¿Auditoría Superior vs corrupción? ¡gana la corrupción!
Francisco Rodríguez jueves 30, Nov 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Los mismos redactores del decreto de nacionalización bancaria, airosos en su cometido, fueron encargados de crear la Auditoría Superior de la Federación, anunciada desde hace 40 años como el perfecto brazo de la Cámara de Diputados, ejecutor del aparato administrativo para deshacer cualquier entuerto, castigar a los corruptos y establecer el orden.
Miguel Rico y Arsenio Farell juntaron a sus huestes jurídicas para elaborar una iniciativa que prometía ser una especie de espada de Damocles sobre la cabeza de cualquier Dionisio que se atravesara en su trayecto justiciero. El sistema, aterrado de su propia ocurrencia, estaba realmente preocupado sobre lo que se estaba cocinando. Se les había ido la mano, dijeron sus personeros.
Crearon un órgano constitucional con autonomía técnica y de gestión, facultado para fiscalizar los ingresos y egresos, el manejo, la custodia y la aplicación de fondos de los recursos de los tres poderes de la Unión, de los organismos públicos y de cualquier erario federal que ejercieran los estados…… la Federación, los municipios y los particulares, así como suena. La conducción gubernamental registraría por fin un giro de ciento 80 grados sobre su propio eje para integrar a la vida institucional el sistema permanente de rendición de cuentas, rasgo característico de cualquier sistema político que se pretendiera democrático.
Lo esperado: el Constituyente Permanente la aprobó por unanimidad, argumentando construir instituciones que respondieran con oportunidad y eficacia a los justos reclamos sobre transparencia y la probidad en el manejo de los recursos emanados del presupuesto, una aspiración de todo sistema democrático moderno.
Constitucionalmente, tenían la misma relevancia el respeto al valor del trabajo, el acatamiento del sufragio popular y la transparente rendición de cuentas, porque los tres objetivos apuntaban como destinatario final al pueblo, depositario de la soberanía. Todo era coser y cantar.
El sistema había parido su Leviatán, el monstruo vengativo de sus iras contenidas, el vengador de la pureza del Estado, el fiscalizador imparcial y objetivo de su pureza y sus aspiraciones. Un refreno político para moderar los excesos de cualquier gobierno, así fuera republicano, y en prevención histórica…
… de los apetitos desmedidos de dictadores, aventureros y oportunistas, dispuestos a ofrecer el país al peor postor. Cualquier semejanza de los motivos de los redactores originales con lo que pasa actualmente es además de coincidencia, fiel reflejo de la realidad.
La Auditoría Superior de la Federación nació entre bombo y platillo, rodeada de los mejores augurios. Juristas inflamados de grandes deseos, trasplantaron con maestría instituciones enérgicas desde el Renacimiento, prácticas jurídicas mozárabes y mesopotámicas, heredadas de las antiguas instituciones vigentes en las circunscripciones romano germánicas de la antigüedad.
Inspiradas en tribunales mayores de cuentas, memorias hacendarias de los primeros recaudadores, glosas de erarios, registros de libramientos, secciones de inspección y reclamaciones, todas encaminadas a la mejor administración de los haberes colectivos y de las rentas públicas de cualquier Nación.
Aunque los primeros federalistas mexicanos facultaron al Congreso para fijar los gastos generales, establecer las contribuciones necesarias y vigilar con celo la recaudación, inversión y cuentas del gobierno, la falta de tradición parlamentaria y el nulo respeto hacia la autor restricción como fórmula de contrapeso…… socavaron este primer intento, que corrió una suerte paralela a la que sufrió la administración en el siglo XIX, entre sucesivos y erráticos cambios de mando y golpes de timón de gobierno y de Estado, inestabilidad política, desasosiego e intranquilidad social, conflictos entre republicanos y monárquicos… … centralistas y federalistas, conservadores y liberales, radicales puros y moderadores victoriosos, que nos legaron una historia tan preñada de gestas heroicas como de asignaturas pendientes en todos los ámbitos del quehacer público, sobre todo en lo referente a los controles del gasto, como usted sabe.
Sanear la hacienda federal, vigilar escrupulosamente el manejo de los recursos nacionales y defender su correcta aplicación otorgando al concepto republicano el sello distintivo de un gobierno pulcro y mesurado nuca ha sido lo nuestro. La corrupción carcome cualquier intento, lo hemos visto hasta la saciedad.
La potestad ciudadana de mantenerse atenta y al tanto de las decisiones que concurren en el objetivo de construir un sistema político auto controlado y regulado por procedimientos estrictos para que imperen los equilibrios del mandato y distribuir con justicia los beneficios superó las aspiraciones de los redactores.
Hoy, la pobre Auditoría Superior de la Federación es un espantajo marca llorarás. Aquella estructura que estaba diseñada para inquirir sobre el destino de nuestros recursos, tanto en el plano horizontal de los poderes, como en los tres niveles de gobierno e incluso…… en el manejo de los particulares sobre los gastos del erario, promover consecuencias y responsabilidades y querellarse penalmente ante las más altas instancias, ante cualquier ilícito relacionado, acabó en agua de borrajas. El pudor administrativo superó otra vez al requerimiento histórico.
Finalmente, la dichosa Auditoría fue convertida por el salinismo y el zedillato en un débil brazo investigador a toro pasado del erario ya ejercido, de una Comisión de Vigilancia que opera desde el interior de la Cámara de Diputados al servicio de cualquier vendetta, al gusto de cualquier capricho de mandarín de huarache.
