¿Héroe nacional?
Alberto Vieyra G. lunes 8, Ene 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Andrés Manuel López Obrador es un héroe nacional? ¡Ah, chirrión, chirrión, chirrión..! ¿Quién sería ese politicastro lambiscón que se atrevió a llamar “héroe nacional” al Presidente, que como estrategia de seguridad nacional propuso los “abrazos y no balazos”? ¿Es un héroe nacional quien se dedica todos los días a dividir y enfrentar a los mexicanos?
Y es que mire usted el alcalde de Motul, Yucatán, el ex priista Roger Aguilar, se voló la barda extendiéndole a AMLO semejante distinción que se ha convertido en chunga de propios y extraños. Ya no hallan qué ponerle a López Obrador. Un día nos salen con que es el Mesías Tropical o el Falso Mesías, como lo tildó el semanario inglés The Economist; rayito de la esperanza, presidente legítimo de México y no le extrañe que un día de estos nos salgan con que AMLO es la viva encarnación de Huitzilopochtli o el regreso del Dios Quetzalcóatl con la estatura de “héroe nacional”.
Se leía en una manta ordenada por el adulador gobernador de Motul:
“Señor Presidente, los motuleños agradecemos la distinción de haber nombrado 2024 año de Felipe Carrillo Puerto y, a su vez, en la cuna del Partido Socialista de México, lo nombramos como héroe nacional. Bienvenido, licenciado Andrés Manuel López Obrador”.
Pero obligada resulta la pregunta inicial: ¿Merece AMLO la estatura de “héroe nacional”, sólo por dividir y enfrentar todos los días a los mexicanos, ese quien juró pacificar a México y, por el contrario, lo ha llevado al peor baño de sangre, después de la Revolución Mexicana? ¿Qué se require realmente para que un compatriota reciba el honroso lugar de ser declarado héroe nacional?
Los grandes teóricos saben que un héroe nacional, se gana ese título gracias a su arrojo y valentía en combates contra un enemigo extranjero, que dignifiquen a la patria mexicana. Y no hierran cuando sostienen que un héroe nacional es aquél que se considera como el símbolo unificador de una nación y en el caso de AMLO ocurre todo lo contrario.
En el caso del señor alcalde de Motul, se ve que hay hambre y hartas ganas de comer y ni lo dude que su lambisconería se convertirá en breve en una diputación o una senaduría que le permita tener fuero constitucional como una patente de corso para hacer barbaridades y claro está para vivir agarrado de la ubre presupuestal, así se tenga que rendir culto a los reptiles que viven arrastrándose.
En el caso de AMLO, la historia se encargará de juzgarlo y ese juicio no tendrá nada que ver con cuestiones de heroísmo, puesto que no ha podido gobernar a una nación que se le salió de las manos, tras defraudar a millones de compatriotas que esperaban que López Obrador sería la salvación de la nación azteca.