Repudio al paria
¬ Juan Manuel Magaña lunes 14, Ene 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Al amanecer del viernes, eran 13 mil las firmas de repudio a que Felipe Calderón sea contratado por Harvard y a las pocas horas después ya iban 25 mil. Lo dicho: apenas dejara el poder, no iba sino a convertirse en un paria.
Calderón debería comenzar su actividad en Harvard el próximo 28 de enero, como el primer investigador invitado del programa Angelopoulos, de líderes públicos globales, adscrito a la Escuela Kennedy de Administración Pública de dicha universidad. Y el asunto tiene su propia malicia.
En el año que duraría su participación, se dice que Calderón realizará proyectos de investigación e impartirá talleres y conferencias, pero de ningún modo se prevé que dé clases en forma directa. Se entiende: es más fácil controlar la audiencia y cuidar el discurso en lo primero, y mucho más expuesto lo último.
Imaginen la pesadilla frecuente de enfrentarse a uno o más alumnos que no sólo le reviren, sino le desprecien.
Las 25 mil firmas acompañan una misiva binacional -sus autores son un mexicano y un estadunidense- para que la prestigiada institución prescinda de los servicios de Calderón. Los argumentos de promotores y firmantes son impecables, racionales, no ideológicos o politizados.
Se considera que sería un insulto que Calderón, quien aplicó políticas públicas que fueron un total y absoluto fracaso, vaya a dar cátedra con base en datos y números manipulados. Porque qué otra cosa podría decir que no estuviese basado en la propaganda mentirosa con la que quiso lavar su imagen durante todo el sexenio.
Quienes lo repudian recuerdan cuando aseguró que su gobierno había logrado la cobertura universal en salud, siendo que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, ésta es de 69.5 por ciento.
Y tienen bien presentes otros resultados negativos de su administración, como el incremento de la deuda pública en 122 por ciento, la generación de otros millones de pobres, el aumento en el índice de corrupción en el país según Transparencia Internacional, el deterioro de la calidad educativa y su arreglo corrupto con Elba Esther, los 100 mil muertos y los 25 mil desaparecidos debido a la violencia que propició con sus decisiones en México.
Pero además, quién puede creer que Calderón pueda y quiera desarrollar una actividad académica. Ni quienes supuestamente lo están contratando, si lo que Calderón precisa en esta etapa de su vida es un refugio que lo proteja de los demonios que alebrestó con su inútil guerra en el narco mexicano.
Y es el gobierno de EU el único que más o menos podría darle esa protección temporal, para lo cual requiere un status de académico que le permita andar por allá con esa especie de camuflaje. El asunto a registrar es el cómo haga lo que haga Calderón, ande donde ande, será perennemente repudiado. “Felipe el espurio”, “¡asesino!”, son voces que en todas partes le perseguirán.