Cambió la estrategia de Beatriz
Ramón Zurita Sahagún martes 26, Ene 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Beatriz Paredes Rangel, presidenta del PRI, tiene amplio reconocimiento como estratega política, conoce los momentos en que debe actuar y en consecuencia lo hace.
La tlaxcalteca es una de las pocas mujeres que se mantiene activa desde hace más de 30 años en los primeros planos políticos, pasando de un cargo hacia otro y que además de ello merece reconocimiento en la mayoría de los cargos públicos que ocupó.
El pasado año no fue bueno para ella, ya que provocó demasiadas críticas por una serie de actos fallidos que bajaron sus bonos políticos y ocasionó una baja en las distintas encuestas que se elaboran hacia el 2012.
Los resultados electorales que favorecieron al partido tricolor no fueron vistos como una victoria para la presidenta del partido, como tampoco lo fueron la recuperación de los gobiernos de San Luis Potosí y Querétaro.
Tampoco la salud de Beatriz Paredes obró en su favor, ya que ésta mermó considerablemente y algunos consideraron lo de su enfermedad como una salida falsa, al no conseguir la coordinación de la diputación priísta en San Lázaro y ser obligada a continuar como presidenta del partido.
La falta de definiciones sobre diversos temas en la discusión nacional y la actitud asumida por parte de algunos gobiernos estatales del PRI en temas de gran controversia, también jugaron contra Paredes Rangel, que fue severamente criticada por ello.
En síntesis, 2009 fue un año nada satisfactorio para los proyectos personales de la ex gobernadora de Tlaxcala.
Con todo y ello, Beatriz, junto con el favorito Enrique Peña Nieto y con Manlio Fabio Beltrones, se mantiene dentro de la terna fuerte de los priístas mejor posicionados en la carrera presidencial, por encima de otros aspirantes como Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz, y Humberto Moreira Valdez, mandatario de Coahuila.
Beatriz es una de las pocas mujeres de la actividad política que es bien vista en sectores varios, sin importar si éstos mantienen o no coincidencia con el partido tricolor; incluso dentro de las propias mujeres, la figura de la dirigente nacional del PRI es bien vista y hasta respaldada en sus propósitos.
Su paso por cuatro diputaciones federales, una senaduría, la dirigencia nacional del sector campesino, el gobierno de Tlaxcala, la Subsecretaría de Gobernación, la embajada de México en Cuba, la secretaría general del partido y la presidencia del mismo, le han generado mayor respaldo que detractores.
Por eso, Beatriz decidió reaccionar en este año de definiciones en que mantiene la oportunidad de posicionarse dentro y fuera del partido y cuando le falta un año para concluir con su gestión, para asumir una posición más abierta y mostrar todo su potencial.
La decisión de Beatriz fue bien recibida dentro de los diversos grupos que se mantienen dentro del partido que preside, los que festinaron el posicionamiento del pasado viernes en Boca del Río, Veracruz, donde la tlaxcalteca mostró el empaque que le hizo falta el año pasado.
Con un discurso enérgico, crítico y de confrontación, la priísta respondió a lo que tanto se le estaba pidiendo en relación a los temas que se encuentran a discusión.
Beatriz no se anduvo por las ramas para llamar a las cosas por su nombre y advertir el endurecimiento de su partido ante los temas torales, por las actitudes de hostilidad provenientes de las otras organizaciones políticas y de un gobierno que no acaba de aterrizar.
Pero el cambio que se opera en Beatriz va más allá de un simple discurso, ya que advirtió que su partido no aprobará una reforma política que debilite al Poder Legislativo ante el Poder Ejecutivo y advirtió que las candidaturas independientes serán revisadas con lupa para evitar que los grupos de ultraderecha que muestran un gran activismo resulten beneficiados.
Beatriz criticó fuertemente las iniciativas presidenciales donde se siente un tufo de autoritarismo, con las que se pretende debilitar al Poder Legislativo.
El país requiere de cambios reales y no de simples maquillajes, sentenció en este discurso pronunciado en la sede senatorial, en la que se iniciaron los trabajos de análisis de la reforma política en la que participan los dirigentes de los partidos, legisladores, intelectuales y académicos, entre otros.
La actitud asumida por Beatriz en el inicio de este nuevo año no se circunscribe a los discursos, ya que en su actitud también refleja una transformación.
Tlaxcala ha sido el coto de poder de la presidenta del PRI y en esa entidad se le relaciona con los triunfos obtenidos por candidatos ajenos al PRI que fueron postulados luego de renunciar al PRI y que además de ello fueron cercanos colaboradores de la propia Beatriz Paredes Rangel.
Alfonso Sánchez Anaya fue el primero que renunció al PRI y derrotó al candidato de este partido, Joaquín Cisneros, el que se asegura, no gozaba de las simpatías de la ex gobernadora. Avalado por el PRD, Sánchez Anaya, ex tesorero de Beatriz, ganó la elección.
Seis años más tarde el candidato del PRI resultó ser Mariano González Zarur, quien tampoco era santo de la devoción de Beatriz, por lo que se enfrentó a otro paredista de siempre, el actual gobernador Héctor Ortiz, quien buscó el cobijo del PAN y con este partido ganó. Ortiz fue alcalde de la capital y dirigente estatal del PRI al lado de Paredes.
Ahora, el cambio de actitud de Beatriz se manifiesta en que no ve lejana la posibilidad de que González Zarur repita como candidato del PRI al ser el tricolor mejor posicionado en el estado y ofrece su total respaldo, aunque habrá que esperar hasta el momento de la elección para detallar si esto resulta cierto.