¿Quién debe regir al deporte?
Ramón Zurita Sahagún lunes 22, Ago 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Será necesario que en México, los organismos deportivos sean regidos por el sector castrense, ya que los mejores resultados provienen de atletas vinculados a las fuerzas armadas.
Los medallistas de Río 16 son, en su mayoría, pertenecientes al Ejército o a la Marina.
Como siempre, al término del certamen afloran los viejos vicios de los organismos deportivos mexicanos.
Y es que terminado el certamen deportivo más importante del mundo, los Juegos Olímpicos y en los que, para variar, no se alcanzaron las metas trazadas, se inicia la búsqueda de los responsables, sin que nadie se atreva a considerar los resultados como un nuevo fracaso.
La historia es cíclica y cada cuatro años la población se inserta en un debate sobre el por qué del fracaso o de que no se alcanzarán las metas fijadas o si la vara puesta es demasiado alta o las autoridades del ramo son las culpables o los propios atletas que se achican.
Son variados los posicionamientos, en los que se inicia un linchamiento mediático, el que al poco tiempo se desvanece y se cae nuevamente en la misma rutina.
En este esquema, las más cuestionadas resultan ser las autoridades deportivas, los programas que ejecutan y el hilo revienta siempre por lo más delgado que resultan ser los atletas.
Los componentes de este coctel no contienen los elementos adecuados para hacer una mezcla acertada y en ocasiones, las más de las veces, los ingredientes resultan fallidos.
Y no es porque las instituciones gubernamentales deportivas se manejen como las demás áreas políticas del país, por medio de compadrazgo, amiguismo y designaciones sin ton ni son.
Lo mismo da que al frente de los principales organismos deportivos se encuentren atletas de gran rendimiento, campeones del mundo y olímpicos o simples burócratas.
Sexenio tras sexenio se refuerza la estrategia, se buscan patrocinadores, se establecen nuevos planes, se proyectan metas y, al final, nuevamente se cae en la misma polémica.
Los atletas mexicanos viajan a los distintos eventos mundiales, Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos, nacionales, regionales, etc y se ganan algunas medallas, pero en el momento culminante algo sucede.
Regularmente los deportistas que alcanzan alguna presea, lo hacen por su esfuerzo, concentración, empeño, entusiasmo y habilidades personales y no por los programas diseñados para el incremento de su rendimiento.
Al término de su participación se quejan de la poca ayuda que reciben de los organismos deportivos y de los dirigentes de los mismos, mientras que una y otra vez se reflejan los pleitos existentes entre los dirigentes del deporte, los que se culpan unos a otros de los fracasos y se disputan las pocas preseas que se obtienen.
Nada nuevo hay en esto, una y otra vez la historia se repite.
Resulta ser que los atletas mexicanos son competitivos en algunas especialidades como el boxeo, la marcha, los clavados y ahora el Tae Kwon Do y antes en la Hípica, pero de ahí en fuera resulta sorprendente cuando un deportista gana medalla en una especialidad distinta, como sucedió con el bronce logrado en Pentatlón Moderno por Ismael Hernández Uzcanga.
Y es que en los deportes mencionados en los que alguna vez se logró destacar, hay unos terribles vaivenes, con dos o tres ciclos olímpicos en que se fracasa rotundamente, hasta que surge otra generación de atletas que dan brillo a la especialidad.
Curiosamente desde hace algunos años, los mejores resultados los obtienen aquellos elementos que pertenecen a los grupos castrenses, donde sí los apoyan para su desarrollo deportivo.
La disciplina y el tesón que deben tener los militares es un acicate para los deportistas de alto rendimiento que prueban en los hechos con resultados sorprendentes.
Varios de los atletas que compitieron en Río de Janeiro, Brasil, provienen del sector castrense y obtuvieron buenos resultados.
Algunos de ellos avanzaron hasta el medallero, como son los casos de Germán Sánchez, medalla de plata en trampolín de 10 metros; María del Rosario Espinosa, plata en tae kwon do; Guadalupe González, plata en caminata de 20 km e Ismael Hernández Uzcanga, cobre en pentatlón moderno.
Pero también otros deportes sobresalieron mexicanos provenientes de la milicia como son los casos de los remeros.
Hace algunos años, durante los olímpicos de Londres (1948) se lograron las primeras medallas importantes para México, la primera de oro y proveniente de un jinete que con el tiempo se convertiría en leyenda, Humberto Mariles, quien con el tiempo llegaría a ser general. Rubén Uriza y Alberto Valdés y el propio Mariles conseguirían la de oro también en equipo.
Pero si bien fueron los primeros militares en lograr presea en JO para México, el siguiente personaje también es una de las grandes leyendas del deporte: el sargento José Pedraza consiguió una proeza cuando logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de México y la expresión de su rostro con el esfuerzo realizado se quedó grabada en la mente de todos.
Como ellos, muchos otros deportistas de alto rendimiento, vinculados a las fuerzas armadas han alcanzado grandes logros tanto en campeonatos mundiales como en Juegos Olímpicos.
Por los principales organismos deportivos mexicanos han pasado medallistas olímpicos como Raúl González, Ernesto Canto, Bernardo Segura, Jesús Mena, Carlos Mercenario, Ana Gabriela Guevara, Felipe “Tibio” Muñoz y muchos otros, sin que las cosas se lograran cambiar o que alguno de ellos hubiese sentado las bases de un nuevo proyecto y estrategias deportivas.
ALFREDO CASTILLO
Son muchos los que se preguntan qué sucederá con Alfredo Castillo Cervantes y su curiosa forma de actuar como dirigente deportivo.
¿Continuará al frente del organismo rector o será relevado?