La lucha contra la corrupción
Augusto Corro miércoles 10, Nov 2021Punto por punto
Augusto Corro
Pues, sí, la lucha contra la corrupción en México es lenta. En teoría, es combatida por las autoridades, en la práctica sólo unos cuantos presuntos delincuentes son llevados ante la justicia.
Los ejemplos sobran. Uno de estos es el relacionado con el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, quien se encuentra en la cárcel, tras varios meses de gozar de la plena libertad, a pesar de su situación jurídica.
El ex funcionario fue capturado en España y deportado a México. Está acusado por haber recibido sobornos por diez millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht, parte de los escándalos de corrupción conocidos desde 2016 en América Latina.
La condición singular de Lozoya le permitió seguir su juicio en libertad si colaboraba con las autoridades en el asunto. Supuestamente tenía que denunciar a sus jefes, inmiscuidos en asunto, entre otros, el ex presidente Enrique Peña Nieto y el ex secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso.
Transcurrió el tiempo y hace algunos días, el exdirector de la petrolera fue encarcelado tras publicarse en los medios fotografías en las que aparecía en una cena en un restaurante de comida china, que fueron calificadas como una burla a la autoridad.
Total, en el renglón de los sobornos de Odebrecht hay ex legisladores implicados que recibieron el dinero ilegal, que se dice recibió Lozoya. Se trata, pues, de un problema de corrupción, pero la justicia avanza lentamente. ¿Cuándo se iniciará el juicio al ex director de Pemex? ¿Alguien lo sabe?
Según las autoridades la lucha contra la corrupción es intensa, sólo que los resultados en la vida práctica no se notan. Además, de Lozoya en la cárcel se encuentra Rosario Robles, ex funcionaria de alto nivel en el gobierno de Peña Nieto por el presunto delito de corrupción en la denominada “estafa maestra”.
Ella se dice perseguida política. De todas maneras, su situación como acusada es indefinida. Otro caso en el que repercute la lentitud de la justicia.
Por cierto, Ricardo Anaya es otro de los personajes de la política que disfruta de los beneficios de los representantes de la ley. El ex candidato presidencial panista es requerido por las autoridades pues es señalado por recibir sobornos para aprobar la reforma energética de Peña Nieto.
El presunto acusado tenía que presentarse el lunes pasado ante juez, pero este decidió que se presentara a declarar, en persona, hasta el 31 de enero del próximo año. Así lo consideró Marco Antonio Fuerte Tapia, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte.
En caso de que no Anaya no se presentará como lo ordenó el juez, entonces la Fiscalía General de la República giraría orden de aprehensión. De todas maneras, se supone que las posibilidades de ir a la cárcel no preocupan al ex candidato presidencial, quien ahora se encuentra en Estados Unidos, desde donde ve los toros desde la barrera.
Eso sí, en su autoexilio tiene la oportunidad de enviar mensajes de su singular campaña política en busca otra vez la candidatura presidencial. ¿Los citados funcionarios son los “peces gordos” que iban a ser castigados por sus delitos relacionados con la corrupción?
Porque hay otros “peces”, quizás “charales”, pero con suficiente peso en los delitos que cometieron al saquear las arcas públicas. Está la acusación contra el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, de extracción priista, quien se encuentra preso en una cárcel de Miami.
El ex funcionario Duarte llegó a la política como vendedor de coches seminuevos y terminó su sexenio en el gobierno como dueño de un banco. En el presente está en condición de extraditable a México para que responda a los delitos que le imputan.
Como señalamos al inicio, la lucha contra la corrupción debe agilizarse. ¿Usted qué opina amable lector?