Las fuerzas del azar y la naturaleza
¬ Juan Manuel Magaña jueves 9, May 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
A meterse debajo de la cama, y como reza el dicho, que Dios nos agarre confesados.
Leí la terrible historia que contó el periodista Raúl Rodríguez Cortés acerca del balazo en el rostro que recibió su mujer, nomás porque al delincuente que conducía un carro azul le molestó que el taxi, en el que viajaba ella y su hija, se le haya cerrado en Tlalpan.
Y asombrado estoy de que más fácil obra el milagro de salvarle la vida a esa mujer, que la posibilidad de que la autoridad capitalina pueda dar con el psicópata, a pesar de tanta cámara que se ha puesto en la ciudad.
Y luego la explosión de una pipa de gas que se desprendió de un tractocamión para impactar contra varias casas aledañas a la autopista federal México-Pachuca, hecho que provocó la muerte a 23 personas –entre ellas 10 menores de edad– y lesiones a otras 31, y que causó daños a 45 viviendas y 30 vehículos, que se incendiaron, además del desalojo de unos cien habitantes de San Pedro Xalostoc.
Y todo porque a las 5:30 horas del pasado martes, el chofer del tractocamión de doble semirremolque –propiedad de la empresa regiomontana Termogás, modelo 2000, placas de circulación 361AC7– perdió el control del vehículo debido, se supone, al exceso de velocidad con que circulaba, cerca del kilómetro 14 de la carretera en dirección al Distrito Federal.
Y aquí qué, me digo, si ni con mil años de cárcel que le dieran a ese bestia de chofer se les podría devolver la vida a esos 23 inocentes que fallecieron en forma tan absurda. Y es que a cada rato hay un evento de este tipo que lamentar. Vivimos en un medio tan salvaje en el que es tal la recurrencia de cosas así, a las que ya no se les puede llamar accidentes. Dos eventos así nos muestran las dos caras de lo inseguro, sea por el crimen o sea por tanta irregularidad.
¿Y a quién hay que ver para que se arregle esto? Ya no se sabe. Estamos a la intemperie de normas, códigos y protocolos de civilización. Somos un país agreste y de belleza salvaje, sometido a las fuerzas del caos.
Y para colmo, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) nos informa que el volcán Popocatépetl registró 40 exhalaciones de baja intensidad, una más de nivel moderado y un sismo volcanotectónico.
En su reporte más reciente, el Cenapred detalló que dichos eventos se presentaron previo y posterior al episodio de tremor que inició el martes a las 19:28 horas y concluyó ayer a la 01:59 horas. Dicho episodio estuvo acompañado de una columna de ceniza que alcanzó una altura aproximada de 3 mil metros sobre el nivel del cráter con dirección al sureste.
Todavía después de las 03:48 horas se registraron exhalaciones de baja intensidad y una moderada a las 07:23 horas de ayer miércoles, que emitió ligera cantidad de ceniza que se desplazó hacia el suroeste del volcán. Además, a las 08:37 horas se registró un sismo volcanotectónico de magnitud 1.9, mientras que se observó la emisión continua de vapor de agua y gas, con dirección al este.
¿A quién hay que ir a ver? Veo las fotos de lugareños que le rezan duro a todos los santos. Y ya me parece que sí son tiempos de acudir a instancias mayores.