No hay indecisos, 30 millones, ignorados por los partidos
Francisco Rodríguez viernes 6, Abr 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Reconocidos analistas de la religión en México coinciden en apuntar que los creyentes de las doctrinas evangélicas suman el 24% de la población nacional. No es un dato menor. Estamos hablando de 30 millones de mexicanos que en estos momentos se encuentran fuera del debate político en las campañas electorales.
Treinta millones de mexicanos que pueden formar un potencial de electores, calculado conservadoramente en 15 millones de votos, según la estructura demográfica y los análisis políticos que los antropólogos sociales señalan. Es la segunda fuerza más importante de la nación. Para darnos una idea, superan de calle a los posibles votantes del oficialismo corrupto.
Cooptarlos fue el sueño guajiro de Osorio Chong y Jesús Murillo Karam, cuando convencieron a Peña Nieto a que aflojara las maletas de Gobernación para alentar el registro del Partido Encuentro Social, cuyos dirigentes paniaguados juraron por ésta que tenían amarrado a ese sector.
En la realidad, resultó un fracaso rotundo de esa caterva de oportunistas. En la vida han tenido algún acercamiento con los 65 mil pastores evangélicos y los 35 mil templos desde donde ofician. Si Pitágoras no miente, por el solo hecho de tenerlos, los priístas ahora andarían presumiendo de tener en la bolsa la elección presidencial.
Una más de las mentiras. Dinero del presupuesto público de los mexicanos tirado al caño, sosteniendo una fantasía que jamás ha existido, sólo en sus cabezas locas. Embutes para sobrinos y favoritos del pachuquismo contratista, maletas lanzadas al azar, para sostener especulaciones de supuestos presidenciables……cuyo adalid ungido, Meade Kuribreña, resultó —según el FMI, el Banco Mundial y los analistas internacionales de renombre—, el peor secretario de Hacienda de todos los tiempos, el que preside ese salón de la fama bufa, por inútil, derrochador y codicioso. Hijo de tigre, pintito. En los sexenios de Calderón y Peña Nieto demostró de qué pasta está hecho.
Un pelotón de encuestadores oficiosos y sus compañías outsourcing se desvelan y malpasan todos los días al servicio del atestado cuarto de guerra del PRI para inflar el número de indecisos electorales, engañando al respetable de que de ahí podrán sacar la bolsa de votantes para el fraude y la tragedia que asoma en el país.
Ya van casi en el 20% de indecisos, los que según ellos han manifestado a sus encuestadores que todavía no tienen por quién votar. Entrevistando a los encuestadores serios, los que se establecieron en este país con las franquicias de Gallup hace 35 años, han revelado que no hay tal número.
Todos los mexicanos, todos, ya decidieron por quién votar, y ese no es otro que el puntero real. Lo que pasa es que no sacan esas cifras al aire por miedo a que los medios a modo los tachen de descabellados, y los timoratos les cancelen cualquier contrato en las instituciones académicas y sociales para las que hasta ahora trabajan.
Si publicando las cifras reales de preferencias de más del 50% en favor del puntero, se sienten amenazados por los francotiradores del sistema, ya se ha de imaginar usted si publicaran números que en estos momentos rebasan las categorías del 60% de convencidos. Sería darse un tiro en el pie, aducen. Y tienen razón. Primero es el ser y luego la manera de ser.
Pero el priísmo ordinario sigue confiando en mantener el 20% de “sus indecisos” para perpetrar el robo electoral, a través de las mañas del INE y de los algoritmos de Hildebrando Zavala, vendido con toda la familia de los esposos Calderón al postor mexiquense. Ni se imaginan que sus tentativas han sido descubiertas. Y además, son imposibles.
La población ya decidió. Es cosa juzgada. Sólo falta esperar ochenta días para saber el veredicto. Pero lo que es realmente inaceptable es que teniendo el dinero nuestro para hacerlo, no hayan concretado ni el objetivo de lograr el voto evangélico, cuando de eso se trataba. Ahora están pariendo chayotes.
