La Villa Olímpica, un legado en Vancouver
José Antonio López Sosa jueves 10, Jun 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
VANCOUVER, CANADÁ.- Fueron años de preparación para albergar los juegos olímpicos de invierno que acontecieron este año, desde el arreglo de las calles hasta la construcción de una villa olímpica, todo aquello que tiene que ver con ser una ciudad huésped de una olimpiada se hizo a lo largo y ancho de Vancouver y sus comunidades vecinas. La olimpiada de invierno pasó y como suele suceder en Canadá, el trabajo y esfuerzo trasciende y se capitaliza en beneficio de la ciudad y sus visitantes marcando una clara diferencia con cualquiera otra ciudad en este país.
Frente al centro de Vancouver, justo del otro lado de la bahía se construyó la villa olímpica, ahí se albergaron a los atletas que participaron en los juegos invernales. Se trata de una extensión que se le ganó al mar donde hace casi un siglo se ubicaba un puerto que recibía sal, con estilo y sobre todo conciencia ecológica se desarrollaron una gran cantidad de edificios como parte de esta villa, mismos que hoy en día están en venta, renta o bien, forman parte del sistema social del estado canadiense.
La edificación de la villa olímpica implicó ceder terrenos por parte de la ciudad, así como abrir la inversión a empresas de bienes raíces, hoy día que este moderno barrio está como un gran desarrollo inmobiliario se divide en tres: por un lado en edificios que albergan lofts o departamentos de gran lujo, mismos que están a la venta; por otro lado edificios que quedaron en propiedad de las empresas inmobiliarias que están en renta y, finalmente, edificios propiedad del estado que albergarán a estudiantes y personas de programas sociales que atienden a las clases vulnerables, es decir, que en un barrio vanguardista se albergarán tres clases sociales sin problema alguno.
Más allá de este hecho, llama la atención la sustentabilidad que hay en estas obras, todas tienen paneles solares en sus techos para calentar el agua, con ello disminuyen el consumo de electricidad. También tienen un sistema donde se capta el agua de lluvia y se emplea tanto para el riego de jardines como para el sistema sanitario de los baños, con ello se disminuye sustancialmente el consumo de agua potable, finalmente todos estos edificios tienen azoteas verdes, quiero decir, jardines extensos que tapizan los techos.
Evidentemente la visión es vanguardista, sin embargo se logró con por un lado, dejarle a la ciudad de Vancouver un legado de los juegos olímpicos de invierno y por otro, implementar un sistema urbano ecológico y sustentable.
En medio del barrio quedó el viejo puerto, fue reconstruido y restaurado totalmente, contrasta la modernidad con la historia de los barcos salinos que esta construcción guarda en sus muros y sus lozas de madera.
Este desarrollo atraerá una gran cantidad de habitantes que vivirán frente al centro financiero de Vancouver, lo cual significa un avance –insisto—sustentable, sin lugar a dudas una herencia invaluable a la ciudad después de un evento de tanta trascendencia como fue una justa olímpica invernal.
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