Desalojan a más personas en Río de Janeiro por temporal
Mundo martes 13, Abr 2010Centenares de familias fueron desalojadas ayer del cerro de Urubú, en los suburbios de Río de Janeiro, después de que las autoridades pusieran en marcha una política de prevención para evitar que se produzcan más muertes por deslizamientos de tierra.
Los aguaceros que la semana pasada castigaron el estado de Río de Janeiro han dejado un balance parcial de 229 muertos, por lo que las autoridades decidieron intervenir y derribar las viviendas en zonas de riesgo con el fin de evitar más tragedias.
En la favela del cerro de Urubú, vecinos, amigos y operarios de la Alcaldía ayudaban hoy a vaciar las casas de los residentes antes de la llegada de las excavadoras.
Muebles, electrodomésticos, pero también bolsas de plástico llenas de ropa y objetos personales se acumulan en la entrada de las casas, a la espera de que alguien ayude a llevarlas hasta los camiones de transporte.
No todas las viviendas del Urubú corren peligro de ser arrastradas por los derrumbes, pero algunas serán derribadas igualmente para facilitar el trabajo de las máquinas.
Es el caso de María Luisa, de 51 años, quien vive en el Urubú desde que nació y sostiene que su casa es segura y puede soportar cualquier inundación. “Ya resistió las inundaciones de los años sesenta, donde murió mucha más gente” , señala.
El gobierno regional estipuló una ayuda de 400 reales mensuales (unos 230 dólares) para ayudar a las familias a pagar el alquiler de sus nuevas casas, mientras se construyen nuevas viviendas en el centro de la ciudad.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, anunció ayer la construcción de 2.000 viviendas en los terrenos de la antigua prisión de Frei Caneca, que fue derribada el mes pasado.
La mujer sabe que no puede hacer nada para salvar su casa y se resigna a aceptar las condiciones que le ofrece la Alcaldía. “No sé si esto es para bien. Solo podré responder a eso cuando estemos viviendo allí” , comenta afligida.
Vecinos y residentes, algunos cuyas casas ya han sido derribadas, observan cómo las excavadoras avanzan y tiran al suelo una vivienda tras otra. Son escenas de nerviosismo y mucha tristeza.