Sólo usan y abusan a los dreamers
Francisco Rodríguez lunes 11, Dic 2017Índice político
Francisco Rodríguez
Nuestro México es quizá el único país del mundo donde los aprovechados que se dedican día y noche a explotar los desvalimientos orgánicos del señor Peña —y conseguir los favores de su firma—, poseen también, cada uno de ellos, un equipo de prensa y propaganda para resaltar u ocultar todo aquello que deseen. Es francamente penoso y deletéreo.
Sin embargo, hay pocos temas en los que se ponen de acuerdo. Usted sabe, la feroz competencia de los intereses enfrenta seguido a cada uno con quien resulta que está comiéndole el mandado. Se libran auténticas batallas campales que tienen cautiva a la opinión pública, distrayéndola de los asuntos verdaderamente importantes.
Uno de los pocos tópicos donde todos coinciden, y para eso ponen en sintonía a sus grupos de paniaguados, textoservidores y loritos radioeléctricos, es en resaltar las facultades presidenciales que se puedan. Hay tan pocas, que cuando encuentran un filón lo explotan al máximo. Es su modo de justificar las chuletas.
Es casi inútil remarcar nuevamente todas las críticas suscitadas por ambos acontecimientos que nos han mostrado ante el mundo como un villorrio dictatorial e indefenso. En el primer caso, los abusos patrimoniales corrieron parejo a las violaciones constitucionales. En el segundo, produjeron un parto de los montes, pero en chiquititito.
Todo, bajo una escenografía que mezcla algo de lo más grotesco con una absoluta impunidad que ha trastocado nuestra manera de ser. Y, desde luego, acompañada con ademanes lopezmateístas y rositas de ignorantes que creen traer la vaca por la cola.
Demasiado se esforzó don Miguel de Unamuno para demostrar ante tirios y troyanos que la inteligencia que se utiliza para jugar ajedrez sirve únicamente para eso: para jugar ajedrez. Aunque los ajedrecistas se han pasado la vida tratando de demostrar que esa inteligencia puede resolver cualquier entuerto y ser parte estratégica de toda decisión.
Y para el caso del presidente, aplica más de lo que se cree. Todas las artimañas electorales que se le han conocido se derivan del uso de portentosas maletas de dinero para convencer a los contrarios de aceptar las pretensiones de Los Pinos. Eso es un hecho.
Así cualquiera puede, afirmarán algunos. Pero es el caso que tampoco así. Pues para dar debe usarse la misma técnica inteligente que para pedir. La persuasión es la misma. Y en el caso de Peña hay cientos de políticos y aprendices que ya desconfían de recibir, por todo lo que ha pasado a los incautos que han confiado en su palabra y generosidad.
Hacer política con dinero es algo tan viejo como hacer del baño sentado. Las mismas técnicas aplican para cualquier etapa de la humanidad. Basta con que el que dé sea creíble y el que recibe acepte. Es el caso que tampoco. La falta de credibilidad y la ausencia de modos y manera para dar y pedir, en cualquier dirección, es el signo de los tiempos.
Como nadie confía en cualquiera de esas aptitudes, tan ponderadas por los clásicos de la letra impresa y el micrófono de cartón, y las maletas son lo único que realmente existe, usted se ha de imaginar quién se encarga del reparto y de los compromisos. ¡Acertó!: Videgaray, único dueño de la voluntad superior del de Atlacomulco, quien tiene para su disfrute exclusivo las enormes lagunas mentales de Peña, donde esquía y hace maromas.
Hay decenas de casos que lo comprueban. Nadie está pidiendo ejemplos. Pero en el que nos ocupa, es demencial y palpable. De nada sirvieron los mil millones de pesos entregados a fondo perdido a doña Josefina Vázquez Mota para ser repartidos entre las obras materiales y culturales de los mexicanos avecindados en el extranjero.
“Juntos Podemos”, la demoníaca agrupación blanquiazul de la impresentable Josefina y el caudal de dinero de nuestros impuestos para ser manejado por esa “organización no gubernamental” repartió el dinero entregado por los dos chiflados, Videgaray y Meade, para ser ingresado a los bolsillos de los panistas encapuchados.
Pero sirvieron para comprobar el rubro de asistencia a los mexicanos en el exterior, que tan pomposamente ha defendido la cancillería para abjurar de todas sus funciones en ese ramo. Al mismo tiempo, dejaron absolutamente descobijados a los auténticos luchadores en Estados Unidos: los migrantes y sus hijos, los dreamers.
