Caifanes nos llevó a dar una vuelta al cielo
* Especiales, Espectáculos lunes 12, Dic 2011- El temblor de 6.8 grados no fue impedimento para que 15 mil personas estuviéramos a los pies de los Dioses ocultos en un inolvidable concierto en el Palacio de los Deportes
Gloria Carpio
“Vamos a dar una vuelta al cielo para ver lo que es eterno… Tengo garras tengo dientes y defiendo lo que tgo ay, amor, ya no me tientes…”… No tengo otro calificativo para describir lo que Caifanes logró la noche del sábado 10 de diciembre en el Palacio de los Deportes, simplemente una noche de diez, donde la banda conformada por Saúl, Sabo Romo (bajista), Alejandro Marcovich (guitarrista), Diego Herrera (saxofonista y tecladista) y Alfonso André (baterista) hicieron con más de 15 mil personas a sus pies, simplemente a través de sus canciones nos llevaron a dar una vuelta al cielo para ver que el talento de Caifanes es eterno.
El público mexicano fue la célula que hizo explotar al Domo de Cobre con un concierto lleno de nostalgia, éxtasis, furor, lágrimas, gritos y, no miles, sino millones de aplausos para los Dioses ocultos, a quienes Diario Imagen pudo apreciar muy cerca del escenario provocando que la piel se enchinara con cada acorde.
La banda Caifanes sigue viva y tocando con más talento sin importarle el sismo de 6.8 grados en escala de Richter, que sacudió a la ciudad de México una hora antes de que comenzara su concierto y sus refrendaron la vigencia de esta agrupación que el público impide que se difumine.
Minutos antes de las 21:00 horas, salieron al escenario para abrir el repertorio con Aviéntame y Para que no digas que no pienso en ti. Fresco el susto del temblor el pasado sábado, se dirigieron al público con estas palabras: “A la vida hay que tenerle coraje, pero nunca miedo”, expresó Saúl Hernández antes de interpretar el tema Miedo, siguiéndole Te estoy mirando y así continuar con el recorrido musical.
Para celebrar el Día de los Derechos Humanos, Saúl Hernández volvió a dirigir unas palabras a sus fanáticos e interpretó Antes de que nos olviden.
Más adelante, el quinteto siguió con Ayer me dijo un ave, con una dedicatoria especial “a los hijos, porque ellos abrirán la puerta a un mundo mejor”, expresó un Saúl que lució una figura sumamente esbelta al lucir un traje de piel y expresar una frase para recordar toda la vida: “Dios me quiere cuando trabajo pero me ama cuando canto”. Y aquí, quien esto escribe, agradece a Benjamín Arroyo por este concierto de Caifanes que ya forma parte de la historia musical.
Los dioses ocultos, Detrás de ti y Mátenme porque me muero fueron las canciones que más enloquecieron. Ahí, Alejandro Marcovich invitó al público a cantar el tema que él tocó con su instrumento, siendo este México lindo y querido, mientras se ganaba una gran ovación; los demás agradecían a las más de 15 mil presentes, que no dejaban de aplaudir. “El aplauso sigue siendo tuyo raza”, respondió Saúl.
El recital continuó con Nos vamos juntos, y el frenesí llegó con Viento, Nubes, La célula que explota, Afuera y No dejes que. El público, a la expectativa de lo que suceda en el futuro de Caifanes, pidió y obtuvo La negra Tomasa, en tanto todos se pusieron a bailar al ritmo del tema.
Al terminar, los cinco músicos se despidieron de la gente, mientras Saúl Hernández tomaba fotografías para llevarse un bonito recuerdo de esta noche tan especial.