¿Un calderonista al PRI?
Francisco Rodríguez jueves 30, Jul 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Para cualquier ciudadano común, como usted, como yo, el nombre de Jaime Ramón Herrera Corral no significa nada. Pero para la organización The Guinness World Records, el nombre obedece al del mayor financiero del planeta. Así, como suena. Es el único deliciense que ha logrado, a través de la creación de un simple fideicomiso, el 744743, formalizado ante el notario 6 del estado de Chihuahua, superar a Sai Baba, aquel iniciado hindú que convertía la basura en oro (el bismuto).
Sucede que el chihuahuense, en sólo dos años, logró que un pequeño banco regional, una simple Sociedad Anónima de Capital Variable, capitalizara la cantidad nada despreciable de 80 mil millones de pesos en inversiones de plazo fijo. Pero ¿dónde estaba Jaime Ramón Herrera en 2012? ¿Por qué no fue llamado a integrarse al gobierno? Pues sucede que se les había adelantado César Duarte, gobernador de Chihuahua, y lo había nombrado secretario de Finanzas como premio a sus artes de prestidigitador contable.
César y su esposa Bertha Olga Gómez Fong compraron el 15% de las acciones que Banorte tenía en el Banco Progreso (una institución de piojito), con los “ahorros” que el gobernador de Chihuahua hizo como vendedor de autos usados.
Nadie se explica en Chihuahua de dónde salieron dichos ahorros del “nuevo rico de Parral”, como llaman a César Duarte, pues sólo había sido diputado local y federal y de pronto rebasaba el milagro de las bodas de Canaan.
Todos saben, incluidos sus mejores amigos, que el sueldo de gobernador —cargo que asumió dos años antes de hacer la operación por 65 millones de pesos—, jamás le hubiera alcanzado, pues los estipendios oficiales son de 120 mil pesos mensuales.
Y la estupefacción es todavía mayor, cuando se enteran que todas las cuentas del gobierno, las inversiones derivadas de los presupuestos etiquetados que pagamos con nuestros impuestos desde todo el país, los fideicomisos federales de desarrollo, los programas sociales y todo, hubiera ido a dar a las arcas del banquito Progreso.
El chiste es que la fabulosa cantidad de 80 mil millones de pesos, más los intereses que de éstos se deducen, los impuestos catastrales, vehiculares, los aprovechamientos y derechos fiscales del estado, no se encuentran en la Secretaría de Finanzas… … sino en el Banco Progreso, propiedad de César Duarte y cónyuge, que es hoy la mayor financiera del norte del país. ¡En sólo dos años y medio!
El depósito más reciente, por la cantidad de 802 millones de pesos, fue realizado por la recaudación de la capital del estado en inversiones de plazo fijo, para aumentar la capacidad financiera, fiduciaria y el capital social del banco familiar.
Felipe Calderón lo hizo candidato
César Duarte Jáquez es un abogado de 52 años, egresado de la Universidad del Valle de México. Ahora, está demandado por peculado, enriquecimiento ilícito, abuso de funciones, uso indebido de facultades y lo que resulte.
Aunque quiso fundamentar su carrera política en cargarle el portafolios al entonces líder de los diputados priístas, Emilio Gamboa, éste sólo lo “hamaqueó”, sino que lo platique Gándara, a quien decía que sí, pero a quien jamás lo ayudó para alcanzar la candidatura al gobierno de Sonora.
La suerte, empero, estuvo del lado de Duarte. Como toda joven promesa, fue el encargado del discurso oficial a los Niños Héroes y aprovechó la tribuna del “Altar de la Patria”, para rendirse ante Felipe Calderón, quien encabezaba el acto. Sin que alguien se lo hubiera pedido, el tribuno Duarte arremetió contra las honras y prestigios de los diputados panistas, compañeros suyos de legislatura, que se resistían a apoyar las iniciativas del entonces presidente blanquiazul.
Fue un favor. Un priísta sirviendo para proferir insultos a quienes Calderón no se atrevía a llamar la atención, menos en un acto cívico.
El favor del “nuevo rico de Parral” fue pagado en oro molido… y con camionetas blindadas para su uso y disfrute personal. Pero, además, Calderón quedó públicamente comprometido con éste y de inmediato empezó a tejer fino para que sus paniaguados le ayudaran en lo que se pudiera.
En ese camino, reverdecieron los compromisos que anteriormente había hecho Duarte con José Antonio Meade, desde que éste estaba en la Financiera Rural y Duarte era dirigente de los campesinos de Chihuahua.
Meade, ya instalado como titular de la Secretaría de Hacienda del calderonato se prodigó en favores de todo tipo. Y hay quienes juran que fue quien le dio los consejos para fundar -ya como gobernador-, un banco de su propiedad.