Las maletas de Los Pinos sólo han servido para agraviar a quienes hacen posible que sus recursos enviados al país vía remesas sean el único efectivo circulante de procedencia cierta que se maneja en todas las transacciones de compra de alimentos y útiles de sobrevivencia en este territorio. Lo demás es simplemente de dudoso origen.
Ochocientos mil dreamers, los hijos de migrantes que por mucho tiempo estuvieron siendo beneficiarios del programa de amnistía DACA (Acción Diferida para Inmigrantes Infantiles), cuando más del 90% de ellos tienen empleo, estudian en la universidad o se enlistan en las fuerzas armadas, quedaron desprotegidos.
No ha mucho, Ricardo Salinas Pliego ha dicho y escrito en medios nacionales y extranjeros, como el Boston Globe, que la economía de los Estados Unidos se verá afectada en 280 mil millones de dólares por la decisión racista de Trump de retirar el programa DACA. Nuestro país podría hacer un esfuerzo para que los dreamers se sientan en casa y protegidos.
Los dreamers no conocen otra tierra, otro idioma y otra cultura que la de Estados Unidos. Fueron llevados allá muy chicos, por sus padres desplazados que tuvieron que encontrar otro país para su manutención. A contrapelo, a los repartidores de maletas de los mexiquitas sólo les interesa la política electoral, porque su patrón es un experto en eso… dicen.
Los dreamers están absolutamente fuera de toda protección mexicana. Del mismo modo que los portorriqueños, habitantes de un estado libre asociado, registrados como nacionales estadunidenses fueron abandonados por Trump en los recientes cataclismos geográficos. Sólo existen para votar.
Fuera de algunos esfuerzos sociales como el de la agrupación New Comienzos, de Israel Concha, los dreamers están al margen de la ley estadunidense… y de la mexicana.
¿Y las maletas? ¿Y el experto en maletas?
¿Usted qué cree?
Índice Flamígero: No hay de otra sino coincidir con el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera: lamentable, muy lamentable, que no haya habido un proceso democrático para que el Frente Ciudadano por México tuviera a su candidato presidencial. La muy priísta “cargada” y/o “bufalada” se lanzó a ungir a Ricardo Anaya. Y Mancera se queda en la jefatura del gobierno capitalino, sin dejar de apoyar el esfuerzo que él mismo inició hace ya varios meses: “Participé, impulsé y defendí siempre la conformación de lo que llamamos, en su concepción original, Dante Delgado y yo, El Cuarto Polo. Es algo que hoy no se imagina la gente. Es una forma de sumar fuerzas y voluntades que será exitosa. Así lo comentamos en corto. Este Cuarto Polo originalmente fue pensado para el PRD, PT y Movimiento Ciudadano. Sin embargo, con el paso del tiempo, el PT salió de la ecuación, y el PAN planteó poder integrarse”. MAM también ha expuesto que hubo dos palabras que le dieron sentido y rumbo: “Por México” y esa opción que hoy se conoce como el Frente, resaltó, tendrá la obligación de consolidar el cambio de régimen estableciendo un gobierno de coalición, de incluir en sus representantes a ciudadanos que coadyuven en la conducción de las tareas de gobierno y legislativas, y realizar un verdadero cambio de responsabilidades compartidas, pero específicas. “También tiene la obligación de convocar a la ciudadanía, de sumar voluntades que busquen que suceda en nuestro México algo distinto, a fuerza de hacer diferentes las cosas”. El jefe de gobierno capitalino expuso que está convencido que el Frente es una opción política distinta, una alternativa cierta de cara a quienes proponen recorrer de ida y vuelta el mismo camino a sabiendas que, como está probado, esto no llevará al país a un puerto seguro. “Es por todo ello que yo siempre, siempre, seré un defensor del Frente y de su consolidación”, destacó Mancera. + + + “Acerca de lectores y escritores” comenta don Rubén Mújica Vélez: “Certera la frase ‘somos lo que leemos”. Añado de mi parte ‘revelamos nuestra persona por lo que escribimos’. AMLO suma cerca de 20 libros publicados: lo conocemos con precisión. Pero ¿qué pensar de alguien que aparte de ¡la Biblia!, no recuerda el nombre de otros dos libros que haya leído y de paso confunde el nombre de autores? Además de quien su ‘talentoso’ director de tesis profesional para ‘probar’ que no se fusiló otras tesis afirma que ‘se le cayeron las comillas’ a las referencias bibliográficas? Ni duda cabe: ¡los truhanes crecen y mueren juntos!”. Y este escribidor agrega, don Rubén: al sesudo director de tesis van a convertirlo en fiscal de Delitos Electorales. ¡Tal para cual!
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