En busca del candidato
¬ Augusto Corro miércoles 14, Jun 2017Punto por punto
Augusto Corro
En el Partido Acción Nacional (PAN) se encuentran a la vista de todos, los precandidatos a la presidencial.
¿Quién logrará la nominación? Margarita Zavala de Calderón, esposa del ex presidente Felipe Calderón; Ricardo Anaya, líder panista, o Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla.
Planteamos lo anterior, porque el primer gobernador panista bajacaliforniano, Ernesto Ruffo Appel, se pronunció por una alternativa más amplia para escoger al candidato presidencial.
Él mismo se incluyó en la relación de aspirantes.
Aunque dijo que a Juan Carlos Romero Hicks, ex gobernador de Guanajuato, que lo ayudaría si resultara ser el abanderado panista a la contienda presidencial del próximo año.
Por su parte, el expresidente Vicente Fox invitó al gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, a que busque la candidatura blanquiazul presidencial.
Como se ve, en Acción Nacional se libra una lucha sorda de pronóstico reservado. Cada día se enrarece más su situación política. Los Calderón (Margarita y su asesor Felipe) no se encuentran en posibilidades de conseguir la candidatura.
Los mexicanos no olvidan el desastre que dejó Calderón tras seis años de gobierno. La guerra contra la delincuencia organizada fue un desastre. Una auténtica guerra fallida. ¿Dónde estaba Margarita, que no orientó ó sugirió a su marido la tragedia de miles de muertos, desaparecidos, viudas y huérfanos?
En San Luis Potosí, le echaron a perder un acto político, cuando un grupo de personas le gritó asesina por el caso de los 49 niños de la guardería ABC que perecieron en un incendio.
El mismo matrimonio panista no tiene segura su militancia panista. Si su partido no designa a Margarita, ella ya dijo que dejaría ese partido para contender como candidata independiente. Calderón también amenazó con cambiar su bandera política.
El calderonismo en el PAN empezó a cavar su propia tumba, cuando el entonces mandatario Felipe tenía el poder presidencial y quería que su partido funcionara como una institución de su propiedad.
El rechazo a su autoridad se vio cuando uno de sus delfines, el ahora senador Ernesto Cordero, no consiguió la candidatura presidencial. Sus adversarios políticos se inclinaron por Josefina Vázquez Mota, a quien el citado Calderón le dio la espalda.
El ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, es el otro de los precandidatos visibles. Con las mañas propias de los políticos mexicanos, con el pretexto de promover su libro, aparece por todos lados. Hasta en los más apartados rincones del país aparece la propaganda en “espectaculares”, como si la población fuera tan amante de la lectura.
Sin un pasado brillante que lo apoye, el ex mandatario empuja con fuerza para que lo tomen en cuenta. O como se comenta en los corrillos políticos, si él no logra la candidatura blanquiazul, buscará, por lo menos, que su esposa, Martha Erika Alonso, sea la próxima gobernadora de Puebla.
A Ricardo Anaya se le complicó la situación política. Luego de sus triunfos en las elecciones estatales del año pasado, que le arrebató al PRI siete gubernaturas, en los comicios recientes enseñó que le falta madurar como político.
En el Estado de México (Edomex) Acción Nacional hizo el ridículo. Su candidata Josefina Vázquez Mota cayó al cuarto lugar en las preferencias electorales. Nada que hacer con la derrota estrepitosa.
En Coahuila, el PRI le ganó al PAN y Ricardo se pasmó. Las autoridades electorales informaron que el ganador fue Miguel Angel Riquelme. El tricolor de los hermanos Rubén y Humberto Moreira seguirá en el poder durante los próximos seis años. El otro Anaya, el compadre de Calderón, fue el gran perdedor.
Ricardo Anaya no tuvo, pues, otra oportunidad para reforzar su imagen de ganador. Los blanquiazules descontentos por lo que les ocurrió en el Edomex y en Coahuila se pronuncian por exigirle cuentas a su dirigente nacional.
Será en los próximos días cuando el líder panista tendrá que definir su situación política en su partido. Si quiere la candidatura presidencial tendrá que abandonar la dirigencia, para ofrecer el piso parejo que exigen los otros aspirantes blanquiazules.
El fracaso en el Edomex (se perdió la joya de la corona) abolló la imagen de un joven político que no creía en nadie. Las derrotas lo bajaron de los cuernos de la luna.
¿Va el PAN rumbo al divisionismo como ocurre en otros partidos? No faltan muchos días para saberlo.