Los ataques a la prensa
¬ Luis Ángel García miércoles 21, Dic 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
—¿Quién mató al Comendador?
—Fuenteovejuna, señor.
Así se puede resumir la auto exoneración que hizo el Presidente luego del atentado que sufrió el periodista y líder de opinión Ciro Gómez Leyva. Sin tener elementos de prueba responsabilizó a todos y a ninguno del artero ataque. Pudo ser cualquiera menos el gobierno de la 4T. Lo mismo sugirió como autor intelectual al crimen organizado que a los grupos del conservadurismo que buscan desprestigiar a su administración.
Reiteró que su régimen respeta la vida y la libertad de expresión, incluso se sumó a la versión de su enemigo, el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien dejó entrever la autoría del intento de homicidio a un barón de droga, “El Tucán”, por el reportaje que sacó Ciro en contra del hombre buscado por las autoridades, personaje que, a través de un abogado, desmintió ser el responsable de la agresión.
Como buen pastor, predica con el mazo dando. Y luego de su exoneración y la de su gobierno, mostró una falsa solidaridad con el comunicador, para después arremeter contra él, con un casi casi “te lo merecías” por criticar a la 4T. No sólo se fue contra Ciro, sino que enlistó, en su mensaje polarizador y de odio, a otros periodistas de los medios electrónicos como Carmen Aristegui, Denise Maerker (sic), Joaquín López-Dóriga, Carlos Loret de Mola, Jorge Ramos, a quienes calificó como voceros del dichoso conservadurismo. Parece no darse cuenta de que con su actitud pone en peligro a esos periodistas, convirtiéndolos en blanco del crimen organizado o de algún oficioso que quiera complacer al gran tlatoani.
No es menor la sevicia que utiliza el inquilino de Palacio Nacional en contra de los comunicadores que no son afines a la 4T, y nadie, en su sano juicio, imputa la autoría intelectual al Ejecutivo, pero sí tiene una responsabilidad política que se agrava por su permanente narrativa de descalificación y estigmatización de los periodistas. En cuatro años, el Presidente ha polarizado a la sociedad y creado dos bandos de comunicadores, los abyectos y desconocidos reporteros que preguntan en las mañaneras, y los verdaderos periodistas que cumplen su función informativa con responsabilidad social, pero que son atacados desde la tribuna de Palacio Nacional.
Los resultados están a la vista, los verdaderos comunicadores son presa de las agresiones y no hay un eficiente mecanismo de protección a periodistas que los proteja, menos cuando son las mismas autoridades las que crean el caldo de cultivo para los ataques a los informadores.
La salida fácil es victimizarse y culpar a Fuenteovejuna de las agresiones a periodistas, cuando el Estado debiera ser el más interesado en garantizar la función informativa y la libertad de expresión, actividades sociales que permiten la convivencia en democracia. Es igual de riesgoso que sea el crimen organizado o el poder político quien haya perpetrado el ataque a un periodista, sea cualquiera su ideología, medio para el que trabaje o su importancia gremial, todos son Ciro. Esperemos que mañana no lamentemos la agresión fatal de otro comunicador, del tamaño de Denise Dresser, Carlos Loret, Joaquín López-Dóriga o el líder de opinión del medio más modesto del interior de la República. No echemos la culpa a Fuenteovejuna, cuando hay una responsabilidad política de esta administración.