Pero el 24% de la población, aglutinada en torno de los oficios evangélicos sigue ahí, intocada. Los seguidores de las creencias históricas, presbiterianos, metodistas, bautistas, adventistas, los de las corrientes pentecostales, Asambleas de Dios, Evangelio Completo y los neopentecostales…… de los movimientos apostólicos y proféticos, anunciadores de la segunda venida del Salvador, están todavía en espera de que alguien se percate de que existen, de que su movimiento en favor de la libertad religiosa ha sido pasado por alto en esta loca carrera al estrellato… sin carrera.
México, apuntan, es el país más atrasado del continente americano en materia de libertad religiosa. Nadie se ha preocupado por incluir en el debate político y social a quienes han demostrado sobradamente que tienen una estructura de operación y un oficio profesional mucho más sólido que los pederastas católicos, que también quieren pasar de rositas en esta ocasión electoral.
Los mandarines de la Iglesia tradicional quieren pasar inadvertidos, y a ellos les cayó como agua de mayo que se haya oficializado a los impostores del PES, que no han servido más que para reclamar escaños y curules, donde se encuentren. Están sólo al servicio de los políticos. La comedia debe terminar, llegó la hora.
Los llamados enlaces de las religiones, ungidos en los partidos políticos para aparentar que trabajan, han caído en el juego del Tío Lolo, en gran medida porque desconocen con qué se come este intríngulis. Los pastores y la grey evangélica los desnudan cada que alguien platica con ellos. El abandono y la molicie de las franquicias políticas se revela en todo momento.
Los supuestos enlaces de las campañas están tragando camote. Nadie conoce el punto de la hebra de este movimiento espectacular en pro de la libertad religiosa, algo que urge establecer, antes que otra andanada social se revierta contra la complicidad eclesiástica que no ha servido más que para la complicidad y el encubrimiento de los graves sucesos protagonizados por Norberto Carrera, los macielistas y sus secuaces.
El día que México quiera ser un país serio, deberá tomar en cuenta a ése 24% de la población que pide ser escuchado. Sin ellos, faltan 15 o hasta 20 millones de votos que cualquiera quisiera para presumir en los foros nacionales e internacionales. Sin ellos, el sistema político no está completo.
¿Para qué seguir inflando el porcentaje de indecisos? Este avión ya se les fue, igual que muchísimos otros. Basta de sandeces y algarabía, de fraudes y secuencias ingratas. Todo está ahí, a la mano de quien se atreva a recoger el estandarte de la integralidad de conciencias. Superar el atavismo de la libertad de cultos, y entrar de lleno a la realidad de la libertad religiosa.
Lo otro es un juarismo trasnochado. Si viviera el Benemérito y supiera la realidad actual, obviamente se decantaría por atender y reconocer la opción de un México moderno y desesperado que clama justicia y convivencia, no más fraudes e imposiciones.
Ya estuvo bien. Los mexicanos tienen derecho a ir al alcance del futuro religioso. Todavía es tiempo. Háganlo siquiera por decoro.
¿No cree usted?
Indice Flamígero: A la mesa del desayuno, ayer, se acercó uno de los sacerdotes más cercanos al Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, y uno de sus punzantes comentarios fue en torno a la inutilidad de Humberto Roque Villanueva para acercarse a los jerarcas católicos, quien después de haber sido subsecretario de Osorio Chong en materia religiosa ahora es el enlace en ese rubro de la campaña priísta por empecinamiento de Dionisio Meade, padre del candidote, dicen. + + + Por cierto que también se comenta que el autor de aquella famosa “roqueseñal” —cuando pastoreaba a los diputados del PRI y éstos aprobaron el incremento del IVA del 10% al 15%— fue hasta a Tijuana a preguntar cómo se movía, en realidad, el evangelismo. Pareciera que pasó de noche por la subsecretaría que hasta finales del año pasado tenía encomendada.
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