Otra caravana de migrantes
Augusto Corro miércoles 1, Nov 2023Punto por punto
Augusto Corro
Alrededor de seis mil indocumentados partieron de Tapachula, Chiapas, con el interés de llegar a la frontera de México con Estados Unidos. Se trata de ilegales que provienen de Venezuela, Cuba, Haití, Honduras y El Salvador. La caravana decidió dejar la ciudad chiapaneca ante la negativa de las autoridades migratorias para legalizar su ingreso a territorio mexicano.
Las columnas de migrantes partieron del mencionado lugar el inicio de semana. De esta manera se vuelve a mostrar que los gobiernos de los diferentes países involucrados en el éxodo de ilegales, poco o nada hacen para erradicar el fenómeno migratorio. Recientemente se reunieron en Palenque, México, varios presidentes de países latinoamericanos, con el propósito de analizar el conflicto de los indocumentados.
No se logró nada práctico y las promesas y deseos de los mandatarios se los llevó el viento. Esos funcionarios saben muy bien en que consiste la solución del conflicto, pero no les interesa solucionarlo. Claro que no es fácil, pero con promesas y demagogia para atenderlo, poco ayudan. Como ya se informó en este espacio, son varias las causas que obligan a la población a dejar sus lugares de origen. Una de las principales razones es la pobreza que azota a los pueblos de casi todos los países latinoamericanos. A lo anterior debe sumarse la espiral de violencia que afecta a todo mundo. Además, los fenómenos naturales, como ciclones, se encargan de dañar aún más las economías raquíticas de las diferentes regiones. El conjunto de problemas crece y se agrava constantemente. Esas condiciones colocan sin oportunidades de solución a las autoridades locales.
Los Estados Unidos, uno de los principales involucrados en el conflicto, tiene las posibilidades de participar en su solución; pero no lo hace. El gobierno norteño tiene la manera de invertir en la creación de empleos para erradicar el éxodo de indocumentados, pero no lo hace. Deja que el problema sea llevado a los discursos de los políticos en temporada de elecciones. En México el trato a los ilegales también es muy negativo.
Habría que preguntarle al titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, en qué consiste su trabajo, porque los indocumentados son sometidos a esperar durante varios meses a que los atiendan. ¿Es acaso la función de las autoridades migratorias perseguir a los ilegales que empiezan a ocupar espacios en varias ciudades mexicanas? Por cierto, será interesante saber en que terminó el caso de los 40 indocumentados que perecieron en el incendio registrado en instalaciones del citado instituto.
En este espacio ya nos referimos a los múltiples peligros que enfrentan los ilegales que deciden cruzar el territorio mexicano para llegar a Estados Unidos. Los riesgos que se corren van desde las estafas de los “coyotes” o “polleros” que trafican personas, hasta los secuestros y asesinatos. No olvidar los accidentes en las carreteras y las tragedias de aquellos que viajan en los techos de los trenes de carga.
¿Qué ocurrirá con los integrantes de la última caravana de ilegales que partió de Tapachula? Para empezar no todos llegarán a la frontera norte. Los viajeros se dispersarán en el camino. Unos serán detenidos y los enviarán a sus países de origen; otros se quedarán a vivir en México en condiciones de pobreza extrema. En Estados Unidos, el problema es mayor para los ilegales que son capturados por las autoridades. O los regresan a sus países o los envían a localidades norteñas sin ninguna posibilidad de acceso al país vecino.
En fin, del INM nada se espera. Hablamos de oficinas de atención a migrantes que son un ejemplo de lentitud y burocratismo. Se tardan muchos días en los procesos para autorizar documentos o permisos para que los ilegales puedan viajar por territorio mexicano. Desesperados, los indocumentados se arriesgan a viajar por territorio mexicano, sin importarles los peligros que los amenazan.
¿Usted qué opina amable lector?