Tiempo de espera
Ramón Zurita Sahagún miércoles 21, Jul 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son varios los gobernadores electos el pasado 4 de julio que tendrán que esperar hasta el próximo año para asumir funciones. Otros lo harán antes que finalice el presente año.
Unos y otros cuentan con suficiente tiempo para definir sus estrategias de gobierno, estructurar sus equipos y hasta para disfrutar de prolongadas vacaciones.
Con excepción de Zacatecas, Durango y Chihuahua, los restantes nueve gobernadores electos vivirán una difícil situación, con un gobierno constitucional en funciones y un gobernador electo, a la espera de asumir el encargo.
De los 12 estados, Hidalgo y Quintana Roo son las entidades con mayor peculiaridad, ya que la toma de posesión se registrará en abril, es decir, nueves meses después de que fueron electos, lo que podría derivar en un vacío de poder.
Puebla, Tlaxcala, Sinaloa y Tamaulipas tendrán nuevos gobernadores en el mes de enero, los dos últimos el primer día del mes y año, los dos primeros unas semanas después.
Aguascalientes, Veracruz y Oaxaca estrenan mandatario el uno de diciembre, cinco meses después de celebradas las elecciones.
Fue por eso que los congresos estatales de Baja California Sur y Guerrero se negaron a que sus procesos electorales formaran parte del paquete elaborado para ir a las urnas el cuatro de julio del año en curso, ya que al igual que Hidalgo y Quintana Roo, sus nuevos gobernantes asumen hasta abril del siguiente año.
Sin embargo, los diseñadores de estrategias políticas consideraron que México se encuentra inmerso en una serie de elecciones cada año que distraen a los ciudadanos y que formar bloque con ellas, significaría un gran avance democrático.
Incluso, se pensó que esta nueva estrategia convocaría a los ciudadanos a las urnas y habría una votación sumamente cuantiosa.
No sucedió así en el terreno de los hechos y en la mayoría de los estados votados, la afluencia de votantes no alcanzó las expectativas y los porcentajes fueron, promedio, del 50 por ciento, es decir la misma media de siempre o hasta por debajo de ella.
El experimento no parece haber dejado satisfecho a nadie y el englobe de los comicios se encuentra en grave riesgo, si es que no se ajustan también los tiempos entre la elección y la toma de posesión.
Hace algún tiempo a nivel federal se intentó realizar algo semejante, ya que el período de espera entre la elección presidencial, julio, y la toma de posesión, diciembre, parece también demasiado largo y da margen para protestas de todo tipo, como sucedió con el famoso bloqueo de Reforma, promovido como medio de protesta de la izquierda, por lo que catalogaron como unos comicios fraudulentos.
De los estados que fueron votados el pasado 4 de julio, son varios los que irán hasta las últimas instancias, estirando el tiempo de presentación de pruebas y esperando que los tribunales electorales actúen con la lentitud con la que hacen normalmente, lo que les permite ganar en presencia y aumentar el tono de sus protestas.
Oaxaca, por parte del PRI, Veracruz e Hidalgo, son las tres entidades que esperan revertir los resultados de las urnas que determinaron el triunfo de Gabino Cué Monteagudo, Javier Duarte de Ochoa y Francisco Olvera Ruiz, respectivamente, pero cuyo triunfo es impugnado por los candidatos derrotados, Eviel Pérez Magaña, Miguel Ángel Yunes y Xóchitl Gálvez Ruiz.
Unos y otros juegan con el tiempo, recordando que hace seis años, Ulises Ruiz Ortiz y Fidel Herrera Beltrán, fueron mantenidos en la angustia durante más de dos meses, a la espera de la decisión del tribunal electoral federal, donde se ventilaban sus casos.
Igual sucedió en Tabasco hace diez años, donde el triunfo de Manuel Andrade Díaz fue invalidado unos cuantos días antes de su toma de posesión, se declaró la nulidad de los comicios y hubo la necesidad de nombra un gobernador interino y convocar a otro proceso electoral.
En la situación actual, las cosas no pintan para ello, aunque los tiempos de espera son más largos y la angustia crece.
*Adolfo Mota es un ex diputado del PRI y ex presidente estatal del PRI en Veracruz que intenta subirse al carro triunfador de Javier Duarte de Ochoa, de cuyo gobierno, dice, será secretario de Educación Pública.
El oriundo de Coatepec es una de las piezas que intenta insertar en el próximo gobierno veracruzano el dirigente nacional de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, quien se autonombra como el artífice del triunfo del candidato priísta al gobierno de Veracruz.
Sin embargo, en el caso de Mota, son muchos los que lo señalan como un priísta desleal que como dirigente de su partido fue un desastre y su torpeza estuvo a punto de costarle el triunfo a Fidel Herrera Beltrán.
De Mota se mantienen sospechas sobre el grupo donde se formó en el pasado proceso electoral, ya que algunos lo señalan como activo de Miguel Ángel Yunes Linares.
Con todo y ello, Mota manifiesta que Emilio Gamboa ya negoció su incorporación al gabinete de Duarte de Ochoa.
*Mucha atención habrán de tener los políticos mexicanos en la cada vez mejor posicionada Confederación Nacional de la Productividad, la que celebró hace un par de semanas su V Consejo Nacional Ordinario, en la ciudad de Querétaro.
El grupo es apolítico, pero concentra una gran membresía que podría significar un atractivo para los partidos o grupos que buscan el respaldo de agrupaciones de importancia.
Un comparativo entre el IV Consejo y el actual habla de la participación de 4 mil militantes en el primero y 25 mil en el segundo, lo que resalta el crecimiento.
La agrupación es encabezada por Eduardo Santillán Carpinteiro y tiene sus principales núcleos en los estados de México y Oaxaca.