Los priístas siempre creyeron que Duarte había ganado la postulación con la simpatía de los tricolores, desde Emilio Gamboa hasta Humberto Moreira. Pero no fue así. Duarte es de los que llegaron a la gubernatura, ayudado por Felipe Calderón, por su secretario de Hacienda y por Ernesto Cordero.
Nadie sabe de dónde llegaron
Se sabe que Meade es un hombre —de los muy pocos— de confianza, pero no tanto para continuar ayudando a Duarte, a pesar de los inopinados movimientos del chihuahuense. Utilizando los fondos estatales —dejando a salvo los del Banco Progreso, pues un priísta nunca sacará dinero de su bolsa para hacer política—, Duarte ha emprendido una loca carrera de autopromoción para huir de Chihuahua.
Pero el hombre tira muy alto. Ha dicho que si no le dan Gobernación o, de perdida, el PRI, no les va a aceptar nada. Aunque su método de arribo al poder haya sido en función de sus amigos panistas.
Pero como se ven tantas cosas, uno ya no sabe ni a quién creerle. Hasta hace poco, altos funcionarios juraban que Duarte arribaría a la Segob.
Otros dicen que andan promoviendo a Manuel Velasco, de Chiapas, para que cambie de casaca, de verde tucán a tricolor y pueda meterlo en la baraja del 2018.
Otros, a lo mejor los más atinados, aseguran que otro prestidigitador financiero, Enrique Ochoa Reza, actual director de la CFE, se hará responsable de las derrotas del PRI en las gubernaturas del año que entra.
No muchos sensatos creen que no hay tantos personajes que estén que se les queman las habas para sacarse ese tigre en la rifa, y prefieran esconderse en las nóminas del Seguro Social, Sagarpa o ISSSTE.
Y apostar su resto a que llegue a la Presidencia otro personaje de buena voluntad que les perdone su pasado y su futuro.
Quien quita y hasta llegan a ser los nuevos Córdoba, Liébanos, Duartes, Nuños, Castillejos, Meades del próximo sexenio. O sea, gente que nadie sabe de dónde llegó, pero saben a lo que van.
Índice Flamígero: La primera licitación de la Ronda 1 obliga a hacer una revisión enérgica y exhaustiva de las reservas de hidrocarburos que nos ha proporcionado el área de Exploración de Pemex —hoy flamante Dirección de Exploración, a cargo de José Antonio Escalera Alcocer. El comienzo de la Ronda 1 demostró que nuestras reservas son escasas, es necesario revisar desde la adquisición de datos sísmicos, geofísicos y geológicos, la interpretación que han realizado los técnicos de Pemex, los criterios para el cálculo de reservas (porque muchos de ellos son por analogía), las evaluaciones económicas, donde como datos de entrada se incluyen sin un análisis profundo los gastos de inversión en infraestructura, pozos, ductos, infraestructura de producción, etc., que nos dan como salida los indicadores económicos (valor presente neto, valor presente de inversión, rentabilidad, etc.) que conducen a darle el valor comercial a las reservas, a “certificarlas” y a publicarlas, aprovechando la ignorancia en la materia de la gente del gobierno y de los mexicanos… Lo anterior, evidentemente está mal formulado, ya que no pudieron convencer a las trasnacionales petroleras, … Hay que recordar que esas compañías trabajan a nivel mundial y en un sinnúmero de cuencas geológicas, por lo que su conocimiento es vasto en este tema… Si Pemex no pasó la prueba en áreas donde se supone existe un bajo riesgo por la existencia de campos cercanos, imaginemos lo que va a pasar en las licitaciones de aguas profundas, donde el riesgo de descubrimiento y los costos son muy altos y donde en 300 mil kilómetros cuadrados solamente se tienen bien evaluadas 4 o 5 estructuras de unos cuantos kilómetros cuadrados que contienen gas, pero para que la inversión de aguas profundas sea verdaderamente rentable se requiere que el producto que se descubra sea aceite ligero… Por otro lado, en las licitaciones de campos maduros, las petroleras internacionales van a querer “el oro y el moro”, sin exigir a cambio compensación por estudios previos de exploración y explotación e instalaciones de producción establecidas… Desde 2003 a la fecha Pemex ha gastado 150 mil millones de dólares en exploración sin haber incrementado las reservass… En ese tiempo han estado al frente de exploración: Eduardo Alfredo Guzmánn (se formó en Texas); Adán Ernesto Oviedo Pérez, ahora en Comesa, y José Antonio Escalera Alcocer, todos ellos comandados por Carlos Arnoldo Morales Gil, al frente de Petro Bal, quien también tiene pendiente una aclaración de su relación con Amado Yáñez, de Oceanografía.