de las mayorías que sólo un loco podría aspirar a que regrese a nuestra nación.
Claro que hay que ver también esa otra parte, en la que el pasado pese a muchos contratiempos familiares para obtener el ingreso que garantizara su mínimo bienestar (desde el gobierno echando a caminar la maquinita productora del dinero, pidiendo prestado al exterior, apoyando programas sociales, dando manga ancha al ambulantaje, subiendo el salario a cada rato y compartiendo una parte de las riquezas de la corrupción política con “Juan Pueblo”), se facilitó que en millones de hogares mexicanos se llevara una vida relativamente satisfactoria.
En ese tenor habría que decir que en el pasado se crearon todos los vicios del poder que llevaron a nuestro México no sólo a la “bancarrota” económica sino moral y lo que es más funesto a una creciente descomposición social en la que la falta de respeto a los derechos ajenos, tristemente dio pauta a que muchos connacionales, simple y llanamente aceptaran y vivieran conformes e incluso en no pocos casos francamente regocijados en el “chapoteadero” de tantísima corrupción imperante en tiempos pretéritos y, obviamente, en los actuales.
El caso es que los políticos del PRI se fueron y regresaron a la primera magistratura del país, pero no porque la gente quisiera regresar al pasado, sino a causa naturalmente de que el presente panista mientras duró durante dos sexenios, quedó a deber a la sociedad que sintiéndose defraudada en sus grandes expectativas de que todo cambiaría para bien de la colectividad, finalmente impuso un voto de castigo al panismo.
Un riesgo que ahora corre el Partido Revolucionario Institucional, dadas las circunstancias actuales de vida para la mayoría, si consideramos que los cambios y avances habidos durante la presente administración si bien son dignos de reconocimiento en distintos sectores sociales (ya que no se puede decir que todo está mal), lo cierto es que igual que el PAN el priísmo le está quedando a deber a la gente.
De ahí, entonces que cientos de miles e incluso millones de potenciales electores que desesperados porque mucho cambia y nada cambia en beneficio tangible de su existencia familiar (avasallada por carencias y deudas con aumentos de precios en artículos de consumo básico), posiblemente esté pensando en dar ese gran vuelvo electoral que podría hacer llegar a la presidencia al señor López Obrador, quien ha dicho que regresará a México al pasado. Y la pregunta obligada sería: De qué pasado se habla si es que en verdad hemos de volver al pasado.