La emblemática Baja California
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, Feb 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Con un final feliz puede considerarse la primera etapa del PRI en Baja California para postular a su candidato al gobierno estatal.
Los escenarios catastróficos no se presentaron y Fernando Castro Trenti se registró como el único aspirante a abanderar al partido tricolor en la mejor oportunidad de rescatar la primera gubernatura perdida por el poderoso partido.
El tejido de la trama no fue sencillo y menos lo fue convencer a Jorge Hank Rhon de desistir de la posibilidad de competir nuevamente por el gobierno estatal.
En favor de los operadores priístas obraron varios factores, pero el principal fue que el Ejecutivo se mantuvo al margen de la decisión, por lo que la fórmula integrada por el presidente del partido, César Camacho Quiroz y la secretaria general, Ivonne Ortega Pacheco, se encargó de convencer al empresario del juego para no registrarse.
Fueron momentos de tensión los vividos dentro de los altos mandos del Revolucionario Institucional el pasado viernes, hasta que a las ocho de la noche de la ciudad de México (seis de la tarde de Tijuana) se cerró el registro y Castro Trenti fue el único militante registrado. Rumores al por mayor corrieron desde Baja California hasta la Ciudad de México, dando por hecho que el vástago del profesor Hank se registraría. Otras versiones lo ubicaban en la capital del país, negociando en los altos mandos políticos su dimisión a cambio de posiciones y oportunidades empresariales.
Sin embargo, cayó el telón del registro y el polémico Jorge Hank Rhon escribió en su página de Face Book lo siguiente: “Baja California se encuentra inmerso en un momento histórico, nuestro estado, experimenta sentimientos de cambio, que obliga a todos los actores políticos a estar a la altura de la expectativa de la gente. Reconozco y agradezco el haber sido considerado por mi partido como aspirante a la gubernatura del Estado, así como las muestras de simpatía y cariño de los bajacalifornianos. A los priistas nos unen las convicciones, la ideología, nuestros principios y la causa que nos motiva es el progreso y bienestar de los bajacalifornianos. Yo los invito a que juntos trabajemos y logremos que el PRI gobierne Baja California”. Antes de eso, el 11 de febrero, Jorge Hank había escrito en el mismo espacio lo siguiente: “un buen político no debe solo cumplir las instrucciones que se le dan, sino las que nunca se le darán bajo su propia responsabilidad”.
Con estas palabras se da por sentado que el priísmo encuentra una verdadera oportunidad de recuperar una plaza perdida en cuatro elecciones estatales consecutivas, donde los candidatos del tricolor se estrellaron ante la negativa ciudadana para respaldarlos.
Margarita Ortega Villa, Francisco Pérez Tejada, Daniel Quintero Payán y el ya mencionado Jorge Hank Rhon, no consiguieron derrotar a los candidatos presentados por el PAN: Ernesto Ruffo Appel, Héctor Terán Terán, Eugenio Elorduy Whalter y José Guadalupe Osuna.
Pero si Fernando Castro Trenti ya libró la primera aduana, la del registro en solitario, todavía le queda mucho camino por andar.
Es cierto que los principales cuadros del tricolor le son afines y que los cinco alcaldes del estado y la mayoría de diputados en el Congreso han manifestado sus simpatías por el diputado federal con licencia, pero será hasta el 7 de julio cuando los electores expresen su voluntad en las urnas cuando se sepa si en verdad es la carta fuerte que los priístas expresan.
Las alianzas con los partidos Verde, del Trabajo y algunos sectores del perredismo, pueden darle los votos que requiere para vencer, al fin, la fuerza panista que durante 24 años se ha sostenido en todo el estado.
Del otro lado se encuentra el partido gobernante (Acción Nacional), que también trae su coalición integrada por Nueva Alianza y el de la Revolución Democrática, aunque algunos dirigentes y militantes no están de acuerdo con formar parte de la comparsa panista.
Francisco (Kiko) Vega ya fue registrado como aspirante a encabezar esa coalición, por lo que el partido en el gobierno presentará a un aspirante sólido, de buena presencia, carismático y bien identificado con el electorado.
Surgido en los primeros planos políticos en la administración de Héctor Terán Terán, Kiko parece ser una buena apuesta de los blanquiazules para mantener el dominio y preponderancia en la primera entidad que gobernara partido alguno ajeno al PRI.
De estar ambos (Castro y Vega) en la boleta del 7 de julio, los electores tendrán buenas opciones para decidir el sufragio.
La elección de Baja California es sumamente estratégica para los partidos en competencia.
Para los priístas representa el mostrar que recuperar la Presidencia de la República fue un estímulo para ir por las otras plazas que cayeron en manos opositoras y que a los electores le regresó la confianza en los gobiernos emanados del tricolor.
Baja California es sumamente emblemática para ese propósito, ya que los priístas han podido recuperar todos los estados perdidos alguna vez, con excepción de Baja California y Guanajuato, las dos primeras entidades gobernadas por militantes ajenos al PRI.
Pero Baja California también es sumamente emblemática para el panismo, ya que fue su primer bastión, conservado durante 24 años y desde donde se inició su ascenso hasta el poder federal.
La pérdida de la Presidencia de la República y el envío hasta el tercer lugar en las preferencias electorales, representa un acicate para que el partido ponga su mejor empeño en diseñar la estrategia adecuada que le permita sumar cinco administraciones estatales consecutivas en la norteña entidad.