Sapos y chachalacas
Alberto Vieyra G. miércoles 29, Mar 2017De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A lo largo y ancho del territorio mexicano, abundan cuatro especies de chachalacas. Todas ellas se distinguen por su insoportable, ronco y áspero canto que sólo los lugareños soportan, pues los que no están acostumbrados a él, suelen utilizar con enfado la expresión de: ¡Ya cállate chachalaca! Ese término se utiliza para callar a políticos deslenguados y con una retórica enfadosa, como la de Donald Trump o el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral Jurado.
En la zoología, otros animalitos que también resultan insoportables, son algunas especies de sapos, que siempre tienen una voz ronca y enfadosa, igualita que la de muchos politicastros.
Las voces de sapos y chachalacas, habría que aplicárselas precisamente a Javier Corral Jurado, quien acaba de revelarse ante todo México como el descubridor del hilo negro y el agua tibia.
Y es que mire usted, ese inepto mandatario, llegó a la sesuda conclusión de que la periodista Miroslava Breach fue asesinada por la narcopolítica, siendo que ella sólo trataba de hablar con la verdad sobre investigaciones que ligaban al crimen organizado con políticos y policías, lo cual no es nuevo, pues recordemos que el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue asesinado en 1994.
Miroslava Breach era especialista en cuestiones de vínculos entre el crimen organizado y la política. “…indagar la corrupción política tiene su propio riesgo; al crimen organizado, también, pero investigar a los dos aumenta el riesgo exponencialmente…”, diría la chachalaca esa que cobra como gobernador de Chihuahua, Corral Jurado. Sólo le faltó decir que ella fue la única culpable de su muerte, por meterse en “terreno barrido”, como diría Pancho Villa.
Al señor Corral Jurado, habrá que decirle ¡Ya cállate chachalaca! Y recordarle que es el Estado, el único que debe garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos, sin importar la actividad a la que se dediquen, siempre y cuando sea lícita y honesta.
¡Qué pena me da ese gobernador! que ante todo México reconoce su impotencia, su debilidad e ineficiencia, cuando declara que: “mi gobierno sin fuerza para combatir el narco”
¿Con qué calidad moral Javier Corral sigue cobrando como gobernador, cuando no es capaz de garantizar las vidas y los bienes de los ciudadanos del estado más grande del país? Qué se vaya a su casa, o donde no dé lástima, como un sujeto blandengue.
¿Verdad que no es lo mismo estar duro y dale y dale y duro, como las enfadosas chachalacas y los sapos con su voz ronca y enfadosa, que gobernar para lo cual es necesario saber de ciencia política?
Si Miroslava fue asesinada por la narcopolítica, como dice Corral Jurado, entonces estamos ante una negligencia criminal.