Las condiciones del pacto
¬ Juan Manuel Magaña jueves 29, Nov 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Según el dirigente perredista, Jesús Zambrano, ningún pacto se iba a poder firmar antes del 1 de diciembre, pues aun no hay un proyecto consolidado y tampoco están dadas las condiciones para ninguno de los tres partidos participantes.
Tan es así que ayer, del lado del PRI, se echó para fecha posterior al 1 de diciembre la convocatoria a firmar eso que llaman Pacto por México, y que se ha pretendido que luzca como si fuera el histórico Pacto de la Moncloa, aquel que sirvió para la transición española de 1977.
Ni duda cabe que México está urgido de un pacto así, pero no han sido pocas las veces que se le han querido vender cosas que simplemente le sacan la vuelta a una empresa de ese tipo.
Generalmente los acuerdos no pasan de ser cosas cocinadas por el PRI y el PAN sin que tengan significación las propuestas de la izquierda.
Y cuando se dice que la izquierda está en la jugada, es porque solamente se trata de “Los Chuchos” y sus enjuagues.
Y así lucen las cosas por ahora. Aquel Pacto de la Moncloa sorprendió al mundo porque las fuerzas más importantes y auténticas del espectro político, social y económico de España lograron ser constructivas a pesar de sus diferencias para ir a objetivos en común pensados en el pueblo español.
Zambrano dijo que el pacto mexicano será hasta que haya las condiciones para hacerlo y haya un proyecto consolidado.
O sea que quién sabe, puesto que dentro de su propio partido no se han generado consensos. Esto aclara de antemano algo que frena cualquier prisa: un pacto así no se puede dar sólo con la voluntad de las cúpulas partidistas.
Ni siquiera parece que el problema sea de temas; éstos ahí están y ni siquiera se tendría que perder el tiempo en buscarlos.
El meollo del problema tiene que ver con serios compromisos de un cambio de fondo en el país que rompa la inercia de los últimos 30 años.
Y ahí sí que es difícil que las verdaderas fuerzas que dominan la escena política logren ponerse de acuerdo.
Hasta ahora se sabe que El Pacto por México que negocian PRI, PAN y PRD compromete a los partidos a apoyar la aprobación de al menos 68 reformas, entre las que destacan cambios para permitir la participación privada en Pemex; combatir los monopolios; licitar más cadenas nacionales de televisión abierta; considerar al rebase de tope de gastos de campaña como causal de nulidad de una elección y adelantar la toma de protesta del presidente de la República del 1 de diciembre al 15 de septiembre.
Hay puntos ahí que en la historia reciente, para no ir más lejos, han significado batallas al país, y por ello no parece posible que baste una firma para ahora realizar cada uno de ellos. Para unos u otros la aceptación o no de ciertos puntos representaría claudicar, arriar banderas, cuando en la práctica, en la historia, ha sido todo lo contrario.
Se puede poner la reforma educativa, la reforma hacendaria, pero si no se trabaja a fondo en las condiciones para pactar, lo que se enumera no deja de ser una buena carta a los Reyes Magos o, peor aun, otra firma de compromisos que nunca se van a cumplir.
No hay que ir muy lejos para ver cómo, cuando el PAN dijo una cosa e hizo otra en el asunto de la reforma laboral, los partidos pueden ofrecer mil cosas sin la verdadera intención de cumplir.