La mayoría se arrogó la facultad de designar al titular del ente fiscalizador y justiciero. Como en la mejor tradición del parto de los montes, han desfilado por ese sillón auditor una serie de mercachifles agachones, dispuestos a recibir y ejecutar cualquier instrucción y a reaccionar demasiado tarde ante los agravios.
Los tiempos y la furia del sistema, acotados por la conveniencia del aparato de castigar a los demasiado descarriados, juzgados antes por la opinión pública que por los instrumentos de fiscalización. Las otras potestades de la Auditoría corrieron por la misma banda.
Causan lástima las filtraciones oficiales sobre el atrevimiento del actual auditor de querer reelegirse por ocho años más, con el señuelo de haber descubierto, ¡Dios nos ampare!, las truculencias de Javier Duarte y de Oceanografía, cuando hasta un niño de teta se hubiera percatado de desacatos que la propia Auditoría tardó en investigar por aquello de vender caro su amor.
Esperar de los fraudulentos el moche y el soborno para calmar los ímpetus de la justicia administrativa. El jarocho perfumado y las alimañas al servicio de Marta Sahagún de Fox podían dormir tranquilos, lo mismo que los cuantiosos gastos de Calderón-García Luna en su mortífera guerra, temiendo más a la revelación de las líneas ágatas que a cualquier arrebato inquisidor.
La Auditoría es un plato suculento para el despilfarro, el denuesto y los beneficios, sabiéndola aprovechar como lo han hecho los mandamases beneficiándose de un subterfugio, no de una Institución respetable. Como todo, la Auditoría está en el centro del juego de la oferta y la demanda.
Ese castillo de pureza, es hoy un organismo que paga sueldos de sultanes, atestada de miles de oficinistas, empleados de cuello blanco que cobran más que si trabajaran. Ha sido un enorme fiasco. Una comprobación del estado pútrido del aparato público y mendaz que padecemos.
Así es que por méritos en campaña, que repita Juan Manuel Portal, el extorsionador, hasta que el cuerpo aguante.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: ¿Se acuerda usted de Francisco Rojas Gutiérrez, quien fuera contralor Federal de la “renovación moral” —no se ría— en el sexenio de Miguel de la Madrid? Tiene ya dos décadas siendo el factótum de la Auditoría Superior de la Federación. Primero, con Arturo González de Aragón. Ahora con Juan Manuel Portal. ¿Pondrá al próximo o alentará la reelección del segundo? + + + Roberto Campa Cifrián se candidatea a todo, lo mismo a senador que a secretario general de Gobierno del Edomex, que a sustituir a su jefe Osorio Chong, que a la Fiscalía General de la Federación que, otra vez, al Senado y ahora a la jefatura de la CDMX por el PRI. ¿Qué no recuerda que en 1997 renunció al tricolor cuando perdió 86 de 86 candidaturas siendo presidente del PRI-DF? ¿Qué no se acuerda que además fue candidato del Panal a la Presidencia, ya que ni Yunes ni Castañeda ni Moctezuma la aceptaron? ¿Que no se acuerda que lo fueron a sacar de su ratonera en Rancho Viejo, donde se lamía las heridas? ¿Que no se acuerdan que Ebrard lo invitó y Campa aceptó trabajar en su campaña? Incluso, se entrevistó con AMLO en sus oficinas de las calles de San Luis Potosí y le ofreció una candidatura? Qué no se acuerdan que fue un corifeo de Calderón y le operó asuntos para favorecer al PAN? ¿Que no se acuerda que es un traidor profesional y un travesti de la política? ¿Que no se acuerdan que traicionó a EEG, la única que realmente lo proyectó? ¿Que no se acuerdan de la cena en su casa por allá en los rumbos de Cuajimalpa con Manuel Camacho para trabajar en favor de AMLO? ¡Qué desmemoriado son sus jefes del momento y que miseria prevalece en los cuadros que lo candidatean para todo! ¿O será que su gurú, el sátrapa de Heriberto Galindo, el eterno y fallido lambiscón de todos, se ha convertido en su promotor? Tienen las mismas debilidades por el dinero y las meretrices. + + + Escribe don Guillermo Bernal Franco: “Como cada año vemos como los diputados y senadores, verdaderos zánganos irresponsables, salvo algunas excepciones, presumen de las enormes cantidades que se llevan para darse vida de rey. Es un verdadero abuso que dispongan del dinero de la nación mientras el pueblo tiene que pasar duras penas para contar con recursos para sus hogares. En un país con más de 60 millones de pobres es insolente que se roben los supuestos representantes del pueblo el dinero, pues no resuelven los problemas de la nación, ya que están coludidos con las altas esferas del poder para joder al pueblo. Es muy notorio que los vendepatrias y traidores empezando con Salinas se encuentren preocupados ante el fracaso del TLCAN, pues ha sido el mayor negocio para sus intereses al lado de grandes empresarios , es claro que nunca han pensado en el bienestar del pueblo se sienten dueños de México y de su futuro. No podemos dejar de señalar que los gobiernos corruptos como el que padecemos atenta contra las Instituciones y desalienta al pueblo al que marginan de su participación con acciones antidemocráticas y autoritarias. Es criminal que el gobierno peñista promueva el dispendio de recursos tendiente a difundir la imagen de una administración sin pies ni cabeza, pues México se encuentra en una situación que se perfila a la ingobernabilidad. La enorme deuda que el gobierno ha acumulado en el sexenio, pone a México en una situación, que afectará la economía en el 2018. Reitero nuevamente que mientras México siga siendo gobernado por aprendices no saldremos de un círculo vicioso sin futuro”. Lamentablemente así es, don Guillermo.
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