Anaya, el triunfalista
Augusto Corro martes 19, Sep 2017Punto por punto
Augusto Corro
El Partido Acción Nacional (PAN) cumplió 78 años de fundado la semana pasada. El festejo fue austero, aunque estuvo presente la actitud triunfalista de su líder, el “joven maravilla”, Ricardo Anaya.
Dijo que el PAN en menos de un año regresará al poder. Lo dudo. El dirigente, primero tendrá que rendir cuentas en su organización política y luego enfilarse a buscar la candidatura presidencial.
No será fácil. La división en Acción Nacional le traerá un sinnúmero de problemas, que a simple vista crecerán conforme pase el tiempo.
En el Senado, un grupo de legisladores, encabezados por Ernesto Cordero, delfín del ex presidente Felipe Calderón, ya declaró la guerra al queretano. El ex secretario de Hacienda se pasó por el arco del triunfo el reglamento panista.
El calderonista fue ungido como presidente de la Mesa Directiva del Senado en franca y directa oposición a Anaya. Parece, que cada vez, será mayor el número panistas antianayistas en la Cámara alta.
Otra situación difícil para el dirigente, es que los gobernadores, de extracción blanquiazul, negociarán directamente sus presupuestos para el 2018 con las autoridades hacendarias y el Congreso. No participará Anaya.
Esa actitud de los mandatarios podría considerarse como una manifestación de descontento en la cúpula partidista del PAN.
En el partido blanquiazul no todo es fiesta. Con la decisión de Anaya de integrar a su organización política en el Frente Ciudadano por México, hay confusión en ese instituto político.
Los panistas recalcitrantes no entienden cómo es que el PAN, un partido de derecha puede aliarse con una organización de izquierda, como el PRD. En fin son cosas de los tiempos modernos, que los militantes blanquiazules tendrán que asimilar poco a poco, porque es orden de su líder.
A lo anterior debe sumarse la lucha que se realiza entre los aspirantes a la candidatura presidencial panista: Margarita Zavala, el ex gobernador Rafael Moreno Valle, y el propio “joven maravilla”.
Nada está escrito sobre el futuro de Acción Nacional. Por ahora, la dirigencia panista tendrá que ordenar la solución de sus problemas. Primero, buscar la unidad. ¿Será posible? Por una simple y sencilla razón: los líderes panistas se olvidaron de sus militantes y se alejaron de sus principios.
En la reunión austera para conmemorar el aniversario de la fundación del PAN, se escucharon las aclamaciones de “presidente, presidente”, a favor de Anaya, que lo colocaron en los cuernos de la luna. El líder es rico, poderoso y osado. Eso sí, muy alejado de la realidad. A nadie se le tiene prohibido soñar. ¿O sí?
MONREAL SE PASMÓ
Días atrás, el tema de la rebeldía de Ricardo Monreal se trató en todos los medios. El asunto era importante porque era la primera vez que se trataba un asunto interno en el seno del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuyo dueño es el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
¿Cómo tratar ese desencuentro que descobijaba a Morena? Monreal decidió jugarse su estancia en el partido mencionado y no lo pensó mucho para manifestar su posición contra el dirigente morenista.
A Monreal, actual delegado en Cuauhtémoc, se abría hasta hace varias semanas un futuro promisorio en Morena. Todo mundo creía que iba a ser el candidato del partido de López Obrador al gobierno de la Ciudad de México.
Pero la jugada venía por otro lado. Se hizo una encuesta misteriosa, por decir lo menos, para saber quién de cuatro representantes del partido citado, era (supongo) el preferido por el electorado. Y surgió la sorpresa. No ganó Monreal. La mayoría de entrevistados se inclinó por la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum.
El delegado de Cuauhtémoc se subió al berrinche y exigió una nueva encuesta que no fue autorizada por la cúpula morenista. Y lo que antes presumía Monreal como pilar de Morena se desvaneció.
No tardará en informar cómo será su participación como aspirante al gobierno de la Ciudad de México. ¿Irá como perredista? Ya algunos amarillos dijeron que no le ven ninguna posibilidad de que represente al frente de panistas y perredistas. En política no hay nada escrito.
Y como en la citada alianza lo que contarán serán los resultados y de gente que los consiga, Monreal no debe darse por descartado.
¿O entrar a la contienda electoral como candidato independiente? También es posible. Lo que ocurrió es que Monreal se quedó en calidad de político pasivo, pasmado. Después de sentirse ya como jefe del gobierno capitalino, hoy tendrá que picar piedra, como se dice coloquialmente, para concretar sus aspiraciones políticas.