Muertos frescos
¬ Gustavo Mora miércoles 5, May 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
En un encuentro con estudiantes de ciencias políticas y militantes juveniles de los partidos políticos que acaba de celebrarse en Chetumal, Quintana Roo, Manuel Camacho Solís, al defender las alianzas de partidos que normalmente son enemigos naturales, pero que se han unido para derrotar al PRI en varias elecciones para gobernador, sin presentar ideología ni programas propios,…¡fue por lana y salió trasquilado!
Camacho se quejó amargamente de que mucha gente lo da por muerto políticamente, como también son los casos de Porfirio Muñoz Ledo, Luis Echeverría Álvarez, Miguel de la Madrid Hurtado, Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada, por citar algunos.
No se esperaba la respuesta de uno de los delegados que le dijo que éste es un grupo de muertos frescos que diariamente busca en el obituario que se publica en los periódicos, para ver si aparece su esquela. Aunque ellos se nieguen a reconocerlo y se aferren a la vida artificial que llevan con el auxilio de tubos y oxígeno.
La realidad nos demuestra que no existe el camachísmo, ni el echeverriísmo, ni el delamadridismo, ni el porfisismo, ni el zedillismo y que el camachismo lo único que hace es dar patadas de ahogado.
No incluimos en este grupo a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, porque ellos mismos se tiran puñaladas traperas, con las que un día nos amaneceremos con la noticia de que alguno de los dos falleció…¡o a lo mejor los dos!, como dice el corrido michoacano de “Los dos hermanos”, que cantaba el Trío Tariácuri.
Camacho falleció políticamente con el destapamiento de Luis Donaldo Colosio Murrieta, hace ya casi un cuarto de siglo. Porfirio dejó agarrados de la brocha a los del desaparecido membrete del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, con una candidatura presidencial de utilería. Echeverría fracasó al proponer a Emilio Gamboa Patrón como el relevo del desaparecido Colosio y ahora se queja de su exilio domiciliario…”desde que una persona (no menciona por su nombre a Gustavo Carvajal Moreno) declaró que ir a San Jerónimo era para que los besara el diablo y de esta hace ya la friolera de 30 años. El zedillismo simplemente nunca existió, como tampoco el delamadridismo, oír la mediocridad de quienes llegaron a vivir en Los Pinos. Y ni siquiera se puede hablar de un foxismo, después del doble fracaso de tratar de imponer a Marta Sahagún como heredera y perder la candidatura presidencial con Felipe Calderón Hinojosa que nunca fue su pollo, digo, su gallo.
El “cuauhtemismo” y el “pejelagartismo” se velan recíprocamente.
Lo dicho por el valeroso joven que se enfrentó a Camacho: están muertos, aunque se nieguen a reconocerlo.