La extraña historia de un éxito policiaco
Ramón Zurita Sahagún martes 31, May 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Pocos son los éxitos logrados por los cuerpos policíacos y hasta militares en México. Si acaso la captura y recaptura de Joaquín Guzmán Loera y el abatimiento de otros capos de los considerados principales entre la delincuencia organizada.
En materia de investigación, pocos logros se alcanzan y mucho menos en tiempo récord.
La investigación está en pañales y cuando se avanza es con el tiempo, las delaciones, las intercepciones y filtraciones.
Nada de los casos importantes y muchos de los escandalosos se consiguió resolver y mucho menos en el rubro de secuestros, donde los escasos éxitos han sido tras las largas negociaciones entre raptores y familia de las víctimas.
Por eso, causa sorpresa la celeridad con que las autoridades de Tamaulipas y la federación trabajaron para rescatar a un futbolista de mediano nombre, pero cuyo secuestro tapizó las redes sociales y traspuso los límites nacionales por ser parte de un club de fútbol extranjero.
El secuestro de Alan Pulido impactó a los medios, sobre todo por la repercusión en el extranjero, donde nuevamente México fue puesto como un país violento, peligroso y con altos índices delincuenciales.
Lo curioso de esto es que pronto el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, giró instrucciones para que atendieran el caso y lo mismo hizo el gobernador del estado, Egidio Torre Cantú según dijo el Procurador General de Justicia del estado de Tamaulipas, Ismael Quintanilla.
Es decir, si el señor secretario y el señor gobernador no dan instrucciones, los servidores públicos ni por enterados se dan, como sucede en la mayoría de los casos.
Pero las rápidas instrucciones de ambos funcionarios pusieron a trabajar la maquinaria de la justicia y el éxito fue rotundo, con el rescate del futbolista, sano y salvo.
O sea, si los señores funcionarios dan instrucciones prontas y expeditas, los cuerpos policíacos se visten de gloria.
Entonces, tal vez, por eso no se encontraron a los 43 desparecidos de Ayotzinapa, ya que no eran figuras con prestigio mundial, ni los funcionarios se pusieron las pilas para iniciar su búsqueda de inmediato.
Es cierto que otro gobierno ya se apuntó un éxito similar con la recuperación de otro secuestrado, otro personaje ligado al ámbito futbolístico, Rubén Omar Romano, aunque se tardó dos meses en conseguirlo.
La realidad es que en cuestión de secuestros, las autoridades mexicanas no son demasiado duchas, por lo que han montado escenarios para involucrar a presuntos secuestradores, los que han quedado liberados después al comprobarse que las cosas no sucedieron como se intentó presentarlas.
Otros más han sido fracasos terribles, donde los secuestrados han sido asesinados en el intento de liberarlos y otros más, donde la simple intervención de los cuerpos policíacos ha sido tan torpe que los raptados son asesinados.
De ahí que el éxito del rescate de Alan Pulido no sea creíble por ningún lado y hay quienes apuntan a un montaje con tientes electorales.
Siendo Tamaulipas uno de los estados (si no es que el más) con mayores índices de violencia, con investigaciones sin resolver al por mayor, llama poderosamente la atención esta historia de éxito, basada en que el sujeto contra atacó a sus raptores, golpeó a uno de ellos, le quitó un celular y se comunicó con las siempre diligentes autoridades que respondieron de inmediato a su llamado.
Bueno la historia es tan verídica que, seguramente, muchos guionistas del cine internacional buscarán comprar los derechos.
El sospechosísmo que es uno de los deportes favoritos de México entero aduce que las cosas parecen sumamente irreales y que siendo Tamaulipas uno de los doce estados en los que se elegirá a un nuevo gobernante, puede tratarse de un montaje, favorable para que la ciudadanía constate la eficacia y eficiencia de sus autoridades.
Desde hace varias décadas, Tamaulipas se encuentra tomada por la delincuencia organizada, sin que las autoridades puedan recuperar el control del estado.
Ciudad Mier fue abandonada por la mayoría de sus habitantes, convirtiéndola en una ciudad fantasma.
Las narcofosas de San Fernando dieron la vuelta al mundo, mostrando la inutilidad de las autoridades. Por todo el estado se multiplicaron los cadáveres encontrados en fosas clandestinas, mientras los delincuentes se organizaron desde hace varios lustros en Zetas, Cártel del Golfo y personajes como Juan García Ábrego, Juan N. Guerra y Osiel Cárdenas Guillén, entre otros, se convertían en los zares de los grupos delincuenciales.
Reynosa, Matamoros, Tampico y la propia capital del estado se convirtieron en zonas calientes, donde los crímenes se reproducen, los enfrentamientos suceden en cualquier sitio y la intervención del Ejército y Armada sirve solamente para tranquilizar momentáneamente la zona en que transitan.
Varios ex gobernadores han sido señalados como protectores del crimen organizado y uno que estaba a punto de ser electo como gobernador fue asesinado seis días antes de la votación.
La violencia es algo común, tanto que la población se acostumbró a vivir con ella, por lo que extrañamente uno de los tantos secuestros que ocurren con gran frecuencia logró movilizar a los cuerpos de seguridad y anotar en la agenda gubernamental un caso de éxito.
Por esas raras coincidencias de la vida, la historia de éxito sucede en los momentos en que la población deberá acudir a las urnas y donde los electores deberán decidir si continúan dando su respaldo al partido gobernante, que lo hace desde hace 87 años u opta por otro que va arriba en las encuestas y que todo el mundo hace favorito para ganar el 5 de junio.
EGIDIO
¿Esa sencillez, nobleza y cumplimiento de su deber que mostró Egidio Torre Cantú, al acudir pronto a tomarse la foto con el futbolista rescatado, es la misma que muestra en casos similares o será que es el primero de éxito?