¿Potencia?, ni con prozac
¬ Juan Manuel Magaña martes 26, Feb 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ahora México es visto por el diario “The New York Times” como “la próxima potencia”.
Así lo afirma Thomas Loren Friedman, periodista que uno de estos días amaneció con ganas de jugarse parte de su bien ganada credibilidad como tres veces ganador del Premio Pulitzer.
¿Es un chiste? Allá su autor. El caso es que, un día sí y otro también, México es objeto de presiones o puesto por los suelos en la influyente prensa estadounidense.
Tan es así que uno, como se dice por ahí, ya está ciscado. Pero esta vez ha sido muy diferente, y eso es lo extraño.
El artículo “Cómo México volvió al juego”, firmado por Friedman en “The New York Times”, no parece tener mucho rigor ni fuentes muy relevantes y más bien es un texto de una subjetividad bastante cargada de optimismo, cosa riesgosa en un periodista.
Friedman supone cosas como que la próxima potencial mundial en el transcurso del siglo XXI no será China o India, sino México. Y su confianza dice apoyarse en “el crecimiento de los últimos años”.
Aquí hay un problema: uno se pregunta cuál crecimiento cuando que él mismo habla de 15 años de “parálisis política” en el país.
Debería saberlo: esos cinco lustros que alude se han traducido aquí en un peligroso estancamiento con la acumulación de toda clase de males y urgencias. Para no ir tan lejos, a México le ha sido muy difícil tratar de reponerse -sólo tratar de hacerlo- de la última crisis de mediados del sexenio anterior.
Tras una corta visita a Monterrey, Friedman sólo vio crecimiento en el país en los últimos años e ímpetu en los jóvenes a pesar de la inseguridad.
Y en ese tono escribió: “Todo lo que usted ha leído acerca de México es cierto: los cárteles de la droga, bandas criminales, la corrupción gubernamental y el estado de Derecho débil, cojera de la nación. Pero eso es la mitad de la historia”.
Friedman menciona entonces que México ha firmado 44 acuerdos de libre comercio, más que cualquier otro país en el mundo; que ha crecido considerablemente el número de ingenieros y trabajadores calificados que se gradúan de las escuelas; que está creciendo la cuota mexicana de mercado en manufacturas frente a Asia; que se está atrayendo más inversión global que nunca en autos, bienes aeroespaciales y artículos para el hogar; que exportamos más productos manufacturados que el resto de América Latina en conjunto.
Como puede verse, hace un análisis muy picado e incompleto del país.
Y entonces uno se pregunta dónde está el chiste de un texto así. Tal vez lo esté en una cierta intencionalidad que podría percibirse en otra parte del artículo en la que afirma que si bien México aún tiene enormes problemas de gobernabilidad y después de 15 años de “parálisis política”, los tres principales partidos políticos firmaron un “gran acuerdo”, el Pacto por México.
El pacto -así lo ve Friedman- es un compromiso para trabajar juntos contra los grandes monopolios en energía, telecomunicaciones y la educación. Y por ello aconseja a Estados Unidos fortalecer más su integración con México. O sea que vaya sacando de una vez su vela para este próximo entierro porque va a estar bueno.