Al final del túnel
Augusto Corro martes 28, Ago 2012Punto por punto
Augusto Corro
A noventa y cinco días del cambio presidencial, México entró a la recta final en medio de la incertidumbre.
Dos de los factores principales de tranquilidad social fueron afectados por más actos delincuenciales y la amenaza de una nueva escalada de precios.
En Guadalajara, Jalisco, el fin de semana la población vivió horas de terror por los bloqueos y la ola de violencia desatada por el crimen organizado.
Los coches incendiados en las avenidas de acceso a la capital jalisciense daban la impresión de una ciudad en guerra.
Antier, en Guanajuato, el líder del Revolucionario Institucional, Pedro Joaquín Coldwell, advirtió que en la próxima semana se espera una nueva escalada de precios en todos los alimentos.
En una reunión con campesinos, el dirigente consideró que el abandono de las políticas de apoyo al sector agropecuario y forestal, se tradujo en las franjas de miseria en el campo.
En síntesis, Calderón entregará un sexenio con problemas muy graves que deberán ser atendidos inmediatamente por la próxima administración. Desde luego, no será fácil porque los conflictos crecieron desorbitadamente. Por ejemplo, la fallida guerra contra el crimen organizado.
De esto hablan los miles de muertos y la cadena de hechos delictivos cuya autoría recae en la delincuencia que goza de total impunidad. Por otra parte, la advertencia formulada por el priísta Pedro Joaquín Coldwell debe tomarse con la seriedad que el caso requiere.
Estamos metidos en la crisis del precio del huevo y nuevas amenazas de carestía en alimentos se perfilan en el horizonte.
Después de doce años de gobiernos blanquiazules nos dejan un país en completo desorden: violencia, corrupción, impunidad, ineptitud y pobreza. Tristemente, nadie será llamado a cuentas para que explique esa gran capacidad de desgobierno. En estos días, próximos al último informe presidencial, Calderón aparecerá en la propaganda por televisión, en un intento más por convencer de que su gobierno fue el mejor de cuantos hubo en México. Sin lugar a duda se tratará de una molesta despedida.
UNA PESIMA COMUNICACIÓN
Los narco ataques registrados en Guadalajara y poblaciones circunvecinas pusieron en evidencia la falta de comunicación entre las autoridades.
Según las declaraciones de las autoridades responsables de la fuerza pública estatal, nunca supieron de qué se trataba el operativo policiaco federal que desató los narcobloqueos y la quema de vehículos.
Durante horas se manejó la noticia de la captura de Nemesio Osegura Cervantes, “El Mencho”, un capo de las drogas. A la hora de escribir estas líneas, nadie se tomó la molestia de confirmar o desmentir el hecho. Si no se llevó a cabo la detención del narco, ¿qué fue lo que ocurrió en Jalisco?
También el hermetismo de las autoridades se aplicó en la emboscada a funcionarios estadounidenses cerca de Tres Marías, rumbo a Cuernavaca. ¿Una confusión? Nadie acepta esta versión.
Todo cayó en el silencio y en las especulaciones. En general, al gobierno calderonista no se le dio el buen manejo de la información, ni siquiera para su beneficio. ¿Está preso “El Mencho”? Nadie lo sabe.
¿Por qué la emboscada a los estadounidenses? Dato curioso: el gobernador de Jalisco, Emilio Gónzalez Márquez, estuvo muy pendiente de los acontecimientos violentos en Guadajalara. Para esto, se dedicó a tuitear desde Europa, donde se encuentra de vacaciones. ¿Otra vez?
LOS PROBLEMAS SOCIALES
El rector de la UNAM, José Narro Robles, manifestó que la violencia actual es un problema que no se ha generado de un día para otro, sino que se “ha incubado” a través del tiempo, debido a la permisividad.
Por supuesto, pero también obedece a la incapacidad de las autoridades y a la estrategia fallida contra el crimen organizado.
Señaló el rector que el problema de la violencia debe atenderse desde la raíz. “Se debe cambiar el modelo de desarrollo en México, en el que se tiene en el olvido a los más pobres y a los jóvenes”, añadió.
También dijo que el futuro de país no es un juego. A Narro Robles le asiste toda la razón. El problema de la delincuencia se agudizó debido a la corrupción y a la impunidad. Son miles de maleantes que gozan de libertad, a pesar de la gravedad de sus delitos.